Hay silencios que son atronadores. Vox no ha hecho un solo comentario valorativo sobre el discurso del Rey, ni para bien ni para mal. Una postura que queda demasiado al descubierto precisamente un año en que el discurso del monarca ha generado ríos de tinta a izquierda y derecha. El partido de Santiago Abascal lleva tiempo manteniendo una posición ambigua respecto a Felipe VI, una estrategia que, lejos de ser improvisada, está consensuada en la órbita que quiere seguir la formación.
Oficialmente, el partido sostiene que no va a dar su opinión sobre la intervención navideña del Rey este año: "No hemos hecho valoración oficial". Una afirmación que secundan voces próximas al Centro de Acción Política (CAP) de Vox: "Normalmente, se marca una directriz desde Bambú, pero este año nada. Ha habido silencio. Tampoco el Rey dijo nada reseñable". La única postura oficial que se ha transmitido de manera pública es la del secretario general de Vox, Ignacio Garriga, quien ha señalado en una entrevista que "la mejor manera de respetar y reconocer la figura de su majestad el Rey es dejar que sean los españoles quienes interpreten y quienes reciban con mayor o menor agrado el discurso de su majestad".
Nunca un silencio fue tan elocuente. Las voces antimonárquicas o críticas con la monarquía española son cada vez más numerosas dentro de la formación y entre sus bases. Uno de los ideólogos del partido lo resume así: "Gran parte de las bases encuentran blando a Felipe VI. Los jóvenes se manifestaron hace unos meses gritando 'Felipe, masón, defiende tu nación'. No quieren Constitución, quieren patria".
En los últimos tiempos, el partido ha ido silenciando, de forma cada vez más notable, su apoyo público al Rey. Es una figura respetada por su condición institucional en amplios sectores, pero le achacan una postura demasiado inmovilista en las últimas acciones de Pedro Sánchez. El momento más crítico en la relación de Vox con la monarquía tuvo lugar con la firma de la ley de amnistía. El partido lideró una acción popular de presión contra el Rey para que no firmase dicha norma, algo que muchos especialistas consideran que habría supuesto incumplir la Constitución.
En las manifestaciones frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz, el llamado 'Noviembre Nacional', formaciones próximas a Vox se manifestaron con banderas de España con el escudo de la corona recortado en señal de protesta por lo que consideraban una connivencia de la monarquía con Sánchez. Fuentes conocedoras de los entresijos del partido sitúan a Kiko Méndez Monasterio como motor de este cambio de opinión, aunque no dudan en señalar también al propio Santiago Abascal. "No han entendido que apoyar al Rey no va de ser monárquico, va de defender la unidad de España. Son franquistas, efectivamente. Pero a medias, porque se olvidan de a quién nombró como sucesor", dice una voz crítica.
Algunos exmiembros del partido, como Iván Espinosa de los Monteros, han salido públicamente a defender al Rey de los ataques recibidos a izquierda y derecha. "Despreciar al Rey es no entender nada", ha manifestado en 'X' el exportavoz de Vox.
Despreciar al Rey es no entender nada, o peor, creerse que los que no lo entienden son los demás https://t.co/a65cP5RLb8
— Iván Espinosa de los Monteros (@ivanedlm) December 26, 2024
El partido de Abascal hace una labor de funambulista en este asunto, tratando de hallar un equilibrio entre las facciones más críticas con Felipe VI (los que le bautizan como 'Felpudo VI') y un importante corpus de votantes que sí defiende la monarquía. Una búsqueda del equilibrio que encaja con el silencio de la formación ante el discurso del Rey: ni aplauso ni crítica ("para eso ya están otros", afirman fuentes parlamentarias). Tampoco se puede obviar que el partido vive un tiempo de incertidumbre en el que debe definir sus postulados de forma definitiva. La irrupción de Alvise Pérez —al que evitan mencionar y con el que nunca confrontan— les ha llevado a expresarse de manera más radical en ámbitos donde mantenían posturas similares a las del PP.
Un diputado explica que en Vox "la transversalidad es enorme", y que conviven sin problema monárquicos clásicos con personas contrarias a la institución: "Las atribuciones que le da la Constitución son muy limitadas, hay gente que lo quiere entender y gente que no. Está bien que haya mencionado en su discurso el tema de la inmigración y el bien común. No estoy de acuerdo con alabar el consenso per se. El consenso es bueno cuando la decisión que se toma es buena". Otro miembro del Congreso de Vox se define como "monárquico" y muestra su buena opinión "con la actuación del Rey en Paiporta y las acciones de la reina".
Más allá de la transversalidad de Vox, es indudable que el partido de Abascal se ha alejado en los últimos tiempos de la institución monárquica. Su silencio actual contrasta con los aplausos que la formación brindaba públicamente al monarca en otros tiempos. El año pasado, la cuenta oficial de Vox en 'X' destacaba públicamente este mensaje del discurso de Navidad del monarca: "España seguirá adelante. Con determinación, con esperanza, lo haremos juntos; conscientes de nuestra realidad histórica y actual, de nuestra verdad como nación. En ese camino estará siempre la Corona; no solo porque es mi deber como Rey, sino también porque es mi convicción".
Vox se distancia de la Corona en un momento de buena imagen pública de Felipe VI. Su intervención en Paiporta, dando la cara frente a las críticas del pueblo mientras Pedro Sánchez huía, elevó la popularidad del monarca, que ha visitado más ciudades afectadas entre vítores. Según el barómetro del Real Instituto Elcano, su figura es más conocida fuera de España que la de Sánchez, y el CIS mantiene a la monarquía como una de las últimas preocupaciones de la población.
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