La secuela protagonizada por Paul Mescal y Pedro Pascal ha presentado las naumaquias más sangrientas en un inundado Anfiteatro Flavio, donde los gladiadores romanos se enfrentaron a las peores bestias conocidas.
[Este artículo contiene spoilers de Gladiator II]
Siguiendo la estela de la entrega original, pero dando un paso más allá en el reflejo de las muertes más innovadoras y sanguinolentas, Gladiator II nos ha regalado grandes enfrentamientos entre animales acuáticos y gladiadores. Una serie de secuencias que no han pasado desapercibidas entre el gran público, quien se pregunta si estos combates con tiburones existieron realmente.
La naumaquia era la palabra designada tanto para referirse a las batalles navales como al propio espacio físico en el que se llevaban a cabo. La primera de ellas fue la ofrecida por Julio César en el año 46 a.C., celebrando el triunfo de sus campañas bélicas. El emperador llegó a crear un lago artificial en el Campo de Marte, donde enfrentó a las flotas fenicias y egipcias, con hasta 22 barcos, 4.000 remeros y 2.000 soldados.
Según diferentes fuentes históricas, la icónica frase "los que van a morir te saludan" habría nacido en el contexto de este tipo de batallas. Este juego mortífero que movía millones de sestercios anualmente sirvió para amansar a una sociedad hambrienta y que vivía en condiciones infrahumanas, evitando así las revueltas ante la escasez por las constantes guerras del Imperio romano por su expansión.
Los enfrentamientos a vida o muerte, así como las recreaciones de contiendas bélicas entre verdaderos ejércitos, pronto aburrieron a los ciudadanos del Roma. Ante ello, los maestros de ceremonia y los agentes involucrados en este negocio siempre buscaron romper nuevos límites, así introdujeron animales exóticos y fascinantes para luchar en la arena.
En este punto hay que incidir que estos gladiadores estaban especializados y recibían el sobrenombre de bestiarios. Los verdaderos entrenadores de estos animales -la mayoría nunca atacaban y tan solo intentaban huir del ruido y de la masa-, ya que no cualquiera podía enfrentarse a ellos y regalar un espectáculo en condiciones ante un público iracundo y ávido de sangre.
¿Tiburones en el Coliseo?
Tanto en los restos arqueológicos como en los escritos de la época se habla de la presencia de numerosos animales salvajes en el Anfiteatro Flavio, más conocido como el Coliseo: leones, tigres, rinocerontes, lobos, perros, monos, toros, jabalíes, elefantes, jirafas... Si bien, los más difíciles de desplazar fueron los que necesitaban agua, entre ellos los cocodrilos y los hipopótamos.
Gladiator II va más allá a mostrarnos una escena en la que los tiburones se convierten en los grandes protagonistas. Pero, a pesar de todo, no existen evidencias de que estos animales fueran trasladados realmente al Coliseo dada su complejidad. ¿Podría haberse inundado el Coliseo con agua salada? ¿Entrarían allí tiburones de un menor tamaño? ¿Se habrían decantado por escualos de agua dulce como el tiburón toro? Preguntas sin respuesta, pero cuya afirmación parece bastante improbable, y más con la opinión vertida por diversos historiadores que defienden que los romanos ni sabían qué eran estos animales aparentemente terroríficos.
A pesar de todo, el director Ridley Scott defendía recientemente que esto sí que podría ser un hecho verídico. "Si puedes construir un jodido Coliseo, puedes inundarlo de agua y sacar del agua tiburones con una red. Claro que podían", defendía el cineasta sobre este momento polémico que contradice a los historiadores. Aunque poco importa si esto o no sucedió, ya que Gladiator II va mucho más allá de esto, aunque lo cierto es que muchos apuntan a que el cineasta continúa extralimitándose al ahondar en los eventos históricos.
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