Esta semana se ha muerto Fredric Jameson, el crítico literario marxista que preconizó la llegada de la posmodernidad, territorio volátil y mutante por excelencia. De él es la célebre cita: “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. Jameson parecía capaz de interpretarlo todo, quizá porque nunca lo intentó con el clan Bárbara Rey/Ángel Cristo, que el día que el capitalismo y el mundo dejen de existir, seguirán intentando enredar a alguien en algún tejemaneje absurdo.
Como Jameson ya adelantó, la posmodernidad es un periodo muy complejo, ergo no se culpe usted si no entiende cómo es posible que una revista holandesa (Privè) publicara ayer las míticas (y nunca vistas) fotos de Juan Carlos I y Bárbara Rey achuchándose cuando eran más que amigos en los años noventa.
La respuesta simple (pero incompleta) a la filtración sería que la ha vendido el hijo de Bárbara Rey, Ángel Cristo, entrevistado por la publicación holandesa. Dado que madre e hijo no pasan por su mejor momento en los medios -en los últimos tiempos han protagonizado sonoras broncas cruzadas- la lógica diría que Ángel le ha levantado las fotos a su madre.
¡Eso no se le hace a una madre!, en efecto, aunque Ángel podría alegar que aprendió de las mejores: las fotos de Bárbara con el Rey las tomó él de pequeño instruido por su mamá, que las guardaba para cuando vinieran mal dadas (dentro del archivo almacenado sobre su relación con el Rey, permanecería aún oculta la joya de la corona, el presunto vídeo sexual del emérito con la vedete murciana, cuya emisión a futuro sería el explosivo colofón a un culebrón sentimental que nos lleva entreteniendo tres décadas).
Este material valía antes mucho más sin publicar, y ahora vale mucho más publicado
Podríamos discutir hasta volvernos locos si Ángel Cristo ha filtrado las fotos solo o en compañía de otros. Como la sombra de Bárbara Rey es alargada, y a estas alturas del bisnes del cuore no se puede descartar nada tajantemente, hay que subrayar varias cosas:
1) Los Rey/Cristo siempre han sido una familia mal avenida. 2) Las convulsas relaciones familiares han sido una fuente mediática de ingresos constante (los trapos sucios se lavan en los medios). 3) Hace pocos meses, la madre demandó a su hijo por robo (entre los objetos robados, según Bárbara Rey, había material "inflamable" sobre su relación con el Borbón). 4) Tras la publicación ahora de las fotos íntimas, la actriz aseguró a Vanitatis haberse "quedado con la boca abierta".
Dicho lo cual: juzguen ustedes mismos (si se atreven) quién puede estar detrás de todo esto.
Pero como intentar discernir cuando un pícaro con una exclusiva hace teatro y cuando habla con el corazón lleva a la frustración melancólica, es mejor cambiar el foco: lo importante aquí no es quién filtra, sino por qué ahora. Respuesta: por que ahora ya pueden. Por dinerete. Este material -lo filtre la madre, el hijo o el espíritu santo- valía antes mucho más sin publicar, y ahora vale mucho más publicado.
El estado de las cosas
Síntesis brutal para explicar esto: Juan Carlos I y Bárbara Rey fueron amantes intermitentemente en los primeros años de la democracia. El Rey pidió acabar con la relación. Bárbara no se lo tomó bien. Empezó a rumorearse que la vedete guardaba fotos y vídeos explícitos sobre el affair. Los servicios secretos allanaron la casa de la actriz en busca del material. No lo encontraron o, al menos, no encontraron todas las copias. Bárbara montó un pollo sideral. Amenazó con contarlo todo. Se presentó en Tómbola para tirar de la manta. Antes de entrar en directo, unos misteriosos hombres de negro le convencieron para que mantuviera la boca cerrada (si creen que me estoy inventando esto, pinchen aquí). El Gobierno Aznar, que se encontró el cristo heredado, decidió dinamizar una solución a largo plazo para que la vedete dejara de amenazar cada dos por tres. De algún tipo de fondo reservado, se pagó a Bárbara Rey una cantidad millonaria del tirón y una paguita vitalicia a cambio de silencio.
El productor que sabía demasiado: "Si Bárbara Rey habla, nos echan a todos"
Carlos Prieto
Por motivos que aún no están del todo claros, y que tienen que ver con la caída de Juan Carlos I, el cambio en la correlación de fuerzas en palacio, y la consiguiente retirada de protecciones y aumento de las críticas a Juan Carlos I, el Estado decidió hace unos años dejar de pagar el estipendio a la actriz.
¿Qué pasó desde entonces? Que lo que las dos décadas anteriores eran meras insinuaciones de la murciana, se convirtieron en un documental y una serie (para Antena 3) en los que Bárbara hablaba claro por fin sobre su relación con Juan Carlos I.
La fase dos de esta operación destape arrancó ayer estrepitosamente en Holanda, con la publicación de las fotos noventeras íntimas.
La fase tres ya saben ustedes cuál sería, el vídeo sexual, hito inolvidable de la restauración borbónica si se llegara a emitir.
Epílogo
Habría dos maneras de medir este quilombo.
La primera: dado que Juan Carlos I quizá sea el Borbón que con mayor salero ha borboneado a todo aquel que se arrimaba a él -la lista de cortesanos borboneados es tan larga que harían falta unas páginas amarillas para incluirlos a todos- no deja de tener su aquel que Bárbara le haya borboneado a él en última instancia. Otros lo llaman chantaje, pero borbonear suena más bonito.
La segunda: el clan Bárbara Rey no va a dejar ni los huesos de Juan Carlos I, porque del pollo todo se aprovecha, bien porque hay hambre, bien porque uno quiere seguir manteniendo su tren de vida.
No podríamos acabar esta crónica sin recordar la histórica aparición del domador Ángel Cristo (padre de la criatura filtradora) en Crónicas marcianas en el año 2000. Hablando sobre las disputas con su exmujer Bárbara Rey, Cristo aseguró con voz de pobrecito: "Si esta señora ha sido capaz de chantajear a uno de los hombres más importantes de este país, ¿cómo no va a tratar de destruir a un pobre hombre de circo como yo?".
Que el circo no pare.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}