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El presidente del Gobierno ha tratado este sábado de aplacar el malestar del PSOE por el concierto catalán con nuevas pinceladas sobre un cambio en el modelo territorial abierto a todas las autonomías, que profundizará en el traspaso de "nuevas transferencias competenciales" y la posibilidad de que todas las comunidades "que lo deseen, recauden y gestionen más gravámenes".
En su discurso ante el Comité Federal, Pedro Sánchez ha apuntado de manera explícita a una "nueva etapa autonómica", con "un sistema de financiación más justo, que reduzca las diferencias territoriales" y "exija la corresponsabilidad fiscal". Con cambios, ha incidido, "coherentes con nuestro Estado federal" y que ya imperan "con éxito en países como Alemania y Canadá".
Cuando aún no se ha producido un debate interno en profundidad, el presidente lanza ya algunas de las características que, a su juicio, debe tener el nuevo modelo territorial, que se plasmará en la renovación del sistema de financiación. Como ya avanzó este miércoles, promete que todas las regiones reciban más recursos que percibían con los gobiernos del PP.
En contra de quienes dentro de su propio partido creen que se está privilegiando a Cataluña, Sánchez ha defendido que la discusión "no es entre territorios, sino entre modelos". El presidente no ha ofrecido ningún detalle sobre los compromisos adquiridos con Cataluña, pero se ha abierto a extenderlo a otras autonomías, sin concretar las consecuencias sobre la salida de esta comunidad del régimen común.
El debate sobre la nueva financiaión y la maduración del Estado autonómico todavía es muy teórico y en el PSOE hay muchas dudas sobre cómo se aplicará finalmente el cupo catalán sin que se vean afectadas el resto de comunidades. El documento firmado por el PSC prevé que la Generalitat recaude, gestione y liquide el 100% de sus impuestos y luego contribuya a financiar a las demás regiones con una cuota de solidaridad.
El jefe del Ejecutivo ha evitado decir que todas las autonomías podrán hacer lo mismo y no ha apuntado a ningún porcentaje. La alusión a Alemania es recurrente en la controversia que ha abierto el concierto catalán. Pero hay muchas diferencias respecto al modelo federal alemán, ya que en este país los länder (sus comunidades autónomas) recaudan los impuestos, pero no se quedan con ellos, sino que dan al Estado el porcentaje pactado tanto de IRPF, IVA e Impuesto de Sociedades.
En una reciente entrevista en El País, Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, muy crítico con el acuerdo suscrito con ERC, rechazó cualquier paralelismo con la gestión tributaria en Alemania. Precisamente porque " no se quedan con la recaudación". "La ingresan en la caja federal y desde ahí se redistribuye", añadía.
La memoria de pez y la financiación singular de Cataluña
Josep Martí Blanch
El PSOE ha celebrado hoy un Comité Federal marcado por el debate sobre el pacto con los republicanos para la financiación singular de Cataluña, que ha provocado un importante malestar en el partido. Más allá de las críticas habituales de Emiliano García-Page y Javier Lambán a los pactos de Sánchez con el independentismo, la censura al concierto catalán es mucho más transversal y alcanza a los dirigentes de Madrid (Juan Lobato), Castilla y León (Luis Tudanca) y Extremadura (Miguel Ángel Gallardo).
Todos han mantenido sus recelos pero, a diferencia del presidente de Castilla-La Mancha y del secretario general de Aragón, ellos ahora sí encuentran una posible salida en un nuevo modelo de financiación autonómica. En ese sentido, la sensación general es que sus críticas han sido más comedidas. A esta impresión se suma que no ha asistido, por problemas de agenda, otro de los barones contrarios al concierto catalán, el presidente asturiano, Adrián Barbón.
Los discursos más duros han sido, como se preveía, los de Page y Lambán. El manchego ha asegurado que el acuerdo, que ha facilitado la investidura de Salvador Illa, es "más egoísta que socialista" y ha calificado como "burda manipulación de la realidad " el relato del Ejecutivo y de Ferraz que lo compara con otras singularidades en la financiación, en provincias como Soria, Teruel y Cuenca por sus problemas de despoblación.
Lambán, también en declaraciones a los medios de comunicación, se ha mostrado igual de severo con el pacto que Page. Para él la "relación bilateral" que consagra es "inconstitucional" y va "en detrimento de la solidaridad y de la cohesión territorial". Supone, ha dicho, una "pérdida de miles de millones del Estado", que afectaría a las demás regiones. "Es un cambio estructural para el futuro del país". Por eso, defendió, es fundamental que se retome la discusión en el congreso del PSOE de este otoño.
Esta es la intención de la dirección. "Alinear" las posiciones de todas las federaciones en el debate territorial que acaba de explotar. Lo que sucede es que la búsqueda de una nueva posición ya viene condicionada por el concierto catalán y los anuncios del presidente sobre reconocer las singularidades de todas las autonomías, nueva financiación y desarrollo competencial. Pero el partido ha aceptado hacer este viaje y revisar su modelo de Estado.
Lambán recordó que la Declaración de Granada, en la que los socialistas transitaron hacia un sistema más federal, obligaba a un cambio en la Constitución y a pactar la reforma con el PP. Algo que ahora no está sobre la mesa, aunque el presidente del Gobierno tiene previsto reunirse con todos los presidentes autonómicos en las próximas semanas y les ha pedido que realicen propuestas.
El Comité Federal ha terminado pasadas las tres de la tarde y el resumen es muy parecido al de otros anteriores. Page y Lambán han vuelto a ser los más críticos, aunque Ferraz les echa en cara que siempre son más duros en sus declaraciones a la prensa que en sus intervenciones dentro. Pero el acuerdo con ERC sigue siendo una pesado lastre para el PSOE, al que el partido debe buscarle aún un encaje.
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