Es cada vez más frecuente verla como alternativa a la patata en muchos platos y esto significa incorporar más nutrientes a la dieta, la mala noticia es que el estado de tu riñón dictará si debes consumirla o no
La batata se ha hecho un hueco en la dieta nacional. Aunque España está muy lejos de las impresionantes cifras de cultivo que atesoran países como China, Malawi o Nigeria, la provincia de Málaga concentra la mayor superficie de Europa dedicada a este tubérculo. Y aunque parecía que nada podía destronar a la patata como la reina de la guarnición, es cada vez más frecuente encontrarnos con batata, algo que sin embargo no agradecerán alérgicos ni personas con cálculos renales.
En primer lu gar, hay que despejar una duda recurrente: ¿Batata y boniato son lo mismo? La pista más sencilla es el color, de forma que la batata tendría la piel naranja y el boniato al de color morado o púrpura. Una diferencia cromática que esconde ciertas diferencias en cuanto influye en sus nutrientes, de forma que la batata contiene más provitamina A o betacaroteno que el boniato, una sustancia importante para proteger el sistema inmunitario.
Batata y boniato, Ipomoea batatas, pertenecen a la familia de plantas Convolvulaceae, caracterizadas por su raíz tuberosa comestible. En cuanto a sus propiedades nutricionales, destacan sus cantidades de almidón, vitaminas, fibras (celulosa y pectinas), minerales (potasio) y betacaroteno. También es característico su sabor dulce, debido a la sacarosa, glucosa y fructosa que posee y que explica que sean tan utilizados en los postres.
Si tienes cálculos renales
Los cálculos renales, conocidos coloquialmente como piedras, son masas sólidas compuestas de pequeños cristales ubicadas en el riñón, aunque también pueden estar paralelamente en el uréter. El diagnóstico dependerá del tamaño de las mismas, que puede ser desde un simple grano de arena hasta volúmenes más considerables. Si bien en la mayoría de casos se disuelven sin ayuda médica, también pueden obstruir el flujo de orina, causando un dolor intenso o sangrado.
Esos cristales son en realidad sales de fosfato y carbonato cálcico o úricas, un material que se forma dentro del riñón a partir de sustancias procedentes en la orina. Los cálculos más frecuentes son cálcicos pero pueden combinarse con otras sustancias como es el oxalato, y aquí entra el riesgo de ingerir la batata o el boniato.
Los oxalatos son sales o ésteres del ácido oxálico que se encuentran en alimentos de origen vegetal. Para contrarrestar sus efectos, los expertos recomiendan consumir una cantidad adecuada de calcio para que así los cálculos se puedan diluir más fácilmente, ya que estos se forman cuando en el riñón hay más cantidad de este tipo de sustancias que de líquido.
Con una alergia diagnosticada
En realidad la alergia a la batata o al boniato es poco frecuente, como lo es la alergia a los vegetales en general, causada por su contenido en profilinas, proteínas presentes en pólenes, alimentos vegetales, veneno de himenópteros (avispas o abejas) o en el látex. Dado el caso, es posible que pueda producirse también al ingerir batata debido a las reacciones cruzadas, si bien las verduras que suelen provocar más alergias son el apio, el tomate, la berenjena y el pimiento.
Referencias
Theimer, S. (2017, 24 de febrero). La clave para evitar los cálculos de oxalato de calcio es consumir la cantidad correcta de calcio. Mayo Clinic. https://newsnetwork.mayoclinic.org/es/2017/02/24/la-clave-para-evitar-los-calculos-de-oxalato-de-calcio-es-consumir-la-cantidad-correcta-de-calcio/
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}