Guerra por el agua en la sierra de Madrid: quién llama a los vecinos para colocar sus botellas

Entre los vecinos de Cercedilla empieza a surgir un nuevo tema de conversación. Desde hace semanas, el teléfono suena en algunos hogares del municipio. Cuando atienden la llamada, un desconocido al otro lado de la línea sugiere que sería conveniente realizar un análisis del agua del grifo de sus viviendas. No pretende vender nada, simplemente lo expone como un control rutinario. Lo extraño de este caso es que los vecinos no logran identificar a su interlocutor. Algunos creían que era cosa del Ayuntamiento, pero nada más lejos de la realidad.

El revuelo en la localidad ha sido tal que, tras conocer la situación por los avisos de varios vecinos, el Consistorio ha tenido que emitir un bando municipal aclarando que ni ellos ni la Consejería de Sanidad están detrás de las propuestas de control, sino que se trata de "una empresa que instala y comercializa agua embotellada" y que llama a los habitantes de esta localidad de la Sierra para "realizar análisis de aguas en sus viviendas particulares".

Cercedilla es de los pocos municipios de la región que gestiona su propia agua sin depender del Canal Isabel II, lo que ha provocado que en alguna ocasión se cuestione la salubridad del suministro. Algunas sociedades privadas que se dedican a embotellar agua están al tanto de la situación y ven ahí una oportunidad: a veces los camiones de las empresas en cuestión se pasean por las urbanizaciones ubicadas en las afueras del pueblo, y en otras ocasiones, tirando de centralitas, llaman directamente a los residentes para proponerles un análisis y, una vez realizada la inspección, ponen en duda la calidad del agua para intentar vender sus botellas a los vecinos.

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José Pichel

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Hace ya catorce años, los vecinos de Cercedilla estuvieron, en el mes de julio, casi dos semanas sin poder consumir agua de sus grifos. Además, se abrió una batalla entre el Ayuntamiento y la Administración regional al dar mensajes contradictorios sobre la calidad del agua de la localidad. La CAM declaró que el líquido no era apto para el consumo y que podría generar afecciones gastrointestinales, mientras que el Consistorio negó problemas en el suministro. Desde entonces muchos vecinos beben directamente agua embotellada, aunque no se hayan repetido incidencias de tanto calado. Por ello, desde Alcaldía resaltan que "actualmente el agua es perfectamente apta para el consumo".

El agua del grifo reina en Madrid

Aunque haya parraos que hayan decidido beber agua embotellada, no es lo habitual en la región. Los datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) apuntan a que solo el 1% de la población de la Comunidad de Madrid percibe como "mala" o "muy mala" la calidad del agua de grifo. En cuanto al porcentaje de personas que, en la autonomía madrileña, consume agua de grifo, la cifra asciende hasta el 93% que lo hace siempre, un 3% únicamente para cocinar y un 4% que no consume agua de grifo. En el otro lado de la balanza, las cifras de la OCU apuntan a que la Comunidad Valenciana es donde menos agua de grifo se bebe: solo 3 de cada 10 personas.

La OCU también analiza el impacto económico que tiene el agua embotellada en los hogares españoles. Según sus cálculos, una familia de cuatro miembros, con consumo de dos litros por persona, afronta un gasto mínimo de 500 euros anuales. Si bebieran agua del grifo, ese gasto sería 100 veces menos, apenas 5 euros anuales para la misma familia.

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