"Voy a hacer un símil", comentó Jorge Pedro Gálvez, especialista en riesgos geológicos de la Universidad de Granada, mientras señalaba una inquietante fotografía en la pantalla. "No sé si lo reconoceréis. Eso es un monte de Marte del que obtuvo una imagen la sonda Voyager en 1971 y que representa lo que sabíamos de los desprendimientos en el Caminito del Rey". "Han existido en ese entorno, porque es lógico, es un cañón, pero teníamos una imagen difusa", aclara el investigador, antes de dar paso a una nueva instantánea del mismo punto de la superficie marciana tomada en 2001. Lo que parecía una cara fantasmagórica que amenazaba la Tierra a 255 millones de kilómetros de distancia, se difuminó por obra y arte de la tecnología. "Una nueva sonda con mayor resolución mostró todos los detalles de la montaña y acabó con el misterio de que hubiese una civilización allí".
Gálvez utilizó este ejemplo para dimensionar el trabajo de enfoque que un grupo de investigadores han realizado del "problema" de las caídas de roca en el Caminito. Un espacio natural ubicado en la comarca del Guadalhorce de Málaga, con vertiginosas pasarelas que se sostienen sobre desfiladeros y que se ha convertido en una propuesta de turismo activo conocida internacionalmente.
Con el título El Caminito del Rey a la vanguardia internacional frente a los desprendimientos de rocas, este estudio tiene por objetivo "suministrar la información básica que fundamente la gestión del riesgo" provocado por estos sucesos. Un conocimiento necesario para un destino con un impacto anual de 25 millones de euros y que ha ayudado a revitalizar económicamente la zona con más de un centenar de empresas y entidades adheridas a esta iniciativa.
El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, recordó que en diciembre de 2022 se produjo un desprendimiento que afectó a la zona norte del trayecto y que obligó a cerrarlo durante tres días para restaurar los daños materiales que produjeron las piedras que cayeron arrastradas las intensas lluvias de esos días. "Después se abrió, con un recorrido provisional circular; y cuando se completaron los trabajos, se procedió a su apertura completa". En mayo del pasado año "anunciamos que habíamos encargado un estudio pionero de la gestión de riesgo de desprendimientos, que formaría parte del sistema de gestión integral para la seguridad y salud del Caminito del Rey".
El Caminito del Rey crece y se consolida como ejemplo de revulsivo económico del interior
P. D. A.
Esta investigación, en la que han participado expertos de la Universidad de Granada, la Universidad de Jaén y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), fue definida como una herramienta valiosa porque servirá para "minimizar" las consecuencias ante la caída de rocas y "nos ayuda a anticiparnos a ese peligro".
"El Caminito recibe cada año entre 350.000 y 380.000 visitantes procedentes de todo el mundo y, como es obvio, nuestra principal preocupación es la seguridad de esas personas y de quienes allí trabajan", recordó Salado, quien precisó que los resultados de este trabajo se fundamentan en "tres aspectos claves". "En primer lugar, la creación de un modelo tridimensional de alta resolución, un desafío inédito hasta la fecha debido a la amplia extensión del área investigada. Segundo, la recopilación, tratamiento y elaboración de información geológica de alta calidad, impulsada por niveles destacados de innovación tecnológica, y que ha permitido alcanzar un profundo conocimiento del entorno. Y en tercer lugar, la implementación de adaptaciones específicas de la tecnología más avanzada a nivel mundial en la simulación de desprendimientos".
Con todos estos datos se ha desarrollado un modelo digital en 3-D, que Salado definió como un "gemelo tridimensional", y que ofrece una georreferenciación precisa de todos los puntos del Caminito del Rey. "También se ha mejorado la cartografía geológica y la cobertura del suelo de la zona". Y se ha elaborado un modelo de susceptibilidad de desprendimientos que proporciona, "entre otros resultados", mapas de las zonas con mayor peligro de precipitación de rocas y "los puntos potencialmente inestables".
Jorge Pedro Gálvez explicó que se ha recopilado la mayor cantidad de información posible, que es el "primer gran paso que debíamos dar". Y, a partir de estos resultados, "tomar ciertas decisiones para incrementar la seguridad". No obstante, el experto respondió un "sí" rotundo cuando fue preguntado si el Caminito del Rey es seguro. "Cada año lo recorren casi 400.000 personas, y todavía no ha pasado nada. Han ocurrido eventos, no es un secreto", por eso "se necesitaba estudiar" con más detalle el fenómeno.
"Antes sabíamos que había desprendimientos, ahora sabemos dónde es más probable que se produzcan", reiteró el representante de la Universidad de Granada, a lo que Roberto Sarro, investigador del IGME, añadió que conocemos "la distribución espacial".
José Luis Pérez, profesor de la Universidad de Jaén y miembro de un grupo de investigación llamado Sistemas Fotogramétricos y Topométricos, explicó que en la recogida de información geométrica de calidad para "generar gemelos virtuales de la realidad" tuvieron que emplear distintos dispositivos, como drones con tecnología de captura visual a diferentes escalas, un láser escáner para ‘atrapar’ las paredes o tecnología de cartografía móvil.
Las recreaciones realizadas han permitido saber cómo pueden actuar los desprendimientos en los puntos de riesgo
Las recreaciones que se han realizado han permitido saber cómo pueden actuar los desprendimientos en los puntos de riesgo para determinar cómo puede caer la piedra, qué partes afectaría, con qué velocidad se precipitaría o el tamaño de la misma. Y con estos datos, adoptar "medidas concretas" para minimizar el peligro.
Los autores del trabajo incidieron en que las actuaciones que se lleven a cabo "no solo tienen que ser estructurales". "En el pasado, ya se establecieron algunas, como determinar unos puntos en los que no se podía parar la gente", pero "otras estrategias deberán ser adaptadas a cada tramo".
La investigación se ha apoyado en trabajos similares desarrollados en el parque natural de Yosemite, en California (EEUU), espacio pionero en este tipo de estudios y Francisco Salado aseguró que el trabajo realizado en el Caminito del Rey "va a servir para mejorar la seguridad de otros destinos turísticos del planeta, porque sus resultados se van a divulgar en congresos especializados".
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