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Begoña Gómez se ha acogido este viernes a su derecho a no declarar como imputada. Dos semanas después de que el juez suspendiera su primera citación porque no se le había notificado una querella, la mujer del presidente no ha querido responder a ninguna pregunta. El juez continuará ahora con la investigación por los presuntos delitos de tráfico y corrupción en los negocios, tras lo que decidirá si vuelve a citarla más adelante.
"Estamos en un Estado de derecho, en una sociedad democrática avanzada y la declaración del investigado tiene que hacerse con garantías", ha defendido el abogado de Gómez, Antonio Camacho, a la salida del juzgado. "Es obvio que un juez de instrucción no puede investigar cualquier cosa". "Este procedimiento carece de objeto alguno en este momento".
Si la anterior comparecencia de Gómez duró 23 minutos, esta apenas alcanzó los 15. La mujer del presidente entró al juzgado por el garaje, comunicó al juez que no quería declarar y la Policía Nacional comenzó a recoger las vallas.
Su defensa ya ha pedido a la Audiencia Provincial de Madrid que archive la causa y confía en cerrar la investigación sin que tenga que responder a pregunta alguna. Si no lo consigue y los indicios contra ella se van acumulando, siempre podría cambiar de táctica y pedir declarar de forma voluntaria.
La "apropiación indebida" amenaza a Begoña Gómez en su segundo asalto ante el juez
Pablo Gabilondo
Mientras tanto, el juez Juan Carlos Peinado sigue adelante con el procedimiento y este mismo viernes ha tomado declaración como testigos al vicerrector de Relaciones Institucionales de la Universidad Complutense de Madrid, José María Coello, y a su predecesor en el cargo, Juan Carlos Doadrio. La sospecha de que Gómez pudo incurrir en un tercer delito —el de apropiación indebida— al registrar a su nombre el software del máster que dirigía en esta universidad ha ido cogiendo fuerza durante las últimas semanas.
El centro educativo ha remitido un informe al juez en el que le avisa sobre "los indicios existentes" y deja la investigación en sus manos. A lo largo de 20 páginas, la Complutense explica que pagaron más de 100.000 euros en tres contratos que se relacionan con la puesta en marcha del software, aunque reconoce que no ha podido comprobar "los trabajos" que se realizaron por alguno de ellos.
De forma paralela, las declaraciones como testigos del rector de la Complutense, Joaquín Goyache Goñi, y del empresario Juan Carlos Barrabés han servido para confirmar que Gómez citaba a empresarios en el propio Palacio de la Moncloa durante la etapa investigada. En el caso de Barrabés, reveló además que llegó a reunirse con el propio Pedro Sánchez en el palacio presidencial, lo que ha llevado a las acusaciones a mover ficha.
"Si su mujer se ampara en el derecho a no declarar y no da las debidas explicaciones, Sánchez tendrá que venir a declarar como testigo y explicar de qué hablaron en las reuniones en Moncloa", ha asegurado a la salida del juzgado el coordinador jurídico de Vox, Jorge Buxadé, cuyo partido ejerce como acusación popular. En el hipotético caso de que el juez atendiera esta solicitud, Sánchez en principio podría intentar agarrarse a su condición de presidente del Gobierno para responder a las preguntas por escrito.
Como avanzó El Confidencial, las acusaciones también pidieron al juez esta misma semana que se envíe a la policía a Moncloa para recabar tres cuestiones: "Agenda del Presidente del Gobierno de España entre las fechas de 1 de junio de 2018 hasta el 1 de junio de 2023", "agenda de Begoña Gómez Fernández entre las fechas de 1 de junio de 2018 hasta el 1 de junio de 2023" y "libro de Visitantes del complejo del Palacio de la Moncloa entre las fechas de 1 de junio de 2018 hasta el 1 de junio de 2023".
Más allá de la línea de investigación que se centra en la Complutense, confían en que estas agendas permitan avanzar en las otras dos que mantiene abiertas el juez: la de las adjudicaciones a Barrabés que no incluyeron fondos europeos y la de la relación de Gómez con Air Europa en plenas negociaciones para el rescate de la aerolínea. A falta de que el juez responda a esta última petición de las acusaciones, Gómez no tiene intención alguna de romper su silencio.
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