Málaga impulsa el "Glovo social": un proyecto para llevar los excedentes de comida a 40.000 personas vulnerables

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"Ambicioso", "creativo", "innovador", "ilusionante"… El nuevo proyecto social de la Diputación de Málaga nace regado de adjetivos positivos. Y no es para menos. Si cumple los objetivos marcados, será una propuesta que se exportará a otras provincias. Se trata de una "plataforma tecnológica" para llevar los excedentes alimentarios de la hostelería, hoteles y distribuidoras a 40.000 personas vulnerables de la provincia. Una iniciativa que —en un principio— se desarrollará de 2025 a 2030, que cuenta con el aval del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y un presupuesto de 10 millones de euros.

El presidente de la institución supramunicipal, Francisco Salado, explicó este miércoles que Málaga no caduca es el "primer Contrato de Impacto Social (CIS) de España" en el que la empresa concesionaria percibirá el dinero en base a las metas logradas en ámbitos, tan distintos, y a la vez entrelazados, como la nutrición, la inserción laboral o la sanidad. "Es el CIS bueno, no el CIS de —José Felix— Tezanos, que lo cambia todo", bromeó sobre las polémicas del Centro de Investigaciones Sociológicas.

Salado relató que este es un proyecto "verdaderamente revolucionario" que está enfocado a "las personas que más lo necesitan" y que antes de ponerse en marcha ya ha recibido dos reconocimientos: uno de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía destinado a proyectos de innovación en protección de la salud; y un Premio Catalejo, que otorga el Observatorio de los Derechos Humanos de España.

El programa, "el más ambicioso que ha puesto en marcha la Diputación desde el punto de vista de la acción social", persigue que esos miles de toneladas de alimentos frescos o elaborados que cada año acaban en la basura lleguen a las familias vulnerables. Para ello se basa en un "sistema colaborativo" en el que también participan los empresarios —hoteleros, de la restauración y de la distribución—, el Banco de Alimentos Bancosol y la Universidad de Málaga (UMA).

Dragomir Nikolov (Mediapool.bg. Bulgaria)

El excedente de un restaurante, por ejemplo, se envasará en menús que la empresa concesionaria repartirá diariamente a los demandantes del servicio. Una especie de "Glovo social" que repartirá las comidas según el plan de nutrición y salud individual que marquen los especialistas para cada demandante.

Esta iniciativa "innovadora y pionera" tiene tres objetivos fundamentales. El primero de ellos es social, porque se busca eliminar o reducir la inseguridad alimentaria, la exclusión sociolaboral y atajar problemas de salud que se derivan de esas situaciones. "No nos limitaremos a saciar a las personas, sino que el reto es mejorar su nutrición, algo que está directamente relacionado en los niños con el fracaso escolar o la obesidad", señaló Francisco Salado, que incidió en los beneficios que tiene para la salud —y el sistema sanitario— una buena alimentación.

La segunda meta del proyecto es reducir el impacto medioambiental que supone desperdiciar cada día toneladas de comida en buenas condiciones y cuyo desecho provoca la explotación de los recursos existentes.

Y el tercer fin de Málaga no caduca es económico, pues las empresas que se adhieran a esta iniciativa podrían obtener distintos beneficios: desde fiscales, hasta reputacionales.

Se trabajará con una base de datos integrada que se confeccionará teniendo en cuenta las necesidades y la realidad de cada usuario

"Gracias a esta actuación podremos acercarnos a la realidad de estas personas, investigarla y desarrollar itinerarios personalizados que les ayuden a encontrar empleo o a solucionar problemas como la soledad no deseada, según cada caso", manifestó el presidente de la Diputación, quien hizo hincapié en que el proyecto quiere afrontar la situación de los beneficiarios desde distintos ángulos y puntos de actuación.

Diego Vázquez, responsable del Banco de Alimentos Bancosol, dijo que "este proyecto nos va a medir a todos" porque su éxito depende de la implicación de los distintos actores que participan en su desarrollo. Y destacó que "debemos felicitarnos" porque es honroso "dignificar a las personas que están pasándolo mal en un momento de su vida".

Proceso

El proceso de trabajo se está diseñando al detalle: desde los donantes, al Banco de Alimentos, las entidades sociales y la llegada a los beneficiarios, todo ello a través de un proveedor de servicios que gestionará toda la mecánica con una base de datos única e integrada —que ya está desarrollando la empresa Air Miles—. Esta información servirá para atender a las personas según su realidad, necesidades e "idiosincrasia".

"Estoy convencido de que será un éxito, un éxito colectivo, de toda la provincia", avanzó Salado, quien destacó el papel que desempeña también en esta iniciativa la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, ya que hay que recoger los productos ya elaborados (algunos caducan incluso en 24 horas) y se ha diseñado un riguroso protocolo de envasado, etiquetado y seguimiento de trazabilidad.

Representantes de las distintas instituciones, asociaciones y organismos implicados en este ambicioso proyecto. (Diputación Provincial de Málaga)Representantes de las distintas instituciones, asociaciones y organismos implicados en este ambicioso proyecto. (Diputación Provincial de Málaga) Representantes de las distintas instituciones, asociaciones y organismos implicados en este ambicioso proyecto. (Diputación Provincial de Málaga)

La Diputación Provincial tiene previsto destinar 10 millones de euros en cinco años a este proyecto, si bien el procedimiento es muy novedoso, porque será el primer Contrato de Impacto Social en España. Esto conlleva "cambiar el enfoque", ya que el pago al proveedor del servicio se hace en función de unos resultados que se establecen en función de cada concepto: reparto de alimentos, inserción laboral, lucha contra la soledad no deseada… Cada uno de ellos tiene una métrica asociada.

"Ojalá se cumpla al 100% y se abone por completo, porque el retorno y los beneficios sociales serían muy superiores. Incalculables", manifestó el presidente, quien añadió que se trata de "una actuación global, porque abarca todas las facetas de vulnerabilidad de las personas, y sistémica, porque pretende cambiar la estructura social en la que viven esas personas".

El proyecto cuenta con un informe favorable del BEI y, según una consulta preliminar, "se ha constatado" que hay entidades interesadas tanto para proveer el servicio, como para financiarlo —inversores sociales—. Una peculiaridad de este tipo de contratos es que el riesgo lo asume una entidad privada, que adelanta el dinero. Por lo tanto, hay tres actores fundamentales: la administración, el proveedor de servicios y el inversor social.

"Una de las cosas que nos llenaba del proyecto era su carácter público privado", señaló Carlos Dimas, director general de Air Miles, que estuvo presente en una presentación a la que también acudieron el decano de la Facultad de Turismo de la UMA, Antonio Guevara, y la secretaria general adjunta de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Dolores Olmo, y el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos), Javier Frutos.

En septiembre se celebrará un evento para dar a conocer el proyecto específico para el canal Horeca y se abrirán dos procesos de colaboración: uno para incorporar a los ayuntamientos de la provincia y otro para las entidades privadas. Octubre será cuando salga a licitación el proyecto para formalizar la contratación de cara al año que viene.



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