Esta villa ha sido reconocida por la Organización Mundial del Turismo como uno de los destinos que no podemos perdernos este año. Además, aquí se encuentra una de las reservas de surf más importantes del mundo.
Portugal está lleno de sorpresas y lugares únicos esperando a ser descubiertos. El país vecino recibe una gran cantidad de turistas provenientes de España, y aunque los principales destinos suelen ser las ciudades de Lisboa y Oporto, la nación lusa esconde otros muchos lugares dignos de visitar.
Una localidad que ha recibido su reconocimiento como un destino turístico a tener en cuenta es Ericeira, una pequeña villa cercana a la capital que ha sido nombrada por la OMT como uno de los mejores pueblos para visitar en 2024. La localidad es ideal para pasar unos inolvidables días de verano, ya sea relajándonos en sus playas como practicando surf.
El paraíso del surf
El municipio de Mafra, dentro del distrito de Lisboa, acoge el pueblo de Ericeira y su eterna esencia marinera. Sin perder sus tradiciones pesqueras, esta villa está reconocida como una de las reservas de surf más importantes del mundo; de hecho, está considerada como la primera de Europa y la segunda del mundo, según la organización norteamericana Save the Waves Coalition.
Cuna del campeón nacional de surf Tiago Pires, la localidad forma parte de campeonatos mundiales como el WSL - World Surf League Tour y el Quik Silver Pro Portugal. Entre las playas más idoneas para practicar este deporte estás las de Ribeira de Ilhas, Baía dos Dois Irmãos, Empa y São Lourenço.
Además, "la diversidad de olas propicia la existencia de varios grados de dificultad; las olas que mayor desafío representan son Pedra Branca, Reef, Ribeira d'Ilhas, Cave, Crazy Left, Coxos y São Lourenço", explican desde Turismo de Portugal. Pero quienes se adentren en este deporte por primera vez también tendrán la opción de disfrutar de las aguas de Ericeira gracias a las muchas empresas que imparten clases de surf.
Qué ver en Ericeira
Los deportes acuáticos no son el único atractivo de Ericeira. Esta preciosa villa nos espera con sus típicas casitas blancas de tejados anaranjados, y sus callejuelas empedradas llenas de vida. La iglesia de São Pedro, la Casa de Cultura Jaime Lobo e Silva y el Forte de Nossa Senhora da Natividade son algunas paradas interesantes en el pueblo.
Al casco urbano se suma la orografía de la zona, con altos acantilados y playas de arena dorada, y la gastronomía típica, con el pescado fresco a la parrilla y las langostas como máximos referentes. Y si queremos terminar el día con unas vistas sobrecogedoras al atardecer, las mejores opciones son ir a al Miradouro de São Sebastião o al Miradouro Praia Sul.
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