La Guardia Civil, en colaboración con varios países y en coordinación con Europol, ha desarticulado totalmente y ha dejado inoperativo el clan de los Balcanes, responsable de la mitad de la cocaína que llega a Europa.
De la operación Adriática, que ha durado más de cuatro años, han dado cuenta este jueves los responsables de la lucha contra el narcotráfico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de países como Serbia, Italia, Croacia, Dubai, Turquía y Alemania.
Tras la operación ha quedado totalmente desmantelado el clan de los Balcanes integrado por varias organizaciones que traficaban con cocaína que traían desde Brasil y, por la ruta de África Occidental, la almacenaban en Sierra Leona para distribuirla desde las islas Canarias a toda Europa.
En total, se ha detenido a 40 personas -13 de ellas en España y ya en prisión-, de las que tres eran "objetivos de alto valor" y se han incautado 8 toneladas de cocaína, armas de guerra, 12,5 millones de euros en efectivo y 3 millones de dólares también en efectivo, además de la inmovilización de bienes por valor de 50 millones de euros en Serbia.
Precisamente, ayer se llevó a cabo en España la última intervención contra este entramado, en concreto en Canarias y Málaga, con dos detenidos en cada caso, presuntos responsables de la recogida de la droga.
Tanto el general jefe de Policía Judicial de la Guardia Civil, Alfonso López Malo, como el teniente coronel responsable de la lucha contra el narcotráfico en la UCO, Óscar Esteban Remacha, han resaltado el desafío que suponía esta operación, pero han remarcado la importancia de su resultado fruto de la cooperación policial y judicial entre los países mencionados.
Desde Dubai y Turquía
Para los responsables de la operación, esta se ha desarrollado con una coordinación "sin precedentes a nivel policial" desde Europol y con la fundamental colaboración de países como Brasil, Turquía y el emirato de Dubai.
Era en Dubai y Turquía donde estaban establecidos los principales responsables de estos grupos criminales, estrechamente vinculados entre ellos y con capacidad de desplegar a sus colaboradores en distintas partes del mundo con el fin de facilitar ese tráfico global de cocaína, subraya la Guardia Civil.
Un velero con 1.000 kilos de cocaína,
Todo empezó para España en la operación Falkusa, desarrollada en septiembre de 2020 cuando la Guardia Civil interceptó 1.000 kilos de cocaína en un velero de bandera croata con destino a Canarias y detuvo sus tres ocupantes. Los investigadores pudieron comprobar que el velero había alijado la mercancía desde un carguero en aguas del Golfo de Guinea.
La información obtenida en esta operación, sobre todo la extraída de las comunicaciones encriptadas de los dispositivos intervenidos a los detenidos, fue compartida con Europol.
La Guardia Civil intercepta un velero croata con una tonelada de cocaína
Europa Press
Y tirando del hilo se llegó hasta una organización criminal que dirigía el tráfico de toneladas de cocaína desde Colombia, Ecuador y Brasil. Precisamente, este último país era el punto de origen en gran parte de los casos que se han investigando y desde el que salían sus envíos marítimos de la droga hacia centros logísticos en África Occidental -Sierra Leona y Costa de Marfil- y Canarias.
Más tarde, en agosto de 2023, la UCO interceptó una embarcación con 700 kilos de cocaína en aguas cercanas a Canarias. De esa operación, los agentes extrajeron información de gran valor, porque se constató que se había producido un transporte anterior de 500 kilos de cocaína procedente de Brasil, por la misma tripulación italiano-croata y la misma embarcación.
Interceptado un velero con más de una tonelada de cocaína que se dirigía a Galicia
Europa Press
Toda esta información fue de gran ayuda en el transcurso de esta macroperación, que sitúa a sus responsables e intermediarios procedentes en los Balcanes Occidentales. En la operación se han intervenido en Serbia armas de guerra, si bien los investigadores no han encontrado indicios de que procedan de las partidas enviadas a Ucrania.
Pero ninguna de estas sucursales podía moverse sin contar con una de las piezas claves del puzle: un 'broker', detenido en Turquía, y al que las organizaciones contrataban porque disponía de todos los medios necesarios para todas las fases del tráfico de cocaína.
Con capacidad para "mover toneladas de droga", a él recurrían para comprar la droga a los suministradores en Brasil, para poder depositar la cocaína en África y para su traslado a Canarias, es decir, tenía los contactos para toda la infraestructura necesaria, incluidas las narcolanchas.
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