El último día que se vio a Katy fue hace dos meses en una estación de autobuses.
Las autoridades tratan de hacer todo lo posible para encontrar a Katy. La joven, de 34 años, vive en Valencia pero su rastró desapareció el pasado 27 de abril en Barcelona tras enviar un mensaje a su madre en el que alertaba que la tenían secuestrada y que la iban a matar. Su madre intentó llamarla en varias ocasiones pero tenía el móvil apagado y, desde entonces, no ha tenido noticias suyas.
Tal y como describe la alerta emitida, la joven responde al nombre completo de Guisell Katherine de Sousa Quintero, aunque todo el mundo la llama Katy. Tiene una complexión normal, el pelo castaño oscuro con un mechón rojo, los ojos marrones y un tatuaje de unas golondrinas. Además, mide 1,58 metros.
Según ha declarado su madre, Irene, a El Periódico Mediterráneo, las cosas "extrañas" comenzaron una semana antes de la última vez que se la vio con vida, cuando una persona acudió a su casa el 22 de abril para comentarle que había aparecido la documentación de su hija tirada en el rellano de una finca. Dos meses antes, Katy se había independizado con una amiga, pero la dirección donde se encontró su documentación se encontraba lejos de su nuevo domicilio, así que decidió ir a la policía a denunciar.
Tal y como ha narrado su madre, los agentes empezaron a investigar y la localizaron en una estación de autobuses de Barcelona, por lo que los policías aseguraron que se trataba de una fuga voluntaria: "Vieron a Katy en la estación de autobuses. Estuvieron hablando con ella y la dejaron pasar, irse. A mí no me dijeron nada, quizá fue el primer error...".
"Me tienen secuestrada"
Un día después de aquello, fue cuando su madre recibió la alarma de su hija. "Me tienen secuestrada, me van a matar", le aseguró Katy en un mensaje. Su madre intentó llamarla pero, tras no obtener respuesta, acudió de nuevo a la comisaría, donde revisaron las imágenes de su hija en la estación: "Llevaba una mochila pequeña, un ordenador pequeño... Nada más. No llevaba nada para hacer vida, ni siquiera para un viaje largo. Se ve que era algo de ida y vuelta, nada más…".
Sin embargo, su madre no ha vuelto a tener ningún rastro de ella. Irene cree, así, que su hija no se ha ido por su cuenta y considera que puede haber sufrido una crisis debido a la enfermedad mental que le fue diagnosticada en 2009 y por la que toma medicación: "Ha estado ingresada en varias ocasiones con cuadros graves. Katy, de hecho, cobraba una pensión por dicha enfermedad".
"No sé si era una crisis, pues mi hija tomaba medicación, o es real, pero tengo pánico. Desde entonces no he vuelto a saber nada de Katy. Esta situación es muy dura. No puedes comer, dormir, vivir… No sé si mi hija está en la calle con una fuerte crisis, o si le ha sucedido algo, es horrible", lamenta.
Un rastro en París
Tras conocer el mensaje, la policía siguió investigando y ha analizado los posibles movimientos de Katy. No hay constancia de que haya hecho ninguna visita al médico o a cualquier otro sitio, pero un movimiento bancario la ha situado en París.
"¿Cómo pudo viajar a París?", asegura su madre, quien cree que se trata de un robo y un uso fraudulento de su tarjeta de crédito: "Me cuesta creer que Katy pueda estar allí. Me cuesta creer que su marcha sea por voluntad propia, la verdad. Si está viva, mi hija no está bien".
"Necesito encontrarla, viva o muerta, no puedo vivir así", afirma su madre, quien pide que no se detenga la búsqueda y que se haga todo lo posible por encontrarla: "No he tenido ninguna noticia de aliento de mi hija desde que desapareció".
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