Las operaciones para atender a los damnificados por las devastadoras inundaciones del sur de Brasil se han topado con un enemigo inesperado y feroz. A las dificultades que impone una lluvia que no cesa, el frío, las carreteras cortadas, etcétera, se suma una ola de noticias falsas agitadas por destacados bolsonaristas que dificultan los esfuerzos de los agentes del poder público para atender a los afectados, repartir la ayuda o inhiben las donaciones. El Gobierno federal, objetivo principal de la campaña de desinformación, ha denunciado algunas publicaciones y la Policía Federal ha abierto una investigación.
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