Después de 48 años de estrenarse, la película dirigida por Richard Donner continúa aterrorizando a las nuevas generaciones temerosas de la llegada del mal.
Cuenta la leyenda que el pequeño de cinco años Harvey Stephens se hizo con el papel de Damien Thorn después de propinar un puñetazo en los testículos a Richard Donner. En ese momento, pese a que había ocurrido a instancias del cineasta norteamericano, el joven se postuló como el candidato idóneo para interpretar al niño anticristo de La profecía.
Sus característicos pantalones cortos, su gorra y su triciclo, así como su ambigüedad entre el bien y el mal, acabarían transformando el filme del pequeño diabólico en uno de los títulos cumbres del cine de terror de los años 70. Un personaje para el que el joven tenía que teñirse de rubio a moreno para evitar una imagen demasiado angelical.
Damien regresó a 'La profecía' en 2006
Tan solo un año después del estreno, Stephens recibió a una nominación al Globo de Oro al Mejor actor novel en una película, pero su familia creyó que era demasiado joven para lidiar con la fama y debía centrarse en sus estudios alejado del ojo público.
Nacido el 12 de noviembre de 1970, en el barrio de Putney (Londres, Inglaterra), Harvey Spencer Stephens trabajó en dos producciones más. En 1980, el británico apareció en el telefilme Gauguin el Salvaje, donde interpretó al joven artista Emil, coincidiendo con actores de renombre como David Carradine, Lynn Redgrave, Flora Robson o Ian Richardson.
Ya no volveríamos a ver a Stephens hasta el año 2006 en el remake de La profecía, dirigido en esa ocasión por John Moore, presentándose como un reportero sensacionalista que preguntaba a Robert Thorn (Liev Schreiber) si la niñera fallecida se había drogado.
Tras su etapa escolar probó toda clase de empleos: desde encargado de un videoclub, hasta dueño de una compañía de limusinas, pasando por promotor inmobiliario. Todo sin éxito. A sus 54 años, Stephens es ahora está casado y es padre de dos hijos. Su último trabajo conocido fue en su propia empresa de seguridad que entró en liquidación en 2016. Ese mismo año quedó marcado por la tragedia después de que un acceso de ira le metiera en un verdadero lío.
La pelea de Harvey Stephens con dos ciclistas
El actor británico tuvo un altercado con dos ciclistas en Toys Hill (Inglaterra), después de que estos aparentemente bloquearan la calzada y omitieran los bocinazos de su coche. De hecho, uno de ellos acabó haciéndole un corte de mangas al actor, provocando que Stephens perdiera los papeles. En ese momento, el actor bajó del coche y le propinó dos puñetazos dejándole inconsciente, incitando al otro a que se acercara si quería acabar igual.
Durante el juicio, en el que se declaró culpable, su relación con el cine salió a colación para denunciar que intentaran vincular su papel como joven anticristo con la realidad. "Ese no era el camino que quería seguir", llegaría a pronunciar el abogado de la defensa.
En 2017, en el Tribunal de la Corona de Maidstone, el juez Martin Joy condenaba al actor de 12 meses de cárcel, con suspensión del permiso de conducir por dos años, tras causar daños corporales reales. A Harvey Stephens también se le ordenó "someterse a rehabilitación, hacer 150 horas de trabajo comunitario, pagar una indemnización de 1.000 libras esterlinas a cada víctima y 120 libras adicionales al afectado por su casco dañado".
Stephens concede entrevistas muy puntuales para hablar del recuerdo de uno de los papeles más terroríficos de la historia del séptimo arte. Este conflicto le volvió a posicionar en el foco mediático, a pesar de que había intentado evitarlo de todas las maneras posibles. Una última actualización de una vida alejada de las cámaras, pero sin renegar nunca del papel de Damien.
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