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La Central sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha solicitado a la Junta de Andalucía que informe sobre los protocolos seguidos en el traslado de cadáveres del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga a un contenedor frigorífico de alquiler. Una polémica decisión motivada por las obras de ampliación de la sala de grandes catástrofes y sobre la que el Gobierno andaluz ofreció distintas versiones después de que este periódico publicara una fotografía de los cuerpos en el suelo y amontonados uno sobre otro.
En la misiva, remitida a la Gerencia Provincial de Justicia y a la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales de Justicia, se reprocha que los restos tendrían que haberse llevado a "una ubicación con más espacio y mejores condiciones". "Para garantizar que no se produzca esta situación que realmente mancha la imagen de los trabajadores que de los IML", recoge el texto, en el que se añade que muchos de estos empleados eran desconocedores de la medida adoptada por la directora del Instituto de Medicina Legal, Esperanza López.
Manuel Postigo, delegado de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF Justicia, señala sobre el hecho de que los cuerpos fuesen "apilados en un reducido espacio" que "nos parece que han sufrido un trato muy poco digno tratándose de personas".
La organización sindical ha reclamado más información sobre "estos extremos" y que se aclare "si se han seguido las normativas sanitaria y judicial para el traslado de dichos cadáveres". Además, se cuestiona por qué no se abordó este asunto en la última reunión que del Comité de Seguridad y Salud, "donde se nos informó de las obras de adecuación de dicha nevera, pero no de que hubiese que trasladar cuerpos".
La Consejería de Justicia, Administración Local y Función Pública, en un primer momento, y a preguntas de El Confidencial, sostuvo que cada uno de los cuerpos movidos a la nevera instalada en Parcemasa se encontraba "en una balda metálica", "envuelto en un sudario" y "ningún cadáver está apoyado sobre otro".
No obstante, en la imagen publicada por este periódico se podían apreciar tres montones de cadáveres en bolsas que se organizaban en forma de U para tratar de optimizar el espacio. A simple vista se apreciaba una quincena de cuerpos, colocados en similar altura, que el Ejecutivo andaluz reconoció que fueron transportados a la nevera frigorífica portátil.
La instantánea hizo cambiar la versión original del Ejecutivo andaluz. La Delegación Territorial de Justicia, veladamente, se excusó por lo sucedido y lamentó que "el riesgo de caída —de los cuerpos— haya obligado a los responsables a tomar decisiones que hayan podido generar rechazo".
"En todo momento, los cuerpos han sido tratados con el respeto necesario, recogidos en sudarios, sin que exista contacto entre ellos", respondía a las fuentes consultadas entonces por este periódico, que apuntaban a la situación indigna en la que se encontraban los fallecidos: "Amontonados como sacos". Una circunstancia en la que coincide el sindicato.
Postigo aprovechó para insistir en el desagradable asunto de los olores en la Ciudad de la Justicia de Málaga, y cuyo epicentro es el IML. "Aunque en la última reunión se nos indicó que estaban gestionando una solución, la realidad es que en breve subirán las temperaturas y volveremos a tener el mismo problema si no se actúa con rapidez".
La Central sindical Independiente y de Funcionarios, que ha levado esta cuestión a la Inspección de Trabajo, considera que "la solución más factible" sería la de trasladar el servicio de Patológica —que realiza las autopsias y donde se almacenan los cuerpos— a otra ubicación que no esté dentro de un edificio administrativo.
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