"Hola, te llamaba para decirte que este es un tema muy importante. Es para preguntarte si la noticia puede ir en abierto y no únicamente para suscriptores. Así lo puede leer todo el mundo". Quien habla al otro lado del teléfono es una vecina de la calle Félix Candela, en Valdebebas. La mujer está especialmente interesada en la publicación de este tema: lleva meses inmersa en una gresca vecinal para evitar la construcción de un proyecto municipal próximo a su domicilio. No obstante, tiene cierto temor. Ninguno de los residentes que participan en este reportaje quiere dar su nombre porque, según relatan, están teniendo problemas con otros residentes. Tuvieron, además, que crear un WhatsApp paralelo para huir de las amenazas. "Queremos evitar represalias", dicen. "Se han colgado carteles y los han arrancado", continúan. Pero, ¿cuál es el problema? La construcción de un campo de fútbol frente a sus viviendas. Están convencidos de que dicha infraestructura traerá mucha contaminación acústica y problemas de aparcamiento.
El conflicto entre vecinos empezó cuando se conoció la ubicación definitiva del proyecto. En un primer momento, iba a levantarse a escasos metros de la parcela actual, en la calle Félix Candela con Josefina Aldecoa. Esta instalación fue el proyecto ganador de los Presupuestos Participativos y contó con más de 4.000 votos a favor. Entonces gobernaba el anterior equipo municipal. "Valdebebas tiene su propia fisonomía y sus propias necesidades. Hay mucha gente joven y si quieres potenciar la calidad de vida, el deporte es estratégico y fundamental", señaló la por entonces vicealcaldesa, Begoña Villacís. La gran apuesta deportiva del barrio nunca llegó a construirse.
El presidente del Club de Fútbol de Valdebebas fue quien presentó el proyecto al Consistorio. Le dijeron que la infraestructura estaría lista entre 2023 y 2024; por lo que tiene todas las esperanzas puestas en los próximos meses. "Tenemos a unas 500 personas apuntadas de entre 4 y 50 años. Para entrenar tenemos que desplazarnos a La Moraleja o a Sanchinarro. A todo hay que ir en coche y yo estoy deseando que los chavales puedan venir andando a jugar", explica a El Confidencial.
Uno de los puntos neurálgicos de la pelea es la urbanización de la calle Félix Candela, 47. Los residentes de un lado de la colonia tendrían la pista justo enfrente de su terraza. Al lado de la parcela del recinto, se ubica un centro escolar. Este, en cambio, no les molesta tanto porque los fines de semana no hay actividades. "Cuando vinimos a vivir aquí, sabíamos ya lo del colegio, pero esto no", señala uno de los anticampo. Alta traición. A tres kilómetros de dicha ubicación se encuentra la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Paradójicamente, la cuna del fútbol madrileño no quiere un estadio.
Según el mapa posterior, Madrid cuenta con más de 100 instalaciones municipales en las que jugar al fútbol. La mayoría se concentra en los barrios residenciales fuera del centro de la ciudad. En Valdefuentes (barrio al que pertenece Valdebebas) tan solo cuenta con la instalación deportiva de Las Cárcavas, a casi cuatro kilómetros de donde se pretende construir el nuevo estadio.
Además, si Valdebebas carece de servicios públicos, no es por ser una zona marginal, sino emergente. Está al noreste de la capital y pertenece al distrito de Hortaleza desde hace un año. En la legislatura pasada se modificaron los límites administrativos para integrar todo el territorio en el mismo distrito; antes, una pequeña parte pertenecía a Barajas. Las viviendas son urbanizaciones nuevas —algunas todavía en construcción— de alto nivel.
Los precios en Idealista oscilan entre los 500.000 y 1.800.000 euros. Según el portal Fotocasa, el precio del metro cuadrado es de 4.718 euros y el coste medio de un inmueble alcanza los 729.053 euros. Pasillos de hotel, terrazas acristaladas y fachadas de diseño. Cuenta, además, con grandes y amplias avenidas acordes al modelo urbanístico que impera en los nuevos desarrollos de la capital.
Los detractores del campo sospechan que el Club de Fútbol de Valdebebas alquilará el espacio los días que no tengan entrenamiento. De ser así, la convivencia para ellos se complicaría. "Además, se ocuparía todo el aparcamiento", continúan. Sin embargo, no está claro que la dotación deportiva vaya a ser destinada al CF Valdebebas, porque se hará un proceso de licitación. Si el espacio se adjudica a otro equipo, desde el club sostienen que irían a consultar el precio del alquiler del recinto. Aseguran que su máxima necesidad es poder entrenar en el barrio.
"Ellos han recogido 400 firmas en contra y nosotros somos 1.000 padres a favor", continúa el presidente del club, destacando que la polémica se reduce a unos pocos rebeldes frente al sentir generalizado del barrio. "Hay insultos por Twitter", continúan los anticampo. Lo cierto es que la Junta Municipal de Hortaleza, según fuentes municipales, no ha registrado ninguna queja oficial de una asociación vecinal, sino que recibió personalmente a la única persona que se manifestó públicamente en contra.
"[El proyecto] está recogido en las cuentas del Ayuntamiento de Madrid para el año 2024 por un importe de 1,8 millones de euros", reseña el Consistorio. "A los que viven en el otro lado [de la urbanización], les da igual y no les afecta. Pero esto va a ser ruido constante de lunes a domingo, de 7 de la mañana a 12 de la noche. Se van a devaluar los pisos", continúan. Desde el club admiten que hay entrenamientos que pueden durar hasta las 23:00 horas.
Lo único que tienen en común ambos bandos es que es "un tema muy importante", tal y como detalló la primera vecina al inicio de estas líneas. Unos, porque llevan años reclamándolo. Otros, porque no quieren oír los pitidos del árbitro diariamente. Y otros, simplemente, tienen otras preocupaciones: "Si tengo que elegir entre un campo de fútbol o que, por fin, pongan un centro de salud... pues me quedo con el centro de salud". Valdebebas cuenta con unos 30.000 residentes, pero no tienen ni un solo ambulatorio.
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