Podemos se queda en los huesos: "Si todo es conmigo o contra mí, estás solo"

Podemos se queda en los huesos:

Podemos construyó un castillo de naipes que poco a poco se queda sin cartas. La salida constante de dirigentes y las acusaciones cruzadas de traición, deslealtad o amiguismo han dejado en los huesos a la formación fundada por Pablo Iglesias. El camino lo abrió Íñigo Errejón hace años, pero muchos han seguido sus pasos en los últimos años por diferentes cuestiones. Tanto en la estructura del partido, como en los canales mediáticos controlados ahora por el exvicepresidente del Gobierno, también fuera del organigrama de forma oficial. Lilith Verstrynge o Juan Carlos Monedero, despedido de Canal Red, son algunos casos destacados.

Este jueves se marcó el hombre que lideró a Podemos en las elecciones gallegas de 2020, Antonio Gómez Reino. Días antes, Jaume Asens hizo lo propio. Hace dos meses que el exdiputado de Podemos no tiene carné de partido, aunque su marcha no se ha hecho pública hasta ahora. Asens envió una carta de despedida a la directiva en la que explicaba el "dolor" vivido y la necesidad de salir para estar en paz. Se dio de baja para poder seguir vinculado a los Comunes, la marca catalana que nació de los morados y ahora liderada por Ada Colau. Un pilar fundamental para Yolanda Díaz en Sumar.

El exdiputado atiende a El Confidencial tras su marcha. "No he dado los motivos de mi salida y creo que no lo haré, porque mis palabras de adiós no han sentado bien a mis antiguos compañeros", reconoce. Asens admite que hace mucho que está desvinculado de la estructura interna e incluso no iba a las reuniones, aun habiendo sido miembro de la Ejecutiva, negociador clave en Bruselas con Carles Puigdemont y partícipe del Consejo Federal.

EFE

No salió de los chats comunes para no hacer ruido y no dimitió a bombo y platillo para no acaparar el foco. "No tengo grandes discrepancias políticas con Podemos, pero hace mucho que me dicen que encajo más en otros lugares", expresa, sin confirmar si este será el inicio de un salto a Sumar. Lo que tiene claro es que este no es su Podemos: "No lo reconozco, y yo en quienes creo es en esos compañeros del 2015 que entendían mejor la transversalidad", resume, aunque admite que en su carta de despedida también dijo cosas "que no debía decir", sin especificar cuales, "llevado por la emoción".

Antes que él fue Daniel Ripa quien dijo basta. Lo primero que aclara el exdiputado en el Parlamento de Asturias es que él sigue siendo de Podemos. "Una cosa es que me hayan abierto un expediente disciplinario y otra muy distinta es que ya no sea del partido", defiende. La suya es la última aldea gala de los morados en España, pero también su china en el zapato. En febrero del año pasado propusieron retirar el carné a Ripa o echar a su cabecilla en la región, Covadonga Tomé, además de anunciar 34 expedientes dirigidos tanto a ellos como a sus compañeros. Es un ejemplo de cómo el grupo que un día prometió conquistar el cielo por asalto se le vuelve en contra con la salida de varias de sus figuras conocidas.

"Pablo Iglesias se equivoca y tiene razón. Es una paradoja, pero es lo que tenemos", se sincera Ripa, tras reconocer que ha quedado un cierto sabor agridulce. ¿A qué se refiere? "La estrategia de atomización de Podemos tiene sentido por los ataques mediáticos o internos que ha vivido, pero cuando lo reduces todo a un conmigo o contra mí, entonces estás solo", resume.

El caso de Madrid

En Madrid la situación ya es muy distinta. Los hay que, como Roberto Sotomayor o Alejandra Jacinto, ya no quieren hablar del tema. La segunda dejó su camino en la Comunidad de Madrid tras no sacar ni un escaño en las autonómicas del 28 de mayo. Ya en campaña se mostró sonriente junto a Sotomayor –antes candidato al Ayuntamiento–, Jesús Santos –candidato por Podemos en Alcorcón–, y Yolanda Díaz, en el primer paseo conjunto de miembros en activo de Podemos con la líder de Sumar. El acontecimiento causó furor e incomodó a los morados, aunque se exhibía unidad en una campaña que no era fácil.

El primero, atleta reconvertido a político, vio cómo todo saltaba por los aires con la salida de los cinco diputados al grupo mixto. "Para mí ese fue el verdadero punto de inflexión", sentencia Sotomayor. Opina que el partido se ha convertido en el brazo político de Canal Red, el canal cofundado por Pablo Iglesias, y que le hace flaco favor el utilizarlo como un "medio de partido" y no como un difusor de ideas en sí mismas. También cree que los amiguismos han ido demasiado lejos, y recuerda que ha sido Isa Serra la designada sucesora de Jacinto para encabezar la candidatura por la Comunidad, muy cercana a la exministra Irene Montero.

"No es la primera vez que ocurre y puede que tampoco la última, porque Podemos es un partido muy endogámico", resuelve. Aún recuerda el aciago incidente en el que el líder histórico del partido le llamó cocainómano por criticar a los suyos en una entrevista, realizada tras su salida del grupo municipal y de las filas moradas. "Hemos tenido el honor de representar a muchos ciudadanos y no estamos para entrar en descalificaciones tan vagas y cutres", sentencia. El camino de Podemos está plagado de espinas y muchas están dentro de casa.

Alejandro López de Miguel

Otros dirigentes que estuvieron en la cúpula de los morados hasta su salida por discrepancias políticas también hacen su análisis. El gran error percibido fue el cómo se afrontaron las elecciones generales. Podemos accede y a última hora entra en la coalición con Sumar, pero lo hace a regañadientes y sin convencimiento. Al final, se fueron y pasaron al grupo mixto con sus cinco diputados, cuatro tras la marcha de Verstrynge.

Aunque suele decirse que las diferencias en Podemos miran más hacia lo estratégico que a lo ideológico, un antiguo dirigente discrepa. El principal punto de inflexión para la discordia entre ideas es el cómo estar dentro del Gobierno: si como lo está Díaz, en una postura suave y menos combativa, o con un rol similar al de Belarra, que opta por la confrontación para diferenciarse del PSOE.

Marisol Hernández

Poco se sabe tampoco Nacho Álvarez, que rozó el Ministerio de Economía antes de volver a la Universidad por el volantazo de su partido, que no aceptó que fuera él quien cubriera la cuota por los morados en el Consejo de Ministros que perfilaba Díaz. Fue el negociador principal de Unidas Podemos en la pasada legislatura y se mantuvo en ese puesto en Sumar, pero acabó fuera tras la maniobra de Díaz de proponerlo como ministro en la cuota de Podemos.

Así, con tantas idas y venidas, Podemos se queda raquítico. Primero fue Sergio Gregori, periodista y cofundador de Canal Red. Luego, Juan Carlos Monedero, uno de los padres del partido. La lista histórica es extensa: Íñigo Errejón, Pablo Bustinduy, Carolina Bescansa, Luis Alegre, Tania González...

Una de las últimas salidas ha sido la de Lilith Verstrynge, que era secretaria de Organización. Anunció hace unos días su marcha de Podemos y renunció a su acta de diputada en el Congreso. En la pasada legislatura había sido secretaria de Estado de Derechos Sociales y Agenda 2030 con Ione Belarra después de Enrique Santiago, de IU, fuera expulsado del Gobierno. Verstrynge no dio explicaciones y se remitió a un escueto mensaje en redes. Aunque hubo quienes respondieron con textos deseándose salud y una pronta recuperación, como Belarra o Montero. Ella en ningún momento ha confirmado o anunciado tener alguna enfermedad.



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