El ámbito de la defensa siempre ha sido punta de lanza en materia de desarrollo tecnológico. La lista de innovaciones que llegan al público general tras recorrer mucho camino en el entorno militar es larga (y milenaria). Sin embargo, la nueva realidad geopolítica y la cuarta Revolución Industrial están llevando a las Fuerzas Armadas españolas y a la industria de defensa a recorrer un camino inédito y repleto de desafíos. Una senda en la que se demanda más inversión para cumplir con la UE y la OTAN, en la que es urgente responder a la necesidad de formar adecuadamente a los profesionales que integrarán el ecosistema de defensa en las próximas generaciones. ¿Cómo debe afrontar España las amenazas híbridas? ¿Son competitivas tecnológicamente nuestras empresas y startups de defensa? ¿Podrá solventarse la brecha de talento ante un auge sin precedentes de la demanda de recurso humano en el sector?
Estas y otras cuestiones orientaron las reflexiones en la segunda parte del foro Desafíos de la Industria de la Defensa, organizado por El Confidencial junto a Indra, LLYC, Grupo Oesía, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba, con la colaboración de Airbus, ITP Aero, GAM, Santa Bárbara Sistemas, Universae y Urovesa. De esta forma, la jornada concluyó con tres mesas redondas vespertinas y contó con la participación de María Amparo Valcarce, secretaria de Estado de Defensa, y Jorge Paradela, consejero de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía.
“En los últimos años, la defensa se está enfrentando a algunos de los mayores desafíos desde la Guerra Fría", explicó en su discurso de clausura la secretaria de Estado de Defensa. "Esta nueva situación geoestratégica internacional ha despertado la conciencia de que es necesario incrementar los niveles de defensa y seguridad como garantes de nuestros derechos y libertades, pero también se trata de una inversión eficiente que contribuye a generar industria, empresa, empleo y cohesión territorial”, agregó.
Según sus palabras, el nuevo contexto “exige pasos firmes para hacer frente a los desafíos y satisfacer las necesidades de defensa de España, Europa y la OTAN. Debemos responder con ambición”. En relación con lo apuntado en el primer tramo de la jornada, Valcarce explicó que “el Gobierno de España, en consonancia con la UE, quiere mejorar la capacidad industrial y competitiva del sector, incluyendo a las pymes y startups porque, apoyando a las firmas emergentes e innovadoras, generaremos un tejido fuerte. Ese es el gran reto para 2024, junto al impulso de proyectos estratégicos como la base logística del Ejército de Tierra de Córdoba”.
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Por su parte, Paradela destacó “el fuerte arraigo que tiene la industria de defensa en Córdoba, donde ejerce un importante efecto tractor”. El consejero de Industria, Energía y Minas puntualizó que “si Europa quiere reindustrializarse desde la digitalización y la sostenibilidad, nuestra región juega un papel protagonista en los dos ámbitos: nos hemos volcado en la transición energética y la alta tecnología, como demuestran nuestra apuesta por las moléculas verdes y el peso de la industria aeroespacial, entre otros ejemplos”, subrayó.
La defensa en la era multidominio
La primera de las tertulias celebradas en horario de tarde tuvo por título Desafío híbrido y fue moderada por Manuel R. Torres, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, experto en terrorismo, estrategias híbridas y desinformación. El debate contó con la participación de Fernando Alejandre, ex-Jemad y asesor de RETI España; el teniente general José María Millán Martínez, director del Centro de Sistemas de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Cestic); el teniente coronel Francisco Marín Gutiérrez, del mando conjunto del Ciberespacio (MCCE), y Miguel Ángel Panduro, CEO de Hispasat.
El ex-Jemad hizo pedagogía para aclarar que la defensa actúa en estos momentos en nuevos ámbitos que van más allá de la tierra, el mar y el aire: “El nuevo escenario plantea nuevos dominios como son el espacio exterior, el ciberespacio y la cognición humana. El desafío es híbrido, porque los ataques pueden estar relacionados con terrorismo, desinformación y polarización o la ciberseguridad”, expuso. Bajo su perspectiva, “la guerra ahora se mueve en una zona gris entre la paz y el conflicto total y es asimétrica. El adversario débil domina determinadas tácticas que lo igualan al fuerte”. “En los próximos 15 o 20 años, en España nos enfrentaremos a algún tipo de amenaza híbrida que pondrá en peligro la seguridad de toda la sociedad. La única solución será afrontar esta cuestión desde una perspectiva nacional”, reivindicó Fernando Alejandre.
"España se enfrentará a amenazas híbridas que solo se podrán hacer frente desde una perspectiva nacional", F. Alejandre (ex-Jemad)
Por su parte, el jefe del Cestic aclaró cuáles son, en su opinión, “las cinco grandes capacidades que permitirán combatir en el multidominio: la hiperconectividad, el nuevo sistema nacional de mando y control, la interoperabilidad, la ciberseguridad y el cambio cultural de la defensa”. Respecto al último punto, el teniente general Millán Martínez señaló que “se trata del más complicado de todos, porque consiste en sacar una idea para poner otra. Es decir, el tránsito hacia la nueva forma de hacer defensa digital”.
En su intervención, el teniente coronel Marín Gutiérrez confirmó que “se ha ampliado exponencialmente la superficie de ataque porque cada vez hay una mayor dependencia de las tecnologías e internet”. Este razonamiento le llevó a concretar que el riesgo se encuentra en “los nuevos agentes de la amenaza, como actores que se encuentran al mismo nivel que algunos Estados, el hacktivismo híbrido y los usuarios como puerta de entrada de ciberataques”. “La parte positiva es que ahora los agentes de defensa estamos involucrados de forma intensa y cooperamos más”, enfatizó el experto.
En el dominio espacial, “vivimos una revolución sin precedentes porque su acceso se ha democratizado”, remarcó Miguel Ángel Panduro. Y en esta situación, “España está muy bien situada”, amplió. ¿Por qué? Para el CEO de Hispasat, “nuestro modelo de colaboración público-privada es la clave, como demuestra el hecho de que en el próximo lustro tendremos los satélites de comunicaciones más avanzados de Europa. Nuestros aliados nos envidian y la OTAN ya ha mostrado su interés. En otras palabras: somos miembros de un club internacional muy exclusivo”. Para demostrar sus afirmaciones, recordó que, por ejemplo, “en febrero del año pasado, enviamos un satélite desde Cabo Cañaveral con una carga del Departamento de Defensa de Estados Unidos”.
La tecnología, en defensa de los valores
A continuación, se celebró la mesa redonda Desafío tecnológico, moderada por Marta García Aller, analista de El Confidencial y autora de libros sobre los retos de la sociedad tecnológica como Lo imprevisible. En esta ocasión, los participantes fueron Pablo García-Berdoy, responsable de Asuntos Públicos para Europa de LLYC; Justo Sierra Rey, CEO de Urovesa; el general de división Enrique Campo Loarte, subdirector general de Planificación, Tecnología e Innovación del Ministerio de Defensa, y Roberto Trigo Martínez, jefe del Departamento de Grandes Instalaciones y Programas Duales de CDTI.
Para Pablo García-Berdoy, “ahora somos más responsables y menos inocentes. Este periodo tan particular que vivimos afecta a España hasta el punto de que hemos dejado atrás la edad de la inocencia y nos hemos dado cuenta de que hay que invertir en defensa porque significa hacerlo en valores, modelo de vida y seguridad”. El experto de LLYC recomendó “profesionalizar el acceso a los fondos europeos, aprovechar todas las oportunidades de financiación y dialogar permanentemente con el ecosistema europeo”.
"España no necesita más pymes de defensa, sino que estas crezcan y puedan participar en los grandes proyectos", Roberto Trigo (CDTI)
La cooperación fue una de las líneas generales que marcó la tertulia. De hecho, Justo Sierra recordó que “un producto de defensa es un proyecto muy complejo en el que participan numerosos actores especializados, pero también los propios ejércitos y los centros de conocimiento. En estos momentos, la cooperación es más necesaria que nunca”. El reto, en su opinión, es “la financiación, ya que se necesitan grandes programas liderados por empresas tractoras que permeen hacia otras más pequeñas. Estas son fundamentales, porque tienen capacidad y agilidad, y en su esencia está la innovación”.
Por su parte, el general Campo Loarte explicó que “Defensa tiene una estrategia conocida donde se recogen los objetivos tecnológicos de interés”, aunque precisó que “la disrupción no siempre viene de la mano de una nueva tecnología, sino que para el ejército el uso innovador de tecnologías existentes también tiene el mismo efecto”. También detalló algunos elementos del programa Coincidente y lo puso como ejemplo “de colaboración público-privada, donde se cofinancian proyectos maduros de aplicación civil para introducirlos en el ámbito militar”.
El encargado de cerrar la mesa redonda tecnológica fue el representante del CDTI, quien aseguró que la entidad que representa “siempre ha tenido una orientación transversal, pero, al mismo tiempo, ha sido consciente de la necesidad de fomentar la colaboración en defensa. Es importante que haya una buena cooperación, porque así se explota al máximo la inversión pública, venga de donde venga”. Sobre las pymes, Trigo sostuvo que “España tiene una gran cantidad, pero nuestro objetivo no es que haya más, sino que estas crezcan, porque para participar en algunos programas hace falta que tengan una gran dimensión”.
El talento de un ejército moderno
Finalmente, el último coloquio de la jornada se tituló Desafío de talento y competitividad y fue moderado por José Luis Losa, periodista económico de El Confidencial. El panel de expertos estuvo constituido por Diego García Pastor, director corporativo de Desarrollo de Negocio de GAM; Manuel Gazapo Lapayese, director institucional de Universae; el general de brigada Enrique Ruiz Alonso, jefe de la Oficina de Proyecto de la Base logística del ET, e Ildefonso Vera Gómez, director de Innovación, Procesos y Transformación Digital de Isdefe.
Enrique Ruiz Alonso afirmó que “la nueva base logística de Córdoba es un buen ejemplo de adaptación y de cómo debe ser un ejército moderno”. Respecto al talento que necesitan las fuerzas armadas en ese proceso de transición, aclaró que “para hacer una buena logística, necesitamos conocimiento y experiencia, pero también innovación”. “Esta será una verdadera ciudad inteligente y demandaremos nuevos perfiles alejados de los sectores que tradicionalmente han generado empleo en el área cordobesa. Pero nos nutriremos de la FP para contratar a cerca de 900 profesionales, del total de 1.750 trabajadores que tendremos”, subrayó el general, quien lidera la Oficina de Proyecto de la mencionada base.
"Nos nutriremos de la FP para contratar a 900 empleados de los 1.750 que necesitará la nueva base logística", E. Ruiz, general de Brigada
Para Idelfonso Vera Gómez, “la verdadera clave de la transformación es la persona. Dado que la digitalización es algo obligatorio, la capacidad de las empresas para adaptarse a los cambios supondrá un verdadero elemento de competitividad”. La recomendación del representante de Isdefe para captar y retener el talento es “escuchar a los profesionales y sus demandas sobre trabajo remoto, la posibilidad de colaborar en varios proyectos a la vez o la flexibilidad que habitualmente reivindican”.
Manuel Gazapo Lapayese puso de relieve uno de los paradigmas que se han visto alterados en lo que a formación militar se refiere: “El sistema educativo ahora permite aprovechar la experiencia de nuestros militares y que continúen formándose, solventando las barreras horarias y geográficas. La formación online repercute muy positivamente”, destacó. Asimismo, el director institucional de Universae llamó la atención sobre el hecho de que “la defensa ya no es algo ajeno, como tampoco ahora la FP es la opción B en materia de estudios. Cada vez hay más interés por parte de las familias y la clave, más allá del salario y la estabilidad, es la contribución a la seguridad nacional”.
Finalmente, Diego García Pastor corroboró “la necesidad de formación que demanda el sector industrial ligado a la defensa” y explicó que “de esa carencia nació la idea de crear nuestro propio centro de formación”. El director corporativo de Desarrollo de Negocio de GAM precisó que “el año pasado impartimos cursos para casi 30.000 personas. A veces nos centramos en la búsqueda de talento fuera de la empresa, pero también hay que incidir en la formación de los propios empleados para reducir la brecha de talento y minimizar la rotación”, concluyó.
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