El trombón valenciano de C. Tangana, mix de bachata y pasodoble que apunta a himno fallero

El trombón valenciano de C. Tangana, mix de bachata y pasodoble que apunta a himno fallero

La noche en que C. Tangana completaba el aforo del Wizink Center de Madrid presentando su álbum El Madrileño, el compositor sabía que la gira emprendida hacía muy pocas fechas olía a ruina económica. El enorme despliegue de producción y la inversión en equipo humano, tras contratar a 35 músicos profesionales para todo el tour, parecía insostenible. En una reunión posterior al bolo capitalino, el cantante y su agente explicaban a sus músicos por videoconferencia que no viajarían a América: el espectáculo solo se salvaría con un formato austero. Uno de los músicos que escuchaba atentamente las explicaciones era el trombonista valenciano Sergi Aragó.

Aragó estudió trombón, jazz y trombón moderno en Barcelona, ciudad a la que marchó siendo un niño. Criado en la calle Cuba, del barrio valenciano de Ruzafa, el músico posee esa mezcla valenciano-catalana con querencia por los vientos de las orquestas, las rumbas de bar de viejos y el son latino. Ser hijo de madre conquense añadió un plus de constancia. “Tengo una buena combinación de orígenes, desde luego. Aprendí de lo mejorcito de la trompeta y el trombón en este país, que es valenciano, existe una tradición valenciana brutal de vientos que ejerce como profesor en el Esmuc (Escuela Superior de Música de Cataluña)”.

La relación laboral entre Sergi Aragó y C. Tangana se explica mediante la figura del productor y multiinstrumentista Víctor Martínez. Este ilicitano, partícipe fundamental, junto a Alizzz, en la elaboración de El Madrileño, venía forjando su carrera junto a otros ilustres músicos valencianos como Niño de Elche, Guitarricadelafuente y Mafalda. “Conocí a Víctor tocando salsa en Barcelona hace alrededor de siete años, cuando yo tenía veinte. Le da a todo bien, ya sean timbales, guitarra, voz, lo que haga falta. Niño de Elche lo llamó para hacer Un veneno de Tangana en Operación Triunfo y a partir de ahí se montó el asunto del disco, y después se convirtió en el director musical de la gira de El Madrileño. Él se encargó de seleccionar a los músicos de Tangana y allí empecé la aventura”, explica el trombonista.

Tacho. (Cedida)Tacho. (Cedida) Tacho. (Cedida)

Los ensayos de aquella megalómana empresa comenzaron en diciembre de 2021, con cien personas de staff. “Mira que yo he girado con Els Catarres frente a 100.000 personas en las fiestas de La Mercè y he tocado en el Palau Sant Jordi con Oques Grasses, pero la magnitud del show pensado por C.Tangana era otra movida”, recuerda Sergi, “cuando llevábamos tres conciertos, en marzo decidieron prescindir de los dieciséis miembros de metales y cuerdas para las primeras citas americanas. Los de la orquesta nos quedamos en casa porque si no la gira se cancelaba.

Fue un bajón, pero entendimos que era necesario, y esa decisión aparece en la película documental Esta ambición desmedida”. La orquesta se reincorporó para los conciertos en la temporada veraniega de festivales, y en noviembre de 2022 todos viajaron a México, Colombia, Argentina y Chile. “No hubo otro espectáculo musical mejor que este aquel año”, afirma el músico.

La zona de confort

Durante el confinamiento, Aragó se cansó del trombón, un instrumento que implica un gran esfuerzo de la musculatura facial. Rebautizado como Tacho, empezó a componer y a cantar sus propios temas, influido por el bagaje latino acumulado en las múltiples horas de escenario. “He trabajado como músico para grandes bandas y solistas y quería buscar mi camino”, incide Sergi, “salir de mi zona de confort y ejecutar mis propios shows”. La última gira de Tacho presentando su segundo disco por salas de pequeño aforo contó con el apoyo del circuito musical Girando Por Salas, con financiación del Ministerio de Cultura.

Tacho con C Tangana en la gira de El Madrileño. (Cedida)Tacho con C Tangana en la gira de El Madrileño. (Cedida) Tacho con C Tangana en la gira de El Madrileño. (Cedida)

A finales de 2023 se marcó una de las rumbas del año, recuperando a Los Manolos para un ejercicio de estilo desenfadado. Hace apenas una semana lanzaba Arrimaeta, una bachata con pasodoble que podría ejercer de anfitriona en los casales falleros y verbenas valencianas. “Es una canción para el disfrute de todos los valencianos. Aquí hay punch de ruta bakalaera, baile tradicional y música latina. No tenemos el músculo financiero para invertir en posicionamiento de una canción en redes sociales, pero el tema está funcionando en este nuevo boca-oreja que produce Instagram”, argumenta Aragó, “algunos casales ya lo están pinchando en sus fiestas, el videoclip ha aparecido en la televisión autonómica À-Punt, vamos a presentarlo en Fnac Valencia y en breve haremos un concierto en Benicarló con la Associació Musical Ciutat de Benicarló”.

En una escena que no anda sobrada de sentido del humor y descaro, Tacho aparece como un verso libre, intentando despuntar en un negocio monolítico. “El espíritu de Valencia es una banda de música dentro de un jolgorio. Mezclar bachata y pasodoble no fue complicado, tienen un tempo muy similar. No hay cosa que me guste más que dejar huella en la gente que viene a mis conciertos y escucha mis canciones, aunque sean pocos. Soy un apasionado de la timba cubana, los corridos tumbados de Natanael Cano y el carisma de Jorge Sepúlveda, y eso es lo que pretendo transmitir”, concluye el valenciano.



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