Con cronómetro a la ducha por los límites ante la sequía: "Nos lavaremos en 3 minutos"

Con cronómetro a la ducha por los límites ante la sequía:

La sequía ha pasado a ser el principal problema para la inmensa mayoría de los catalanes. La Generalitat de Cataluña anunció este jueves lo que todos esperaban: limitaciones en un total de 202 municipios por la escasez de agua, afectando a cerca de seis millones de habitantes de varias zonas. La región vive uno de sus momentos más críticos, peor incluso que el año pasado, cuando en verano hubo que restringir el consumo y aprobar medidas de urgencia. La nueva orden es más restrictiva ahora y no se podrán consumir, de momento, más de 200 litros diarios por persona, actividad o negocio.

Las limitaciones, que se aplicarán en localidades repartidas por el área metropolitana de Barcelona y algunas zonas de Girona, se han aceptado con cierta resignación. La realidad es que no queda otra. Así lo afirman testimonios recabados por este diario entre representantes de distintos sectores de la población. En los gimnasios, por ejemplo, podrían cerrar las duchas o limitar el agua de las fuentes. Es lo que ya sopesan en el be24FIT, uno de estos centros, ubicado en Sant Cugat del Vallès.

"Hemos plagado de carteles las entradas a las duchas y estamos pidiendo a los usuarios que paren el agua cuando se enjabonen, o que la consuman por el menor tiempo posible", cuenta un empleado de este centro deportivo. Por el momento, respiran tranquilos. Como no tienen piscinas, saunas o jacuzzis, creen que, si todo el mundo sigue sus recomendaciones, no tendrán grandes problemas para continuar con su actividad.

Tres fases y tres minutos

Para que las restricciones se adecúen a las circunstancias, el Govern las ha dividido en varias etapas, que se irán desbloqueando según el nivel de los embalses. En la primera fase, el límite por persona y día serán 200 litros. Por su parte, la agricultura y la ganadería restringirán su consumo habitual en un 80% para el primer caso y en un 50% en el segundo. En la siguiente fase, la cifra caerá a los 180 litros. Y en la tercera etapa, se prohibirá el riego con agua no potable, salvo en casos extremos, y se limitará el agua a los 160 litros diarios por persona.

Barcelona ciudad no llega a los 200 litros por habitante

Más allá de los números, las primeras restricciones ya tendrán una incidencia notable en la vida de los ciudadanos. Los 200 litros de agua que pueden gastarse por persona y día equivalen a una ducha de 10 minutos. "Pues entonces nos lavaremos en tres", bromea al teléfono un camarero de Castelldefels (Barcelona).

Prefiere no dar su nombre y se muestra tranquilo porque, aunque no es el jefe y las pérdidas no le repercutirán directamente, cree que todo va a ir bien. "Nuestro lavavajillas es muy pequeño, de estos que se acoplan a la barra. Ya el año pasado hubo restricciones y funcionamos casi como siempre", recuerda. Eso sí, no podían "regar las terrazas" y tendrán que hacer un uso más cuidadoso de los recursos. Pero, como expone, ya han pasado antes por una situación similar y salieron bien parados.

E.D.

Para Helena Sangiao, que vive con sus dos hijos pequeños de cuatro y siete años en Santa Coloma de Cervelló, un pueblo de unos 8.000 habitantes de la provincia de Barcelona, las cosas han cambiado mucho desde el verano de 2023. Fue entonces cuando empezaron a concienciarse de lo que se les venía encima —o más bien, de lo que tenían ya ante sus ojos— y empezaron a valorar de otra forma los recursos que tienen al alcance de la mano en su día a día: "A veces me sorprende que incluso mis hijos, tan pequeñitos que son, empiezan a ver cómo el agua falta y tratan de tener cuidado cuando se duchan o al tirar de la cadena del váter...".

Cuando se le pregunta por las restricciones recién aprobadas, reconoce que no tiene ni idea. "¿Entonces son 200 litros? Yo creo que gastamos mucho menos al día, ¿no?", se pregunta. Cuando echa cálculos y descubre que con dos duchas largas ya está hecho, se queda a cuadros. Le sorprende que el ayuntamiento de su pueblo no haya emitido una circular para avisar de las restricciones, aunque también se muestra comprensiva.

El drama de la agricultura

Para los agricultores de la zona, las limitaciones al regadío son otra china en el zapato, que se une a los problemas por las difíciles condiciones derivadas de la guerra de Ucrania o el cobro de la PAC. "Antes me planteo dejar el oficio que pasar al secano", se sincera el portavoz de la asociación de agricultores jóvenes en Cataluña, Martí Costal.

Martí, un agricultor catalán que se las verá de frente con las nuevas restricciones. (Cedida)Martí, un agricultor catalán que se las verá de frente con las nuevas restricciones. (Cedida) Martí, un agricultor catalán que se las verá de frente con las nuevas restricciones. (Cedida)

Lo más preocupante es que aún no han cobrado las ayudas por la sequía del año pasado, que se acaban de convocar pese al retraso. Sus técnicos están estudiando las cantidades y requisitos, pero a estas alturas "muchos ya hemos pagado con ahorros las pérdidas de 2023, que fueron muchas y sin que nadie nos tendiera una mano". "Ya no sirve de mucho", declara con resignación. Sobre si es mejor pasar del regadío al cultivo de secano, que no necesita agua más allá de la humedad natural, reconoce que aunque puede ser una opción, "estaríamos dejando al 40% de los agricultores en la calle", porque no haría falta su supervisión.

¿Qué medidas hay?

Para lavar el coche o la moto, habrá que ir a un centro especializado, con recirculación de agua —un sistema para evitar pérdidas— y siempre que los caudales ecológicos en los ríos y pantanos no sigan bajando. Si esto ocurre, el Govern de Cataluña podría elevar las restricciones. En este sentido, en Corbera de Llobregat (Barcelona) esperan que la emergencia no se eleve a las fases 2 y 3.

La Asociación Deportiva Buen Reposo, que funciona como un polideportivo y alberga una gran piscina, lleva años operando con un pozo propio, por lo que cuentan con no tener grandes problemas ante las nuevas restricciones. Ya se apañaron el año pasado, cuando también se limitó el consumo de agua.

Vista de la desembocadura del rio Besós, en Sant Adrià del Besós, Barcelona. (EFE/Alejandro García)Vista de la desembocadura del rio Besós, en Sant Adrià del Besós, Barcelona. (EFE/Alejandro García) Vista de la desembocadura del rio Besós, en Sant Adrià del Besós, Barcelona. (EFE/Alejandro García)

Ahora contienen el aliento para aguantar el veranoabren desde el 23 de junio hasta la semana previa al inicio de las clases, en septiembre— y no quieren ni plantearse el peor de los escenarios: cerrar el negocio. Un extremo que ya "ha estado sobre la mesa", reconoce Sandra Benítez, una trabajadora. Al ser un club de socios, lo forman 40 familias con sus necesidades y particularidades.

En su caso, son cuatro personas en casa y ve complicado que puedan ajustarse. "Tienen que ducharse, que comer, que beber... ¿Cómo vamos a aguantar con 200 litros o menos?", razona cuando se le comunica que esa cantidad de agua apenas equivale a una ducha larga.

Aunque está de acuerdo con las medidas y cree que la gente está "cada vez más concienciada" con la sequía, algo le escama y reclama mayor inversión por parte de la Administración. "No puede ser que llevemos años advirtiendo al ayuntamiento y a la Generalitat de que hay fugas de agua por todo el pueblo y que nos vengan ahora con que hay que ahorrar cuando ellos no han dedicado un minuto a arreglarlo", comenta enfadada.



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