Desde el Museo Munch, que acoge el famosísimo cuadro de 'El Grito', hasta museos que exponen auténticos barcos vikingos.
A pesar de que Noruega sea un destino muy popular para los turistas que busquen paisajes extraordinarios y actividades en la naturaleza, su capital, Oslo, no suele acaparar tanto la atención. Sin embargo, la ciudad bien merece ser visitada con calma, disfrutando de sus animados barrios, su moderna arquitectura y sus museos de fama mundial.
De la Ópera al Museo Nacional de Noruega
Una visita a la capital de Noruega podría empezar por la Ópera de Oslo, un curioso edificio que nos permite caminar sobre su techo y dejar bajo nuestros pies salas de conciertos y auditorios. En la zona encontraremos otros dos puntos de interés, empezando por la Biblioteca Pública Deichman, una llamativa construcción que acoge miles de libros, un cine, talleres abiertos al público, cafeterías, instalaciones de arte y una panorámica única del fiordo de Oslo desde el último piso. Por otro lado, se ubica a pocos metros el Museo Munch, que expone la famosísima obra de El Grito, además de otras obras del célebre pintor noruego.
Por la calle Karl Johans, la principal de la ciudad, llegaremos a la Catedral del Salvador y después al Ayuntamiento de Oslo, donde se entrega cada año el Nobel de la Paz. La siguiente parada sería la Fortaleza de Akershus, cuya construcción inició en 1299 bajo el reinado de Håkon V. A día de hoy, después de varias reformas hechas a lo largo del tiempo, se presenta como un bellísimo castillo renacentista. Desde allí podemos ir al Museo Nacional de Noruega, el más grande de los países nórdicos y con una espectacular colección de arte, arquitectura y diseño.
Un palacio, un parque e increíbles museos
Continuaremos la ruta por Oslo visitando el Palacio Real, la residencia de la familia real noruega. En este edificio rodeado de un extenso parque no solo podremos ver el cambio de guardia a la una y media de la tarde, sino que también podremos acceder al interior mediante las visitas guiadas que se organizan.
Para una actividad más tranquila, podemos acercarnos hasta el Parque Vigeland, donde destaca un monolito de 17 metros de altura con 121 figuras humanas esculpidas en la superficie. Pero ese no es el único monumento, ya que encontraremos más de 200 estatuas rodeadas de espacios verdes, senderos y fuentes.
Algo más alejados del centro, tenemos la opción de visitar impresionantes museos como el Museo de los Barcos Vikingos (aunque tendremos que esperar a 2927, ya que está en renovación hasta entonces); el Museo del Fram, en torno al navío polar Fram, construido en 1892; el Museo Kon-Tiki, que expone embarcaciones y objetos de las expediciones de Thor Heyerdahl, y el Museo del Pueblo Noruego, un espacio al aire libre que muestra la evolución de la ciudad a través de casas antiguas, tiendas con productos típicos, artesanías...
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