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El Gobierno recoge el guante tras los malos resultados del último informe PISA, en el que los alumnos españoles han obtenido la peor nota de la historia en Matemáticas y han empeorado en comprensión lectora. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado la convención política en A Coruña para anunciar que los Presupuestos Generales del Estado incluirán un plan de refuerzo en estas dos materias, que se diseñará de la mano de la comunidad educativa y de las autonomías, que son quienes tienen las competencias. La previsión es que empiece a funcionar el próximo curso.
Este mismo jueves se reunirá al Consejo Escolar estatal para comenzar los trabajos y junto a la ministra de Educación, Pilar Alegría, asistirá también el propio presidente. Según fuentes del Ejecutivo, afectará a los alumnos desde tercero de Primaria hasta 4º de la ESO. Y tendrá tres ámbitos de actuación. Uno, desdobles de aulas dentro del horario lectivo para que los docentes puedan trabajar con menos estudiantes cuando se impartan estas dos materias. Dos, profesorado de refuerzo para niños con dificultades con clases extraescolares para que, señalan fuentes gubernamentales, los padres no tengan que acudir a un centro privado. Y, en tercer lugar, un plan de formación para el profesorado. El coste estimado es de 500 millones de euros repartidos durante toda la legislatura.
Los datos del último Informe del Programa para la Evaluación Integral de Alumnos (PISA), en 2022, que elabora cada tres años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), habían sido demoledores para España, con retrocesos en Lectura y en Matemáticas. Sánchez defendió, en un discurso que tuvo que suspender unos minutos por un problema de salud de unos de los asistentes, que con decisiones como este plan de choque es "como se une España, avanzando en derechos y en convivencia". Y no, añadió, "con la guerra sucia de Rajoy, con el 155 de Abascal o la ilegalización de partidos de Feijóo".
Con este anuncio, con efectos directos en 4,7 millones de escolares, el presidente trata también de cambiar el eje de la conversación política, monopolizada por la ley de amnistía, la dependencia de Junts y su exigencia constante de contrapartidas. Aunque el cónclave se ha organizado, sobre todo, para arropar al candidato socialista a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, internamente se quiere también transmitir a los cargos del partido que lo fundamental es poner en valor la acción del Ejecutivo. Este es el mensaje que el presidente trasladó a sus barones en la cena que mantuvo el sábado con ellos.
El PSOE se ha reunido este fin de semana en Galicia para aupar a Besteiro, que este domingo, tras una intervención inicial en la convención, se ha ido a Santiago para manifestarse contra el Gobierno de Alfonso Rueda por su gestión de la llamada crisis de los pellets. Aunque la sensación entre los socialistas es que este asunto está amortizado y no tiene, ni mucho menos, la entidad de lo que sucedió con el Prestige, Sánchez ha destacado este tema en su discurso para cargar contra el presidente popular.
Sánchez aseguró que "ninguna crisis se puede resolver desde la mala gestión, la mentira y la soberbia", en referencia a la actuación de la Xunta. Y que Galicia es una "sociedad vibrante, dinámica, pero tiene un Gobierno instalado en la desidia". Por unos momentos se ofrecieron incluso imágenes de la protesta de Santiago y el jefe del Ejecutivo redobló sus críticas de cara a las elecciones del 18-F porque, destacó, el PP tiene "miedo" a la participación. "A urnas llenas, cambio seguro", subrayó, para pedir después a todos los que se movilizaron el 23J para evitar un Gobierno de Feijóo y Abascal que apoyen ahora Besteiro.
Con Galicia como objetivo inmediato, el jefe del Ejecutivo apuntó también a su propósito de luchar contra la "internacional ultraderechista" que recorre el mundo, y en la que enmarca los pactos del PP y Vox e incluso algunas decisiones en contra del colectivo LGTBI de la Comunidad de Madrid. Frente a ello, avanzó su propósito de reforzar estas leyes, el bono cultural para los jóvenes, el diálogo social, y las normas de memoria democrática, en alusión a todo lo que la extrema derecha pone en riesgo. El presidente ratificó que piensa dar la batalla de las ideas con la creación del think tank Avanza y que convocará a gente de centroderecha, que no quiere ver "cómo el PP se echa en brazos de Vox".
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