A la práctica de pintar de blanco los troncos de los árboles se le conoce como “encalado”.
En ocasiones podemos ver hileras de árboles en las ciudades o pueblos con los troncos pintados de blanco, casi de manera uniforme. Sin embargo, la razón no es tan conocida. Esta práctica no es un capricho estético, sino una estrategia antigua que se ha usado basada en una necesidad: proteger los árboles del entorno.
¿Por qué se deben pintar de blanco los troncos?
La práctica de pintar el tronco de los árboles de blanco ha sido heredada de la fruticultura; es decir, de la siembra de árboles frutales. Y sus agricultores suelen hacerlo básicamente por dos razones: una, porque proporciona una protección contra la luz solar, y dos, porque se considera como posible defensa contra plagas.
Según la tradición, el blanco actúa como un escudo protector porque refleja la luz y de esta forma protegería contra el estrés térmico e impediría que se dañe la corteza y se formen grietas que den paso a enfermedades.
Por ello, esta práctica se usa mucho en regiones con climas extremos, donde la supervivencia de los árboles depende de su capacidad para resistir las radiaciones solares.
Ahora bien, esta no es una pintura básica y normal. El blanco de los árboles suele ser cal, específicamente hidróxido de calcio, y por eso a la práctica se le llama "encalado".
Beneficios del encalado en los árboles
Según un análisis de la Facultad de Ciencias Agrarias, de la Universidad Nacional de Rosario de Argentina, el encalado "puede ser provechoso para asimilar algunos nutrientes en condiciones de mucha acidez del suelo". Esta absorción de nutrientes ocurre cuando llueve, ya que parte de la cal del tronco se diluye y llega al suelo.
La cal tiene la propiedad de elevar el pH del suelo y volverlo más alcalino. En otras palabras, la cal se usa para corregir la acidez de los suelos. Sin embargo, cuando el suelo ya es alcalino, esta puede jugar en contra.
En este caso, el encalado puede conducir a que "el árbol experimente una enfermedad que se llama 'clorosis inducida por cal', cuyos síntomas son el amarillamiento del follaje y la disminución de la capacidad para realizar la fotosíntesis", según indica el boletín.
En cuanto a los beneficios del encalado, también se argumenta que sirve como posible defensa contra plagas porque el color blanco confunde a los insectos y dificulta su ascenso a los árboles. Esto no se ha demostrado científicamente, pero el color blanco sí facilita ver si la corteza del árbol está siendo atacada por insectos perforadores.
En qué casos no se deben pintar
Entre las voces detractoras de esta práctica, se plantea una preocupación: la obstrucción de los poros de la corteza de los árboles. Para los críticos, el encalado o la pintura blanca en los árboles actúan como barrera que dificulta la respiración y transpiración de la planta.
Este obstáculo podría desencadenar un estrés hídrico, aumentando la acumulación de humedad y creando condiciones propicias para el desarrollo de enfermedades en los árboles.
Además, también está el impacto del encalado en el equilibrio natural de los ecosistemas. La cal puede ser tóxica para otros organismos que dependen o interactúan con los árboles, y alterar este equilibrio podría tener consecuencias imprevistas en el desarrollo del árbol y la biodiversidad del ecosistema.
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