A la espera de que Génova confirme la fecha de la reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, de los tres días que el gabinete del presidente ha ofrecido al PP, el Gobierno exhibe un punto de molestia por no disponer aún de una respuesta y por los peros que el principal partido de la oposición plantea al encuentro. La portavoz de Ejecutivo, Pilar Alegría, aprovechó la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para destacar que, "a lo largo de la historia", cuando "un presidente convoca, se acude".
Se transmite la petición de una reunión y ese celebra, reiteró. Un funcionamiento dentro de la más "absoluta normalidad" y "responsabilidad". Un razonamiento que ya expuso el propio Sánchez en la presentación ayer de su libro Tierra firme, al comentar que él siempre atendió las llamadas de Mariano Rajoy. Con el arranque de la legislatura, el equipo de Sánchez ha propuesto tres opciones para que él y Feijóo puedan verse este mes. Dos fechas antes de Navidad y una antes de fin de año. En esa entrevista, el presidente ofrecerá al líder de la oposición la creación de una comisión de trabajo para abordar tres asuntos concretos: la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la reforma del artículo 49 de la Constitución y la nueva financiación autonómica.
Feijóo anunció que acepta el encuentro desde el primer momento, a pesar de que conoció de las intenciones del presidente a través de los medios de comunicación. Pero el PP ha puesto una serie de condiciones. Pide que el orden del día sea remitido antes por escrito y la incorporación de otros temas, aunque insisten en que el dirigente popular irá por "sentido institucional y democrático".
"Para nosotros lo importante no es el cuándo, sino para qué quiere Sánchez esa reunión", advertía el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, que insistía este martes en que el formato que sigue el Ejecutivo con las reuniones con Junts "no nos vale" y piden "luz y taquígrafos" en las conversaciones que Sánchez pretende tener con Feijóo. Tellado no ha desvelado, sin embargo, qué otros asuntos quiere incluir Génova en su cita con Sánchez más allá de lo preestablecido: la renovación del CGPJ, la financiación autonómica y la reforma del artículo 49 de la Constitución.
El Ejecutivo reiteró que se encuentra a expensas de saber "qué fecha quieren". Pilar Alegría aseguró que "claro que se pueden incluir otras materias". "Faltaría más", remachó. Pero lo que deslizó a continuación es que los populares ponen pegas porque no han asumido que se han celebrado unas elecciones y Feijóo está en la oposición. Esta idea la acabó de redondear la vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Lo que hace el PP, defendió, es "boicotear", en lugar de "intentar influir en el Gobierno".
El PP, dijo, "sigue sin aceptar los resultados 23-J, sigue sin darle la legitimidad que tiene el Gobierno por parte de la soberanía popular". A ello atribuye la posibilidad de que voten en el Senado en contra de los objetivos de estabilidad que, si no son aprobados, se verían reducidos en el caso de las comunidades autónomas. "Sería tirarse piedras en su propio zapato", señaló.
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