La UE cierra su pacto común migratorio en el que endurece las condiciones para el asilo tras casi una década de bloqueo


         La UE cierra su pacto común migratorio en el que endurece las condiciones para el asilo tras casi una década de bloqueo

Consejo, Parlamento Europeo y Comisión Europea han cerrado el acuerdo tras intensas negociaciones.

Llegó un momento que parecía que nunca iba a llegar: la UE ha cerrado este miércoles su pacto migratorio, rubricado tras las conversaciones (trílogo) entre la Comisión, el Parlamento Europeo y el Consejo, este ahora bajo la presidencia rotatoria de España. De este modo, se rubrica un asunto que era tabú desde hace casi una década y que ha encontrado numerosos obstáculos sobre todo entre los Estados miembros. Este, de hecho, era uno de los grandes retos de lo que queda de legislatura antes de las elecciones europeas que se celebran entre el 6 y el 9 de junio de 2024.

Las claves están en un mayor control de las fronteras exteriores de la UE y una solidaridad obligatoria "pero flexible" para los 27. De este modo, los países tendrán que compensar económicamente cada acogida que rechacen. Para las voces más críticas, el acuerdo vira hacia las posiciones de la derecha radical, que pedía una mayor firmeza y un mayor control en las entradas, un argumento que además había repetido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: "Nosotros decidimos quién y cómo entra" en la UE. Ahora tanto los 27 como el pleno del Parlamento Europeo tendrán que refrendar el acuerdo.

Han hecho falta tres días y noches de intensas negociaciones para terminar de cerrar los últimos escollos del complejo paquete legislativo que la Comisión Europea propuso en 2020. "El Pacto de Migración y Asilo es en sí un éxito en la medida en la que es un paso adelante respecto de la situación insatisfactoria e insostenible de la que venimos. A partir de su entrada en vigor, por fin contaremos con una respuesta europea al hecho migratorio y sus desafíos, especialmente ante situaciones de crisis", destacó Juan Fernando López Aguilar, presidente de la Comisión europarlamentaria de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (LIBE).

El acuerdo, en total, consta de cinco reglamentos diferentes, que tratan de abarcar todos los matices posibles de la política migratoria. El Reglamento de gestión de Asilo y Migración (RAM) es la pieza principal y supone la reforma del Reglamento de Dublín, que hasta ahora ha asignado al Estado de primera entrada la responsabilidad de las solicitudes de asilo y de las ayudas que emanan del Estatuto de Refugiado. En contraprestación, contiene medidas de solidaridad. El reglamento que regula las situaciones de crisis: un Estado puede solicitar a la Comisión la activación de una respuesta de emergencia ante una avalancha migratoria inesperada. Este punto fue el que más ampollas levantó entre los 27, y acabó en un consenso 'manchado' por los discursos duros de los gobiernos húngaro y polaco.

Por otro lado, se incluye la reforma del Reglamento de Eurodac (sistema de comparación de impresiones dactilares usado para ayudar a determinar el Estado miembro responsable del estudio de una solicitud de asilo), así como el reglamento sobre el control de migrantes en las fronteras exteriores. Este es el elemento que más se refuerza, con unos requisitos de entrada más rotundos. El acuerdo se completa con la reforma del Reglamento de procedimientos comunes y garantías, con el objetivo de mejorar la coordinación entre los socios comunitarios.

El objetivo es trasladar a al menos 30.000 migrantes cada año, pero los países podrán negarse a recibir a parte de los acogidos a cambio de una compensación de 20.000 euros por cada traslado rechazado o de medios o fondos por valor equivalente. De esta manera se destierra el sistema de cuotas obligatorias, algo que reclamaron hasta el final tanto España como Italia.

El precedente de 2015 era la referencia para la UE, y aquello no salió bien. La crisis derivada de la guerra en Siria provocó cifras récord de llegadas de refugiados a Europa, y trató de pactarse un sistema de cuotas que vetaron los países del Este (igual que hacen ahora). La foto de 2023 no es muy diferente, sobre todo en el sur: en 2022 se detectaron alrededor de 331.000 entradas irregulares en las fronteras exteriores de la UE, el nivel más alto desde 2016. En lo que va de año, a España han llegado más de 41.000 (con cifras hasta el 31 de octubre), y Canarias asume más de la mitad.

Tanto la comisaria Ylva Johansson como la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, han calificado el pacto como histórico. "¡Éxito! Después de años de estancamiento político, hemos llegado a un acuerdo", ha anunciado uno de los eurodiputados del equipo de negociación, el democristiano holandés Jeroen Lenaers. En la misma línea se pronunció también otro comisario, Margaritis Schinas.

Pese a que las negociaciones en trílogo han llegado a un sí común, los grupos situados más a la izquierda en el Parlamento Europeo no están satisfechos con el acuerdo. "En lugar de buscar soluciones humanas y prácticas para gestionar la migra... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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