El PP vuelve a salir a la calle y cuelga el cartel de 'aforo completo' en su acto contra Sánchez en el centro de Madrid. La cifra, no obstante, dista mucho de anteriores convocatorias. Alberto Núñez Feijóo reúne en el centro de Madrid a 15.000 personas, según los datos facilitados por el partido, y 8.000 según la Delegación del Gobierno. En Génova aseguran haber "superado las expectativas", que venían bajas por el temor a la desmovilización. Pero choca con los 170.000 asistentes a la última protesta de Cibeles o las 80.000 que llenaron la Puerta del Sol hace una semana, siempre según los datos oficiales. La cita se produce sólo 24 horas después de la polémica reunión entre PSOE y Junts en Ginebra. Y pese a que el PP revistió la convocatoria de un acto "en defensa de la Constitución" con motivo del aniversario de la Carta Magna, el clamor contra la amnistía volvió a teñir toda la jornada.
El líder popular aprovechó su discurso para cargar duramente contra la "desvergüenza" del Gobierno y la "insoportable humillación" de haber permitido que un "salvadoreño experto en guerrillas" se ponga a "decirnos cómo debe relacionarse España con cada una de sus comunidades autónomas". Se refería el mandatario del PP a la elección de Francisco Galido Vélez como coordinador y portavoz de los verificadores internacionales que controlan la negociación entre PSOE y Junts. En el mismo sentido se expresaba la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que calificó de "vergüenza" que España esté controlada por "un comisario político a la altura de las FARC". "¿Hace falta que alguien desde fuera nos tenga que dirigir?", reiteraba.
Génova quiere pelear contra la desmovilización y trató de caldear el ambiente en las horas previas a su acto de este domingo para evitar un pinchazo en la calle. Este sábado, la dirección popular llamaba a movilizarse justo después de la "desvergüenza" de la reunión en Suiza, y advertía que el próximo martes la Mesa del Congreso incluirá la ley de amnistía en el orden del día del próximo pleno, en las vísperas del aniversario de una Constitución "amenazada por parte de quien debería velar por su cumplimiento".
Durante su intervención, Feijóo trató de sobreponerse al temor de un agotamiento social y anticipó que el PP convocaría nuevas protestas contra el Gobierno. "No es la primera vez que lo hemos hecho, y no será la última vez que vamos a convocar a todos los españoles que creen en la igualdad, la convivencia y la libertad", lanzaba el líder popular, que iba subiendo los decibelios conforme avanzaba su discurso. "Nos quieren quietos, con las manos en alto, contemplando el ataque contra nuestra libertad. Nos quieren callados, mansos y sumisos, como se comportan ellos ante el independentismo. No les gusta el caldo que ellos están cultivando, ¡pues tendrán varias tazas de caldo democrático al día!", advertía.
Los cánticos que interrumpían a los oradores eran idénticos a los que se han escuchado en cada protesta contra la amnistía. El PP abrió la veda con una multitudinaria convocatoria de más de 40.000 personas el pasado 24 de septiembre en la Avenida Felipe II de Madrid, antes de que Sánchez consumase su acuerdo con el independentismo y reeditase la Presidencia del Gobierno. Y desde entonces el clamor social ha sido constante, aunque amenaza con desinflarse con el paso de las semanas. Entre gritos de "¡No en mi nombre!" "¡No es un presidente, es un delincuente!", el jefe de la oposición advertía no obstante que "cada cosa" que Sánchez apruebe contra el nacionalismo, "tendrá consecuencias". "No dan una, y no le vamos a pasar ni una. ¡Ya está bien, hombre!", clamaba.
"España se le queda grande", incidía el mandatario popular, que pedía a la multitud "no rendirse" para pelear contra el "ridículo internacional" y la "corrupción política" que, a su juicio, está marcando los primeros días del nuevo mandato de Sánchez. Fuentes de Génova apuntan, no obstante, que no se valorará un nuevo calendario de protestas hasta que pase la Navidad, aunque inciden en que "seguirán sobrando los motivos" para salir a la calle contra el Gobierno.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, fue el encargado de abrir la ronda de discursos y comenzó a caldear el ambiente acusando a Sánchez de tratar a los españoles "como imbéciles" por la opacidad de los acuerdos con el independentismo. "Los enemigos de España nunca han estado tan cerca de conseguir sus objetivos. Pero lo único que nos debe preocupar es la ambición de una persona que por un sillón en la Moncloa nos quiere vender a todos", censuraba. "¡Acabaremos con el sanchismo, que a nadie le quepa duda. Ni desesperanza, ni resignación!", finalizaba.
Isabel Díaz Ayuso ha tomado el relevo del regidor entre gritos del ya manido "Me gusta la fruta" con los que la dirigente ha bromeado. "El frutero está entre nosotros", ironizaba. En línea con el discurso de Feijóo, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha advertido del "daño inmenso" que está ejerciendo Sánchez. La dirigente cuestionaba además que Sánchez "divida" al país "en dos bandos", y se tilde der "fascista" a "todos los que no son como ellos". "España estará ahí cuando los traidores caigan. Decir 'no' a Sánchez es defender España", alentaba.
El acto de esta gélida mañana de domingo ha servido también de puesta de largo para el nuevo equipo de Alberto Núñez Feijóo, que ha llevado a cabo una remodelación tanto de la cúpula de Génova como de los principales alfiles de Congreso y Senado. Hasta el centro de la capital se han trasladado algunos barones, entre ellos Jorge Azcón, Fernando López Miras, Paco Núñez o María Guardiola, aunque ha habido ausencias de miembros de la dirección, como es el caso de Elías Bendodo —que ha perdido peso orgánico en la nueva estructura— y el responsable de Economía, Juan Bravo.
Ambos han acudido a Sevilla, donde el PP de Juanma Moreno ha impulsado, de la mano de las asociaciones profesionales y empresariales convocantes, una concentración enmarcada en la víspera del 4-D, aniversario de las movilizaciones por la autonomía de 1977. El manifiesto mostraba su rechazo a los pactos de Sánchez con los independentistas y a la amnistía, con el añadido de reclamar igualdad para Andalucía con el resto de los españoles. Que la comunidad, ahora gobernada por el PP, siga jugando en la “primera división” del desarrollo autonómico.
La asistencia fue muy inferior a la última convocatoria del PP. Según datos de la Policía Nacional, unas 2.000 personas se concentraron en Los Remedios, donde acudieron militantes populares del resto de provincias, así como miembros del gobierno andaluz o de la confederación de empresarios. El presidente había animado a acudir a la concentración a todos los andaluces, aunque quedó muy lejos de las 40.000 personas que reunió su partido hace tres semanas. La izquierda, sin el PSOE, también convocó su propia manifestación, que viene celebrándose desde hace años, con la mitad de asistentes: 1.000. También a la misma hora, los socialistas andaluces organizaron un acto en el que reconocieron a José Luis Rodríguez Zapatero.
Vox acude también a Debod
Pese a llevar el sello del PP, Vox ha vuelto a asistir a la convocatoria en el marco de su promesa de acudir a "todas" las concentraciones contra Sánchez y la amnistía, sean propias o convocadas por otras organizaciones o partidos políticos. Esta vez ha sido el secretario general del grupo parlamentario, José María Figaredo, y otros diputados los que han acudido a la protesta.
Santiago Abascal se ha ausentado en esta ocasión. Un día más, Vox ha ido un paso más allá y pedía a los ciudadanos que, tras el acto del PP en el Templo de Debod, acudiesen a la sede de Ferraz para clamar contra Sánchez. La Fundación DENAES, adscrita al partido ultraconservador, llama también a manifestarse el próximo 6 de diciembre, Día de la Constitución, frente a todas las sedes socialistas de España. El PP mantiene que no acudirá a este tipo de convocatorias.
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