La asociación Arrels denuncia que estos hechos se están acentuando por "los discursos de odio".
Arrels Fundació ha denunciado este miércoles una agresión "gravísima" con agua y amoníaco a dos personas sinhogar en el barrio de Sant Antoni de Barcelona. Desde la asociación explican que un hombre y una mujer que viven en la calle avisaron a educadores de la entidad que hace unos días les habían rociado con esta mezcla e intentaron que bebieran de unas botellas de agua con amoníaco que les dejaron, cosa que no hicieron. Arrels explica a 20minutos que las dos personas sintecho eran conscientes de que les estaban rociando con amoníaco por "el olor fuerte que desprende", por ello, tampoco bebieron de estas botellas.
Desde la fundación denuncian que esta es una "nueva agresión aporofobica" que podría "haber acabado trágicamente". Además, explican a este medio que no es la primera agresión que reciben estas dos personas, pero esta era la primera "significativa", por la presencia de amoniaco, lo que podría haber causado heridas graves a los dos sin hogar. Cuentan que gracias a "detectar" la presencia de este producto químico no les llegó a "pasar nada" y que siguen en la zona céntrica de la capital catalana.
En este sentido, relacionan los hechos con "el auge de los discursos de odio". "Se está criminalizando y revictimizando a las personas que viven en la calle desde hace un tiempo, en especial aquellas que viven en este barrio en particular", alertan desde Arrels Fundació. Según cuentan, estos discursos "tienen consecuencias concretas, como esta agresión, que es una vulneración muy grave de sus derechos".
Desde la entidad piden a la ciudadanía que denuncie este tipo de hechos para "registrar, cuantificar y visibilizar esta realidad". También apuntan que esto provocaría "un cambio en la legislación que penalizaría los delitos de odio y los discursos que los incitan". Arrels explica a 20minutos que "por ahora" las víctimas de este suceso no han denunciado los hechos a los Mossos d'Esquadra, pero que ello no implica no hacer difusión del caso para mostrar lo que está ocurriendo con este colectivo.
Remarcan que muchas personas que acompañan desde Arrels Fundació están expuestas cada día en varias violencias, y a veces las conciben como implícitas y saben que han sufrido un delito o tienen miedo de denunciar, muchos porque están en situación irregular o porque no quieren ser detectadas.