Madrid navega tierra adentro: el Pantano de San Juan sucumbe a la fiebre náutica

Madrid navega tierra adentro: el Pantano de San Juan sucumbe a la fiebre náutica

Un paisaje de agua cristalina, embarcaciones que se deslizan y madrileños que estrenan su ilusión marinera cada fin de semana. En los últimos años, el Pantano de San Juan se ha consolidado como epicentro de una fiebre náutica sin precedentes en la región. Escuelas como Cenáutica y Avante son testigos de una transformación que ha convertido navegar en una verdadera pasión urbana. Cada año, de media, más de 1.000 residentes en la región obtienen su licencia náutica en este embalse, el único de la Comunidad donde está permitido el uso de motores.

La escuela Cenáutica abrió sus puertas en 1981, y lo hizo impulsada por el entonces teniente de navío Juan Carlos García de Polavieja Gordon. "Durante muchos años, el embalse de San Juan fue considerado el segundo puerto de España. Desde el primer día, nuestro objetivo fue que Madrid tuviera una conexión directa con la navegación a pesar de no tener mar", explica Álvaro García de Polavieja, actual director adjunto. Cenáutica combinó la enseñanza náutica con actividades como la vela ligera y el alquiler de embarcaciones y gracias a su éxito, abrió delegaciones permanentes en Sevilla y Alicante. Hoy suma más de 50.000 alumnos formados. Solo en el último año, alrededor de 1.000 nuevos estudiantes han pasado por sus aulas.

La escuela hunde sus raíces en el Pantano de San Juan. Además de dirigir esta escuela, García de Polavieja es fundador de Sailwiz, una plataforma de viajes compartidos en barco que colabora con 60 escuelas en toda España. "En Cenáutica llevamos desde 1981 impartiendo formación para todas las titulaciones náuticas de recreo", señala el director adjunto del centro, que recuerda que llevan en el pantano desde 1997, cuando la normativa empezó a exigir prácticas.

La afición náutica está en auge. Solo en 2021 se expidieron 95.000 nuevas licencias náuticas, incluyendo 34.352 títulos náuticos y 60.921 licencias de iniciación. El título más solicitado fue el de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER), con 23.749 expediciones, seguido por el de Patrón de Navegación Básica (PNB), con 5.725 nuevos usuarios; el de Patrón de Yate (3.304), y el de Capitán de Yate (1.574).

José Ramón Pérez

Aunque comunidades costeras como Cataluña y Baleares lideran el ranking de títulos expedidos, Madrid sorprende por su alta actividad náutica pese a su ubicación interior. Polavieja lo confirma: "Madrid es una de las comunidades con más emisión de títulos náuticos. Existe una verdadera pasión por el mar que se transmite de generación a generación".

Alfonso Jordana, director de la Escuela Náutica Avante, que llegó al pantano en 1998 desde Altea, también subraya la importancia que ha tenido esta actividad en el desarrollo de la zona: "Fuimos la primera escuela autorizada por la Dirección General de Marina Mercante para impartir cursos y prácticas en aguas interiores. Tener el embalse tan cerca de Madrid era muy interesante desde el punto de vista comercial". Según Jordana, la creación de la licencia de navegación en 2015 supuso un antes y un después: "No requiere examen y, en solo seis horas, cualquiera puede obtenerla. Es asequible [su precio oscila entre 100 y 120 euros] y permite manejar embarcaciones de motor y vela de hasta seis metros. El crecimiento fue inmediato, tanto aquí como en otras zonas del litoral español".

Para Jordana, desde 2015 ha habido un auténtico boom: "Cuando se creó la licencia de navegación, conocida antes como titulín, ganó reconocimiento y facilitó mucho el acceso a la náutica por su precio y sencillez". El perfil actual de los alumnos es variado, aunque predominan los hombres de entre 40 y 60 años. Y eso que cada vez más mujeres se suman impulsadas por referentes femeninos y escuelas específicas. Un reciente cambio normativo facilita ahora además el acceso a extranjeros, especialmente latinoamericanos, que pueden obtener la licencia solo con el pasaporte y un certificado psicotécnico.

Jordana destaca la atracción por la proximidad: "La mayoría son ciudadanos de Madrid, españoles y latinoamericanos que valoran no tener que desplazarse hasta la costa para las prácticas, aunque su objetivo final sea navegar en el mar. Muchos se sorprenden al descubrir el embalse, que es precioso".

"La facilidad del trámite es clave", añade Jordana. "Son seis horas: cuatro de práctica y dos de teoría. La gente aprovecha para obtenerla justo cuando comienza el buen tiempo y poder disfrutar en verano con una moto acuática o una barquita. Es una actividad estacional ideal para probar algo sencillo en el agua". De cara al futuro, Polavieja adelanta la llegada de clubes de navegación compartida: "Será como apuntarse a un gimnasio, con cuotas mensuales para usar las embarcaciones disponibles. Ya es tendencia en la costa, y podría implantarse aquí hacia 2026 o 2027".

En paralelo al auge recreativo en el pantano, Madrid ha visto florecer también un nuevo foco de lujo náutico en pleno centro. El pasado octubre, Azimut Benetti, principal constructor mundial de megayates, inauguró en el barrio de Salamanca la primera boutique de yates alejada del mar, con modelos de entre 26 y 44 metros de eslora y precios que oscilan entre los 50 y los 300 millones de euros. La apertura de esta tienda en la milla de oro reafirma la tendencia: no solo los aficionados optan por formarse y navegar en San Juan, sino que también hay un importante mercado premium, con madrileños y extranjeros que aspiran a un estilo de vida náutico de máximo nivel.



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