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El expresidente del Gobierno Felipe González ha vuelto a ponerse al frente del micrófono para advertir de que su antigua casa, el PSOE, “ha cruzado todas las líneas” con la ley de amnistía y con la estrategia exterior de La Moncloa.
Desde los estudios de Onda Cero, González ha definido la amnistía como “una autoamnistía” y la calificó de “acto de corrupción política”. A su juicio, no es relevante si la norma cabe o no en la Constitución, sino que “los beneficiados hayan redactado el texto que les absuelve”.
En un tono irónico, el sevillano ha reprochado a Pedro Sánchez haber anunciado de antemano el aval del Tribunal Constitucional. “Decir el resultado antes de la votación es una falta de respeto”, apuntó, recordando que varios magistrados ni siquiera participan en la deliberación.
González fue más allá: ha puesto fecha de caducidad a su apoyo electoral al PSOE: “Si esto se consolida, conmigo no contarán”. Tampoco abre la puerta al PP de Feijóo, al no verle “un proyecto de país”, lo que dibuja un panorama de abstención crítica para el histórico dirigente.
En clave interna, el expresidente ligó la trama de mascarillas y los escándalos de Santos Cerdán y José Luis Ábalos a un problema de Ejecutivo, no de partido. “El PSOE no adjudica contratos, eso lo hace el Gobierno”, ironizó, subrayando que la investigación de la UCO “solo describe hechos”.
La refriega ha salpicado también al terreno internacional. González reprochó esta mañana a Sánchez su pulso con la OTAN por el gasto en Defensa y, sobre todo, sus explicaciones a Bruselas: “No puede ofender a los socios de la UE diciendo que con el 2,1 % del PIB basta cuando el compromiso común es del 5 % en 2035”.
En un dardo colateral, disparó también contra el nuevo secretario general de la Alianza, Mark Rutte, al que retrató como “el bebé en la teta de Trump”. La metáfora arrancó carcajadas en el estudio, pero dejaba claro que González ve a Europa “sin rumbo y sin liderazgo propio”.
El veterano socialista concluyó que Sánchez “ya no tiene vida política” porque, según él, “todo el poder lo manejan Bildu, Puigdemont y compañía”. “Poder, cero”, sentenció mientras reclamaba elecciones generales para “devolver la voz a los ciudadanos”.
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