
El instituto emisor cumple las expectativas de mercado y sitúa el precio del dinero en su nivel más bajo desde finales de 2022.
El Banco Central Europeo (BCE) cumple las expectativas de mercado y acomete una nueva bajada de los tipos de interés. El organismo con sede en Fráncfort sitúa la facilidad de depósito -la referencia para el precio del dinero- en el 2% en un movimiento que le acerca a la pausa. Con este ya son ocho los recortes ejecutados desde que arrancara este proceso hace justo un año, en junio de 2024. A lo largo de estos doce meses, dicha tasa ha pasado de oscilar en el 4,5% al citado 2%, prácticamente la mitad.
Según ha informado el Consejo de Gobierno del BCE, se trata del umbral más bajo desde diciembre de 2022 en un contexto de inflación totalmente controlada. El IPC de la eurozona ya perfora la zona del 2%, tras cerrar mayo en el 1,9%, en línea con el objetivo del instituto emisor después de reducirse desde los máximos históricos del 10%. Las amenazas vienen ahora de la política arancelaria de EEUU, que podrían dar al traste con la hoja de ruta fijada en la región de la moneda única en materia económica.
"Si en los próximos meses se produjera una mayor escalada de las tensiones comerciales, el crecimiento y la inflación se situaría por debajo de lo previsto en el escenario de referencia de las proyecciones. En cambio, si se resolvieran con un resultado favorable, el crecimiento y, en menor medida, la inflación se colocaría por encima de lo previsto", avisan. La bajada de 25 puntos básicos también se extrapola a la tasa de las operaciones principales de financiación y a la facilidad marginal de crédito, que pasan al 2,15% y al 2,4%, respectivamente, con efectos a partir del próximo 11 de junio.
En el comunicado, el BCE mantiene el enfoque dependiente de los datos en un contexto de "excepcional incertidumbre" como el actual. Precisamente, este jueves ha publicado las previsiones de PIB para este 2025, que esperan crezca un 0,9%, por lo que mantienen la estimación del pasado marzo ante "un primer trimestre más vigoroso de lo esperado junto con unas perspectivas más débiles para el resto del año".
Aunque se espera que la incertidumbre sobre las políticas comerciales afecte a la inversión empresarial y a las exportaciones, especialmente a corto plazo, "el aumento de la inversión pública en defensa e infraestructuras respaldará progresivamente el crecimiento a medio plazo", añade. En este sentido, proyecta que la actividad avanzará al 1,1% en 2026, una décima menos de lo calculado el pasado trimestre; y al 1,3% en 2027.
En cuanto a la evolución de los precios, su escenario base recoge un incremento promedio del 2% para este año, para luego reducirse al 1,6% en 2026 y repuntar ligeramente al 2% en 2027. La revisión a la baja en comparación con las proyecciones de marzo reflejan menores costes energéticos y una apreciación del euro. Así, trazan una inflación subyacente, que excluye los precios energéticos y los alimentos, del 2,5% para el ejercicio actual y del 1,9% para los dos ejercicios venideros.
Todo apunta que una vez se ha llegado a la cota del 2%, el BCE se decantará por ejecutar un alto en el camino, decisión que podría mantener al menos hasta septiembre u octubre, según los analistas. "El verano suele ser un periodo de estabilidad para los mercados, y parece improbable que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quiera introducir cambios que puedan generar incertidumbre en una economía aún frágil", señalan desde iAhorro.
Este nuevo escenario de tipos da de nuevo aire a los hipotecados, bajada que ya había quedado anticipada a través del euríbor, la referencia en el mercado hipotecario. A este respecto, dicho índice ha alcanzado el 2,044%, colocando la media mensual en lo que va de mes en el 2,055%. Lo más probable es que acentúe esta caída en los próximos días con posibilidad de registrar valores diarios por debajo, incluso, de la citada barrera del 2%. La medida afecta principalmente a las nuevas contrataciones de préstamos destinados a vivienda tanto para un tipo de interés fijo como mixto.