Raúl García, primer animador español que entró en Disney: "Hoy falta el espíritu mágico de crear"


         Raúl García, primer animador español que entró en Disney: "Hoy falta el espíritu mágico de crear"

Acudió a Animayo Gran Canaria 2025 para presentar su libro 'Manual del artista de storyboard'.

España cuenta con un lugar importante en la industria de la animación, pero no siempre fue así. Para que hoy tengamos a miles de animadores repartidos por todo el mundo y una concentración de empresas y estudios en zonas como Madrid, Barcelona o las Islas Canarias, fue necesario que varias décadas atrás otras personas comenzaran a preparar el camino, como es el caso de Raúl García, el primer animador español que trabajó en Disney.

Muchos españoles se han dedicado a la animación durante décadas, pero pocos pueden presumir de haberse convertido en el primero que entró en la Casa del Ratón. Aunque Raúl no es precisamente alguien presumido, sino un humilde trabajador con una trayectoria de 30 años a sus espaldas. Sus años en Disney quedaron atrás, pero él sigue en activo con varios proyectos y también mediante su faceta educadora. Su libro más reciente, Manual del artista de storyboard (2023), fue presentado en Animayo Gran Canaria, Festival de Animación, Efectos Visuales y Videojuegos, y CINEMANÍA estuvo presente para hablar con él sobre la obra y su carrera profesional.

Raúl García dio sus primeros pasos en un contexto totalmente diferente al actual, sin la tecnología presente hoy en día y con un tejido industrial mucho menos desarrollado. Empezó en Madrid, trabajando para el estudio estadounidense Hanna-Barbera a través de la productora Filman. Participó, por ejemplo, en Los Picapiedra. Sin embargo, tenía otro tipo de ambiciones: "Siempre quise hacer largometrajes de animación, pero en aquella época no se hacían tantos. En un momento dado, salí de España y traté de meterme en ese mundillo con gente que se dedicaba a hacer películas. Como no había un estudio que nos emplease de forma permanente, todos éramos animadores nómadas".

Estuvo, por ejemplo, en Francia, trabajando en Astérix y la sorpresa del César (1985), o en Corea del Sur, supervisando la animación de La vuelta al mundo de Alvin y las ardillas (1987). Tras viajar por muchos lugares acabó en Londres, donde participó en ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988), una coproducción de Disney y Amblin Entertainment, la compañía fundada por Steven Spielberg. Aunque la película triunfó, el equipo de trabajo tuvo que separarse por falta de acuerdo a nivel empresarial. No obstante, la Casa del Ratón se encontraba en un proceso de reestructuración liderado por Jeffrey Katzenberg y Will Eisner. La compañía quería volver a apostar por la animación tras una larga crisis, y por ello rescataron a algunos animadores para llevarlos a Los Ángeles. Uno de ellos fue Raúl García.

Durante diez años trabajó en numerosas películas, algunas de principio a fin y otras como "soldado en las trincheras", ayudando a terminar las producciones. Empezó con La Bella y la Bestia (1991), y ha participado en otras como El Rey León (1994), Pocahontas (1995) o Fantasía 2000 (1999). De todas ellas, su favorita es Aladdin (1992), en la que formó parte del equipo creativo y se encargó de animar al genio de la lámpara. En todo este tiempo, Raúl compaginó la responsabilidad de respetar la cultura y la herencia artística de Disney con sus propias batallas internas, ya que reconoció que sufría constantemente el síndrome del impostor.

"Tenía un factor agregado de que, siendo el primer español en la compañía, pensaba que si lo hacía mal cerraría las puertas al que viniera detrás. Cada vez que llegaban a la oficina en la que trabajaba, mi imaginación se disparaba pensando que alguien vendría diciendo: '¿Y usted qué hace aquí? Váyase fuera. Recoja la papelera y tírela", afirmaba el animador. A pesar de sus miedos, permaneció allí una década.

Su carrera continuó más allá de su paso por Disney. Él mismo la define como una trayectoria al estilo Dr. Jekyll y Mr. Hyde: "Tengo mi lado industrial, donde he trabajado para Nickelodeon, Disney y otros estudios de Hollywood, y otro lado en el que hago mis propios proyectos o participo en producciones independientes y trabajos que merezcan la pena y sean interesantes". Recientemente se ha enfocado más en el mercado europeo y el español: "Ahora tengo tres películas en marcha, este mes se ha estrenado La luz de Aisha, el año que viene llega El violinista y dentro de dos años Flamingo Flamenco".

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