La última estocada que podría acabar con los fotógrafos de barrio viene del Gobierno

La última estocada que podría acabar con los fotógrafos de barrio viene del Gobierno

El Boletín Oficial de las Cortes Generales del 12 de junio de 2024 publicó una proposición no de ley (PNL) del Partido Popular para alertar sobre la amenaza que se cernía sobre el gremio fotográfico. Hablaba de 3.500 establecimientos afectados y 8.000 puestos de trabajo en juego, porque los fotógrafos dejarían de retratar a los españoles para renovar el DNI, un trabajo que comenzarían a hacer los policías en las comisarías. Poco a poco se está materializando ese presagio y el sector baraja dos posibles respuestas: demandar al gobierno o hacer huelga.

Este episodio es el último de una serie de dificultades que han afrontado los estudios de manera cíclica durante las últimas décadas. Tras la crisis financiera de 2008 y la irrupción de las cámaras digitales y los teléfonos inteligentes, la pandemia vino a empeorar la situación de un gremio que ya la tenía bastante difícil. La novedad radica en que el varapalo viene ahora desde las autoridades y no se debe a cambios tecnológicos o problemas con el mercado.

Las cifras de la PNL presentada en el Congreso de los Diputados resultan alarmantes. El 70% del sector estaba en peligro debido a la pérdida de los 45 millones de euros que genera la foto de carnet cada año. “Es una contradicción utilizar fondos de recuperación para hundir un sector y enviar al paro a miles de personas”, lamenta el citado texto, en alusión al Plan de Identidad Digital del Ministerio del Interior que implica la instalación de cabinas fotográficas en las comisarías.

El objetivo es aplicar la normativa europea que exige un grupo de requerimientos para el DNI virtual o 4.0. La Policía afirmó en febrero de 2024 que las cabinas permitirían “la obtención in situ de la fotografía, incrementando la seguridad de la expedición y la prevención de la usurpación de la identidad”. Sin embargo, la calidad de las imágenes no siempre se está garantizando.

Fotos de carnet: el pan de cada día de los estudios

Para muchos fotógrafos es muy lamentable que se sacrifiquen los estándares de calidad, sobre todo porque llevan más de 70 años encargándose de fotografiar a los españoles para sus documentos de identidad. Es un sector que está muy vinculado a la fotografía de carnet. Si de un día para otro cambian las normas, mucha gente puede quedarse sin trabajo y provocar la desaparición de los estudios.

Es el caso de Fotos Alhambra, abierto en la madrileña Plaza de la Beata María Ana de Jesús desde 1978. “Hablamos de un 40% o 50% de facturación en este negocio con la foto de carnet, es mucha tela”, explica el encargado, Javier Salmerón, quien a sus 56 años teme no poder jubilarse como esperaba. “Si esto se materializa no me dará para pagar los gastos. Me tendré que quedar solo y despedir al empleado. En vez de tener una motivación para intentar que vaya lo mejor posible y lograr una buena jubilación, ahora estoy acojonado porque no sé si pueda tirar para adelante hasta mi jubilación. Esto no es normal, después de estar trabajando toda mi vida”.

Salmerón atendiendo a una cliente en su tienda. (A.H.S.)Salmerón atendiendo a una cliente en su tienda. (A.H.S.) Salmerón atendiendo a una cliente en su tienda. (A.H.S.)

Salmerón dedica gran parte de su día a día a ayudar a los vecinos del barrio. Se ha ganado la fama de manitas con la tecnología, porque los más mayores asumen que pueden consultarle lo que no saben hacer con sus móviles. La antigüedad y privilegiada ubicación de este local le da la posibilidad de convertirse en lo que es: el clásico estudio fotográfico de barrio que se integra en el tejido social como un comercio de carácter familiar. En los 45 minutos que duró nuestra visita a este estudio entraron tres ancianos preguntando cosas, y otros dos pasaron “a saludar”.

Hay estudios que están cerrando directamente porque un porcentaje muy alto de su facturación venía de las fotografías de carnet

No es la primera vez que su dueño enfrenta una crisis en los 33 años que lleva al frente, pero no le quedan las mismas fuerzas de juventud para intentar sobreponerse: “Ya hemos vivido varias complicaciones de las que no nos hemos recuperado plenamente. Si ahora también nos quitan el DNI van a cerrar más de la mitad de las pocas tiendas de fotografía que quedamos. Yo hago entre 20 y 30 fotos de carnet al día, que son unos 200 euros. Multiplica eso por un mes y después por un año entero. Es que a lo mejor hablamos de 50.000 euros, un dineral, como la mitad de todo lo que yo facturo al año”.

Eva Casado, presidenta de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España, asegura que hay estudios que están cerrando directamente porque un porcentaje muy alto de su facturación venía de las fotografías de carnet. “Ahora mismo vale cualquier cosa que haga la máquina y estamos siendo sustituidos por ella, pero si un humano hace las fotografías piden muchísimas exigencias”, recuerda la dueña de un negocio fotográfico a las afueras de Madrid.

En las cabinas no se podrá atender a todo tipo de personas, alerta Casado. Los niños con autismo u otras condiciones específicas, además de quienes tienen dificultades motoras, necesitan a fotógrafos especializados que tratan con mucho mimo al cliente. “Ahora a esas personas las van a meter en un espacio de la comisaría, que no saben ni qué es, y ahí les van a hacer la fotografía. A saber cómo sale eso”, enfatiza.

Fotos más rápidas, pero de menos calidad

La idoneidad de las imágenes depende casi exclusivamente de las competencias de su autor, opina Patricia Madrid, una fotógrafa que tiene un pequeño estudio en Motilla del Palancar, Cuenca. Dirige Asociación de Fotógrafos Profesionales en Castilla-La Mancha, y cree que debe garantizarse una calidad mínima en las fotos de documentación.

Es incorrecto que un policía se ponga a hacer una foto, porque su labor es otra”, opina la profesional de 39 años. “Para hacer fotos ya están fotógrafo. Los policías no tienen los conocimientos técnicos para poder realizarlas de forma adecuada, y tampoco creo que debamos formarlos. Bien pudiera abrirse una plaza de fotógrafo en una comisaría a través de una oposición, o el negocio puede volver al medio tradicional del estudio, pero siempre se necesita a un profesional cualificado y equipado”.

Hacer una foto no es simplemente darle a un botón, hay que tener unos conocimientos mínimos, insiste José Luis del Pozo, presidente nacional de la Federación Española de Profesionales de la Fotografía y de la Imagen (FEPFI). “La iluminación no es igual para todos los tipos de piel o de pelo, algo que no se regula de forma automática en una comisaría”, explica.

"Nuestros abogados están analizando esta vía y existe la posibilidad de que demandemos judicialmente al Gobierno"

Del Pozo lamenta que ahora se dejen de lado todas las exigencias que habían mantenido durante décadas las autoridades sobre cómo tienen que ser las fotos de carnet. Cree que el ciudadano es quien va a salir perjudicado, porque tendrá problemas a la hora de viajar para identificarse con su DNI.

En febrero de 2025 trascendió en redes sociales el caso de una valenciana que se quejó por la pésima calidad de las fotografías que le hicieron en la comisaría. No se reconocía en su nuevo DNI y lamentaba llevar la frente cubierta por el flequillo en la imagen utilizada. Las autoridades rechazaron emplear la fotografía que ella había llevado. “Con la foto que me han puesto en el DNI no voy a poder pasar por el aeropuerto”, lamentó indignada.

La FEPFI considera que ahí radica el mayor prejuicio de las nuevas cabinas fotográficas y piensan tirar de ese hilo para tratar de frenar su instalación. “Nos hemos puesto en manos de un gabinete jurídico para ver si es legal esto que están haciendo, porque el DNI tiene que salir con una determinada calidad”, detalla Del Pozo desde su estudio en Albolote, Granada. “Nuestros abogados están analizando esta vía y existe la posibilidad de que demandemos judicialmente al Gobierno. Tampoco descartamos manifestarnos en algún momento. Si hacemos una huelga y dejamos de hacer fotos, habría un problema, porque no se podrían cubrir todos los DNI que se expiden”.

Por qué se está haciendo esto y cómo lo llevan los policías

Para hacer más de siete millones de DNI cada año se necesitan gestionar muchísimas citas previas, aunque no es imprescindible reservar una para hacer este trámite. También hay que recibir la documentación de forma personalizada y escanear las fotos que traen los usuarios. Todo el proceso demanda tiempo y recursos humanos que superan las capacidades de la Policía, lo que se traduce en demoras para concretar la expedición de los documentos.

Además de reducir los tiempos de espera, la instalación de estas cabinas (impulsada por la cartera de Fernando Grande-Marlaska), permite que un policía pueda atender a dos ciudadanos al mismo tiempo sin comprometer la privacidad de ninguno. Las fotos se hacen con una webcam rápidamente, y por eso las cabinas son conocidas como “DNI exprés”.

La instalación de estos módulos no se ha detenido. Además de los 21 que ya funcionan en la capital, el 18 de marzo comienza a operar otro en la comisaría de Carabanchel, aclara a este diario la portavoz del Sindicato Unificado de Policía, Nadia Pajarón. “Una compañera que trabaja en Aranjuez con este sistema dice que su jefa recibió formación y luego enseñó al resto. Ahora van mucho más rápido y se evitan largas colas, pero el mayor problema es que la gente está acostumbrada a llevar su propia fotografía, una en la que queden bien”.

Algunos clientes se enfadan en la comisaría porque se gastaron un dinero en ir al fotógrafo

Del Pozo cree que el trámite va a ser más rápido a costa de no poder elegir la imagen con la que te vas a identificar. “En cambio, en un estudio, si a ti no te gusta la foto se repite hasta que salga bien”, insiste el fotógrafo de 47 años.

Madrid, la responsable castellano manchega de la FEPFI, explica que en Cuenca ya hay máquinas en las comisarías, y algunos clientes se enfadan porque se gastaron un dinero en ir al fotógrafo antes. Pajarón añade que como muchos no están al corriente del nuevo proceder, van a realizar la gestión sin haberse arreglado para salir bien en la foto, y terminan rechazando la imagen que le hace un policía en la cabina.

Otro problema que están viviendo los policías son las roturas de los módulos de DNI exprés. “Es cierto que a veces las máquinas se rompen y que quizás se podría mejorar ese aspecto”, detalla Pajarón.

Abraham Rivera

Una empresa vinculada a estas cabinas es Tecisa, la misma que salió a relucir en las investigaciones anticorrupción del caso Kitchen. Especializada en seguridad, se le encargó el sistema para la protección de la ciudad de la Justicia de Madrid. De acuerdo con un texto de La Razón de abril de 2024, la facturación de Tecisa pasó de 977.484 euros en 2020 a 2,4 millones en 2022. Su ex-administrador único, otrora presidente, Manuel Cordón Cano, perteneció a las filas de la Policía Nacional y llegó a ser condecorado por sus servicios en 1974.

El gabinete de prensa de la Policía Nacional no respondió a las solicitudes de información formuladas por este diario. Solo se limitaron a decir que las cabinas pueden utilizarse cuando se trata de renovaciones simples, dejando fuera las renovaciones por pérdida o robo.

Alternativas ante una desgracia inminente

Las asociaciones de fotógrafos españoles estudiaron el panorama europeo y descubrieron que solo en Suiza y Suecia las fotografías para los documentos de identidad tienen que ser realizadas por la administración. Luego tomaron el modelo francés como principal referente y crearon un software similar al que se usa en el país galo para que los profesionales hagan las fotos y se las envíen de forma segura a la Policía a través de un código QR.

Representantes de la Policía y del Ministerio del Interior justificaron el uso de cabinas durante reuniones con la FEPFI aludiendo a una decisión europea, explica Del Pozo. Dicha normativa comunitaria sí dice cómo tiene que ser el DNI, pero no que la foto la tengan que hacer policías en las comisarías, aclara la FEPFI. En otros países las normas son las mismas y no lo hacen de esta manera.

Representantes de la Policía y de Interior justificaron el uso de cabinas durante reuniones con la FEPFI aludiendo a una decisión europea

“Esa reunión ocurrió a comienzos de 2024, pero las autoridades dijeron que eso estaba en manos de Marlaska e iban a reevaluar el proyecto para probar nuestro software. Esa llamada nunca ha llegado ni hemos vuelto a tener contacto con ellos”, lamenta Del Pozo. “Actualmente se está probando el software que hicimos en varios estudios de fotografía de Madrid y está funcionando perfectamente”.

Si los fotógrafos españoles pudieran subir las fotos de carnet a esa plataforma con el número de DNI del cliente, también “disminuiría la carga administrativa, porque ya estaría la foto cargada en el sistema y no habría que escanearla”, opina Madrid desde Cuenca.

Ella no se considera de las más afectadas todavía. Hay establecimientos aún más vulnerables a las nuevas cabinas, los que están a un lado de las comisarías y donde prácticamente solo hacen fotos de carnet. “Si el cliente deja de asistir a esas tiendas, no solamente se afectarían los fotógrafos, sino también los fabricantes de impresoras, papel, cámaras o luces. Daña a toda una cadena de suministros”, concluye Del Pozo.



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