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Nunca llueve a gusto de todos. Ni siquiera cuando se trata de millones de euros. La propuesta de María Jesús Montero para condonar deudas a todas las autonomías y cumplir, de paso, con el acuerdo de investidura suscrito con ERC ha puesto en pie de guerra al PP, cuyas autonomías se preparan para una reunión de alta tensión en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que se celebrará este miércoles en Madrid. Pero lo que no se esperaba Génova es que le salieran aliados inesperados en esa batalla. Al menos, no tan pronto.
Algunos de los socios del Gobierno ya han comenzado a exhibir en público su rechazo al modelo diseñado por Hacienda, lo que pone en el alambre su aprobación final. La propuesta de quita pasará mañana el primer filtro, porque el Gobierno sólo necesita el respaldo de una comunidad autónoma —en este caso será Cataluña tras el pacto con ERC— pese al voto en contra en bloque de las regiones gobernadas por el PP. Pero el Gobierno debe articular la condonación de la deuda a través de una ley orgánica, por lo que necesitará, sin falta, el respaldo de todos sus socios.
El primer obstáculo que encontrará el PSOE en su camino será, de nuevo, Junts, que ya ha exhibido sus dudas ante un acuerdo de financiación que ha monopolizado ERC. El 'café para todos' por el que ha optado Montero para tratar de atraer a las comunidades del PP no es una "opción" para los posconvergentes. "Que no nos quieran dar gato por liebre", manifestó la portavoz de Junts en el Parlament, Mònica Sales, que también criticó este martes que el Estado vaya a "condonar más deuda a Andalucía que a Cataluña".
El plan de Montero choca también con el posicionamiento de algunos de los grupos que integran Sumar. La más tajante ha sido la portavoz de Compromís, Águeda Micó, que ya ha avanzado que si la propuesta de Montero llega al Congreso tal y como está, sus dos diputados votarán en contra, un escenario que pondría contra las cuerdas al socio mayoritario del Gobierno por su imposible aritmética parlamentaria. Compromís sostiene que el acuerdo del Gobierno con ERC no tiene en cuenta "las necesidades de los valencianos", ya que sólo perdonaría 11.210 millones de euros del total de los casi 60.000 millones de deuda que acumula la Comunidad Valenciana.
La Chunta Aragonesista, otra de las formaciones que integra el espacio de Sumar, también ha manifestado sus dudas, al considerar insuficiente la propuesta, y su diputado, Jorge Pueyo, exige a Hacienda activar el fondo de compensación de 87 millones para Aragón, una reivindicación que comparte con el presidente del PP en esta comunidad autónoma, Jorge Azcón. Hay que recordar que la semana pasada, el PSOE se posicionó en contra de una proposición no de ley de Sumar para poner en marcha este mecanismo, iniciativa que salió adelante con el respaldo del PP.
A pesar de las quejas de los socios, en el Ministerio de Hacienda ven "poco" margen para modificar las cifras de la quita propuestas para cada autonomía. Está "medido al milímetro", aseguran fuentes gubernamentales, que enfrían así la posibilidad de que la negociación de apoyos en el Congreso, para sacar adelante la ley orgánica que dé sustento legal a la condonación, se convierta en una nueva tómbola.
La propia Montero respondió esta tarde en los pasillos del Senado a Compromís y aseguró que el parámetro de la infrafinanciación ya está "incorporado". "Lo que ocurre es que las deudas de partida de las comunidades autónomas no son homogéneas. Hay comunidades que tienen un gran nivel de endeudamiento y por mucho que la cantidad sea importante, el porcentaje sobre el total disminuye", explicó.
Montero idea una fórmula de quita que premia a Andalucía tras tomar el PSOE-A
Carlos Rocha. Sevilla
Sobre los recelos de Junts, la ministra está convencida de que la quita va en línea con los planteamientos de "autonomía financiera" de los posconvergentes. "Es muy importante que salgan al mercado, sobre todo quienes (en referencia a Cataluña) tienen mayor vocación de autogobierno", afirmó.
El Gobierno ve en las críticas de los de Carles Puigdemont la habitual competencia con ERC, que son los padres espirituales de la condonación al situar este asunto en el pacto para votar en su día la investidura de Pedro Sánchez. Pero, sus votos, o en su defecto los del PP, resultan fundamentales.
En el Ejecutivo no tienen claro si al final los populares respaldarán o no la quita en el Congreso. La Moncloa ya se ha lanzado a degüello para defender que sería "inexplicable" que votaran en contra de la condonación de deuda cuando "beneficia" a los ciudadanos. Pero, fuentes del Gobierno mantienen que aunque fuera así y no lo apoyaran, eso no significaría que después los presidentes autonómicos lo rechacen.
Una vez la ley salga adelante, cada región tendrá que firmar un convenio para aceptar voluntariamente la aplicación de la quita de parte de su endeudamiento. La impresión en la Moncloa es que se acogerán todos los barones del PP. Incluso Isabel Díaz Ayuso.
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