La ciencia ya pone fecha al fenómeno 'La Niña' en 2025: estas serán las zonas más afectadas

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El fenómeno meteorológico "La Niña", que forma parte del ciclo climático conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), dominará los primeros meses de 2025, según los últimos datos del Climate Prediction Center de la NOAA y el portal especializado Eltiempo.es. Las condiciones actuales muestran que "La Niña" persistirá hasta la primavera, con un 59% de probabilidad de mantenerse activa entre febrero y abril.

A diferencia de su contraparte, "El Niño", que calienta las aguas del Pacífico tropical y genera intensas lluvias en América del Sur, "La Niña" provoca el enfriamiento de las aguas oceánicas y desplaza el cinturón de lluvias hacia regiones como Australia, Indonesia y el sureste asiático. Estas áreas se vuelven más cálidas y húmedas, mientras que el Pacífico oriental tiende a secarse.

Los episodios de "La Niña" suelen ser más prolongados que los de "El Niño" y, aunque en esta ocasión se espera una intensidad débil, ya se ha observado un enfriamiento significativo en el Pacífico ecuatorial, con anomalías térmicas en la subsuperficie por debajo del promedio, según los modelos dinámicos del IRI.

Además de alterar patrones de viento y lluvia, este fenómeno tiene efectos globales. En América Latina, las precipitaciones pueden disminuir, afectando cultivos y recursos hídricos. Mientras tanto, zonas del sudeste asiático y Oceanía podrían enfrentarse a inundaciones y tormentas más frecuentes debido al incremento de las lluvias.

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De cara a marzo y mayo de 2025, los expertos anticipan una transición hacia un estado ENSO-neutral, lo que supone el regreso a condiciones más estables. Este cambio, con una probabilidad del 60%, reducirá gradualmente los efectos de "La Niña" en el clima global.

Aunque los fenómenos de "El Niño" y "La Niña" ocurren cada dos a siete años, su intensidad y duración varían. La vigilancia constante es crucial para prever sus impactos, especialmente en sectores vulnerables como la agricultura y la gestión del agua. La comunidad científica continuará monitoreando este evento en los próximos meses, buscando mitigar posibles consecuencias a nivel mundial.

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