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El futuro de la izquierda andaluza (y nacional) está en manos de 6.000 inscritos de Podemos en la comunidad. Es el número de afiliados que ha participado en las últimas votaciones importantes y que decidirán quién encabeza la formación morada en la comunidad más poblada del país. Podemos Andalucía celebra primarias esta semana para elegir a la nueva dirección regional tras la salida de Martina Velarde, actual líder de la formación, que ha dado un paso al lado para dedicarse a su labor como diputada en el Congreso. Su número dos, Raquel Martínez, encabeza la candidatura continuista y se enfrentará a Susana Hornillo, portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Sevilla. Sobre la mesa está el modelo de partido y la forma de relacionarse con la dirección nacional, pero también la forma de relacionarse con el resto de fuerzas de la izquierda.
Se trata de la cuarta asamblea de Podemos Andalucía, la primera sin la presencia de Teresa Rodríguez y sin un choque abierto entre la cúpula regional y la de Madrid. En los últimos cuatro años, la formación morada se ha recuperado del golpe que supuso la salida de la gaditana del partido que ayudó a encumbrar para armar su propio proyecto político. Y Podemos llega a este punto del camino con 3 diputados en el Parlamento de Andalucía y una treintena de concejales, la mayoría como parte de coaliciones con otras fuerzas de la izquierda. "Andalucía es uno de los lugares del país donde tenemos más fuerza", expresa una fuente de la dirección, que no oculta la complejidad de estos últimos años.
Con esos mimbres, tiene sentido que las dos candidaturas apuesten por "fortalecer" al partido. "Tenemos que llegar fuertes a las próximas citas electorales", dijo el lunes Raquel Martínez, candidata a dirigir el partido y ahora secretaria de Organización. Nacida en Almería hace 47 años, entró en Podemos desde los movimientos por la vivienda durante la pasada crisis económica y ha trabajado de cajera, de limpiadora y en hostelería, entre otras labores. Enfrente tiene una profesora de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Sevilla que ejerce como líder de la formación en el Ayuntamiento de Sevilla tras presentarse en coalición con IU, aunque ahora su facción defiende la necesidad de que Podemos vaya en solitario a las elecciones andaluzas previstas para la primavera de 2026.
"No va a volver a pasar lo de las andaluzas de 2022", dejó claro Martínez el pasado lunes cuando presentó su candidatura. Se refiere así a los "vetos" que se produjeron por parte del resto de socios de la izquierda para elegir al candidato y a la ausencia de primarias para hacerlo. Pero eso no significa que la aspirante oficialista no esté por la labor de acudir a las andaluzas con los partidos que ya se presentaron en los últimos comicios y con quienes hoy comparten trabajo diario en el Parlamento autonómico. Bajo la marca Por Andalucía, en el viejo Hospital de las Cinco Llagas conviven los morados con IU, Equo, Alianza verde, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Más País. Aunque lo cierto es que la marca creada por Íñigo Errejón se transmutó en Sumar fuera de la capital en una apuesta por dotar al proyecto de Yolanda Díaz de un soporte territorial.
Cada vez que Raquel Martínez se ha dejado ver con sus socios autonómicos o ha hecho declaraciones en favor de la unidad, ha recibido una oleada de críticas en redes de corrientes que ahora se arremolinan alrededor de Susana Hornillo. Pero en la candidatura oficialista insisten una y otra vez que no es momento de ese debate. Sin desechar la labor que se realiza en Por Andalucía, estas fuentes aseguran que el debate ahora gira en torno a Podemos. "No estamos en esa pantalla", zanjan desde el entorno de la política almeriense, donde defienden que la fortaleza de Podemos es clave para que la izquierda tenga opciones de desgastar al Gobierno de Juanma Moreno.
Los responsables de tomar la decisión son los 20.000 inscritos en Podemos (3.000 de los cuales pagan cuota), aunque la participación ronda los 6.000 afiliados en las últimas consultas. La cifra no es baladí si se tiene en cuenta que IU tiene unos 4.500 militantes en Andalucía, la comunidad donde la federación de izquierdas tiene mayor implantación. La principal diferencia entre las dos fuerzas más relevantes del espacio está en la presencia institucional, ya que el partido que encabeza Antonio Maíllo cuenta con unos 800 concejales y más de 50 alcaldías frente a los 32 ediles morados, ninguno de los cuales ostenta una vara de mando.
Martínez cuenta con el aval de los principales referentes del partido en la comunidad, más allá de Velarde y de tener buena relación con la dirección estatal de Ione Belarra. Dos de los tres parlamentarios autonómicos, Alejandra Durán y José Manuel Jurado, la acompañan en la lista, igual que el portavoz en el ayuntamiento de Málaga, Nico Sguiglia. El tercer diputado regional, Juan Antonio Delgado, respalda su candidatura, aunque no participa de los procesos orgánicos. Y también cuenta con el apoyo de Diego Cañamero, que estuvo en la presentación del lunes.
Según explicó la candidata, ofreció a Hornillo integrarse en su lista para buscar una candidatura de unidad, pero no ha sido posible. Desde entonces los choques han sido una constante. La facción que lidera la portavoz en Sevilla capital comenzó reclamando a la dirección que todavía encabeza Velarde un "informe de gestión" así como datos sobre el número de militantes del partido. La propia Velarde contestó públicamente a la petición y aseguró que los afines a Hornillo no acudieron a una reunión en Sevilla. "En vez de llamarme o acudir, lo piden en prensa", se queja la diputada por Granada, que añade: "No hagas más daño". La candidatura oficialista, por su parte, ha propuesto la celebración de varios debates previos a las votaciones, que se desarrollarán esta semana. El 14 de diciembre se conocerán unos resultados claves para la izquierda.
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