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En el corazón de Baiona, en Pontevedra, (Galicia), la última gran villa deshabitada de la localidad, comienza a renacer tras un cambio de propietarios. Este emblemático inmueble, testigo del esplendor arquitectónico de la época de balnearios, ha estado sumido en el abandono, acumulando años de deterioro que amenazaban su valiosa herencia. Ahora, el murmullo de obreros en su interior ha generado gran expectación entre los vecinos, quienes ven en esta transformación una oportunidad para revitalizar la esencia histórica del lugar.
La reciente adquisición de Villa Sol, gestionada anteriormente por la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, S.A.), marca un hito en la recuperación del patrimonio local. El nuevo propietario, un empresario asentado en la región, ha obtenido la licencia necesaria para iniciar las primeras obras de rehabilitación, despertando la esperanza de que esta joya arquitectónica vuelva a ser un referente en la comunidad.
Con planes que podrían abarcar usos hoteleros y habitacionales, la rehabilitación de Villa Sol no solo promete devolver la vida a su estructura, sino también contribuir al renacer económico y turístico de Baiona. La propiedad estaba a la venta por 3,2 millones de euros en portales inmobiliarios como Fotocasa o Milanuncios. Su descripción reza lo siguiente: "una superficie total de 6.106 metros, con inclusión de la casa habitación en ella existente, que ocupa 1.053 metros".
En proceso de renovación
Villa Sol, el chalet de arquitectura señorial que data del siglo XIX, tiene seis habitaciones y seis baños, además de contar con jardín y un trastero. Aunque todavía no hay un proyecto definitivo sobre la mesa, el alcalde baionés Jesús Vázquez Almuiña constató el futuro prometedor de este edificio histórico.
La villa pontevedresa de Baiona, también conocida como "Baiona La Real" y famosa por su Parador con preciosas vistas al mar, cuna de la talasoterapia en Galicia y uno de los refugios termales más afamados de las Rías Baixas. Nobles y figuras de la alta burguesía acudían a sus mejores balnearios para unirse a los tradicionales "baños de ola" de su vecina Cantabria, además de disfrutar de un agradable paseo por su casco histórico, declarado Conjunto de Interés Histórico Artístico en 1974.
La bahía coronada al fondo por las Islas Cíes siempre estuvo ligada al mar. En época colombina, Baiona se empezaba a dar a conocer en ámbitos internacionales por ser el primer puerto de Europa en dar la noticia del descubrimiento de América con la llegada de la famosa Carabela la Pinta. A finales del siglo XIX, ya se comenzaban a valorar las propiedades de las aguas ricas en yodo y las algas que el mar depositaba en la playa de la Concheira.
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Juan Montagu
Arrastradas desde distancias y profundidades variadas, formaban colonias que, al chocar contra las rocas, liberaban valiosos componentes terapéuticos. Así nació el primer balneario de talasoterapia en Baiona, inaugurado en 1896. Esta sencilla construcción de madera, de una sola planta, estaba diseñada para integrarse armónicamente con su entorno natural, apoyada sobre pilotes de piedra que permitían que el agua de las mareas fluyera libremente por debajo.
A medida que las obras avanzan y se concretan los planes de rehabilitación, la esperanza de los vecinos crece, vislumbrando un futuro en el que esta emblemática villa vuelva a ser un símbolo de la historia y el esplendor de la localidad. Con su nueva vida, Villa Sol aspira a convertirse en un punto de encuentro que atraiga tanto a residentes como a visitantes, contribuyendo al enriquecimiento cultural y económico de la región.
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