El Parlamento de Andalucía aprobó varias decenas de propuestas de resolución en el seno del debate de la comunidad que se celebró los días 12 y 13 de diciembre. Una de ellas defendía la puesta en marcha de programas de sensibilización contra el "estigma de las personas migrantes". Otra abogaba por ensalzar "el valor social de la paternidad" y activar políticas contra la "brecha maternal". La primera la registró Adelante Andalucía, la formación andalucista de izquierdas que fundó Teresa Rodríguez, y la segunda salió del cupo de Vox. Las dos contaron con el aval del PP de Juanma Moreno, que tiene las llaves de cualquier propuesta que se debata en la Cámara autonómica desde que logró una histórica mayoría absoluta hace ya dos años y medio.
La disparidad de las dos propuestas es una buena muestra por la apuesta del barón popular por la transversalidad, consciente de que gran parte de la victoria apabullante de junio de 2025 llega gracias al voto prestado. "En Andalucía ya no hay miedo a la derecha", expresaba una fuente de San Telmo el miércoles. Pero en el entorno del presidente saben que el electorado andaluz está más escorado a la izquierda que, por ejemplo, el de Madrid. Con esos mimbres, resulta lógico que los mensajes de Juanma Moreno estén muy alejados de los que envía, Isabel Díaz Ayuso. Y también de la versión más cáustica de Alberto Núñez Feijóo, como quedó demostrado en las distintas reacciones de los dirigentes del PP a la idea de Pedro Sánchez de conmemorar los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco.
"Esto no hay Franco que lo tape", espetó la presidenta de la Comunidad de Madrid en la cena de Navidad de los populares el pasado lunes. Núñez Feijóo fue más solemne, pero también enmendó la plana al jefe del Ejecutivo por "desenterrar a Franco" y acusó a Sánchez de ser "nostálgico del enfrentamiento entre españoles". No habían pasado ni 24 horas de la fiesta navideña cuando Juanma Moreno mostró sus diferencias al afirmar que sí hay motivos para celebrar el medio siglo del cambio de régimen. Lo hizo en la entrega de los premios Andalucía Justicia, un nuevo galardón para juristas impulsado por la Junta y que se estrenó con los padres vivos de la Constitución de 1978, Miquel Roca y Miguel Herrero Rodríguez de Miñón.
"Celebremos la concordia, el consenso y el proyecto común que nos une en el 50 aniversario del fin de la dictadura", expresó el jefe del Ejecutivo andaluz en un nuevo ejercicio de distanciamiento con la dupla que forman Ayuso y Feijóo. Hace apenas una semana ya hubo alguna muestra de disenso en la relación que Junts y el PP han entablado en el contexto de la reforma fiscal. "No pueden ser nuestros aliados", expresó la portavoz de la Junta y consejera de Hacienda, Carolina España, tras conocerse el acuerdo de los populares y los neoconvergentes sobre el impuesto a las energéticas. Es cierto que Juanma Moreno después matizó a su portavoz al colocar a Junts como un partido democrático habilitado para el juego político aunque esté "en la otra orilla" en la concepción del Estado.
En San Telmo niegan diferencias con Génova, pero se afanan en conservar la "singularidad" de Juanma Moreno. Esa singularidad es la que lo hizo captar 160.000 votantes socialistas que optaron por la papeleta popular en las elecciones de 2022. Todavía queda un año y medio para la fecha de las elecciones, pero en la sala de máquinas del PP andaluz ya atisban los comicios en el horizonte. El barón popular no tiene ninguna intención de despojarse de esa imagen de centralidad que hizo posible su mayoría absoluta. Además, según las encuestas, goza de buena salud a pesar de que la presión sobre su gestión de la sanidad pública ha crecido en los últimos meses por la denuncia del PSOE sobre los contratos de emergencia que investigan los juzgados de Sevilla.
Esa imagen de transversalidad está sustentada por varios factores, pero sobre todos ellos destaca la distancia que Moreno marca con los postulados de Vox. Eso no es un obstáculo para que la mayor parte de enmiendas del Presupuesto de la Junta, aprobado esta semana, tenga varias de la formación de Santiago Abascal por valor de unos 20 millones de euros. En términos discursivos si hay una gran distancia, sobre todo en lo relacionado con la política migratoria o con la relación con los sindicatos UGT y CCOO. "No puede tener debates duros con Vox en el Parlamento y luego hacer lo contrario", expresa una fuente popular después del ruido que generó la disparidad entre Moreno y la dupla Ayuso-Feijóo en sus declaraciones sobre Franco y el final de la dictadura.
"No significa que haya una ruptura en las buenas relaciones entre el político gallego y su barón andaluz, pero sí una frialdad que antes no existía"
En Génova se apresuraron a alejar cualquier posibilidad de conflicto con Moreno, pero lo cierto es que en la cúpula del PP se pusieron en contacto con Juanma Moreno para afearle la diferencia pública sobre este asunto. La cosa quedó ahí, pero en los últimos meses la distancia se ha hecho patente. Moreno tiene muy poca agenda en Madrid y de hecho casi nunca acude a las reuniones de la Junta Directiva Nacional que Feijóo convoca con carácter mensual. Esto no significa que haya una ruptura en las buenas relaciones entre el político gallego y su barón andaluz, pero sí una frialdad que antes no existía.
De fondo está el runrún sobre una posible vuelta del presidente de la Junta a Madrid, una opción que él descarta cada vez que se le pregunta. "Yo ya estuve 18 años en Madrid", ha dicho el jefe del Ejecutivo andaluz en más de una ocasión sobre su etapa como diputado nacional y como secretario de Estado en el Gobierno de Mariano Rajoy. Otra cosa sería que el final de Feijóo se precipitase y hubiera un debate en el partido entre Moreno y Ayuso y los focos se pusieran sobre el malagueño. En cualquier caso, el horizonte con el que trabajan en San Telmo está en las andaluzas de 2026, ya que en el equipo del presidente descartan el adelanto electoral.
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