Para disminuir los efectos de fuegos artificiales, ruidos fuertes o petardos, hay que intentar acostumbrar al perro.
Las navidades son una época de celebración: reuniones familiares, decoración en ciudades, pueblos y hogares, villancicos sonando en todas partes... Y, también, son unos días en los que es habitual escuchar petardos o acudir a ver fuegos artificiales, algo que no a todos los miembros de la familia les suele gustar.
Nos referimos a nuestros animales de compañía, especialmente perros y gatos. Si nosotros ya percibimos este tipo de ruidos como fuertes, es fácil imaginar lo altos que deben sonar los petardos o fuegos artificiales para nuestros perros, quienes tienen un oído muchísimo más desarrollado que nosotros.
Precisamente, es por este motivo por el cual suelen causarle mucho miedo e incluso causarles problemas de salud graves como cuadros de ansiedad o pánico. Lamentablemente, todos los años terminamos leyendo cómo un perro saltar por un balcón aterrorizado por los ruidos, o como otro se escapa durante un paseo debido al estruendo.
La educadora canina y fundadora de Perros y punto, Anika Rytel, explica que que "un perro que tiene miedo de ruidos fuertes y petardos hay que trabajarlo previamente para conseguir que deje de tenerlo", pero recuerda que "es una reacción natural".
Camuflar los ruidos y el uso de calmantes
"Los petardos o los fuegos artificiales son sonidos muy impactantes para ellos y no siempre nos da tiempo a prepararles para ese momento y las fechas se nos echan encima", explica la experta en comportamiento canino. "Es por este motivo por el que recomiendo hacer una cortina de ruido".
Con cortina de ruido, Rytel se refiere a camuflar el sonido de los petardos o los ruidos fuertes que alteren al perro con otros, aunque siempre opta por la prevención, en aquellos casos en los que tengamos tiempo de trabajar ese miedo con el animal.
"Sabemos que en estas fechas va a haber petardos, así que lo que podemos hacer es, unos días antes, reproducir en la televisión o en un altavoz pistas de audios con sonidos de petardos y ofrecerle premios a nuestro perro para que lo asocie con algo positivo", detalla.
Esa asociación también se puede realizar con caricias, atención o realizando juegos de olfato, cualquier cosa que le guste y motive a nuestro compañero de cuatro patas. "No obstante, hay que tener claro que ellos saben cuando es una pista de audio y cuando es un petardo real".
Podemos camuflar los petardos reales con esa pista de audio a la vez o proporcionándoles una zona de refugio
"Los petardos reales truenan con más fuerza y, a veces, pueden hacer vibrar ventanas o paredes, además del olor a pólvora", añade la educadora. "Por eso, para que no lo pase tan mal, podemos camuflar los petardos reales con esa pista de audio a la vez o proporcionándoles una zona de refugio alejada del ruido, donde se escuche más de fondo".
En los casos más graves en los que el animal muestre un cuadro de ansiedad, es decir, un jadeo muy fuerte y rápido, manteniendo la boca muy abierta, con temblores y salivación excesiva, la educadora canina recomienda acudir previamente al veterinario para preguntar por algún tipo de tratamiento.
Sobre esto, Ana Moreno, experta en salud animal y veterinaria en una clínica de Úbeda, explica que existen medicamentos que se pueden ofrecer a los perros, pero siempre bajo prescripción veterinaria. "De todas formas, lo que más se suele dar en estos casos son suplementos en forma de difusores, collares o sprays para relajar a los animales", asegura.
"Llevan un análogo de la feromona que libera la madre durante la lactancia y que traslada al perro a ese momento al percibir el olor, causando así que el animal se relaje", detalla. "Aunque, por supuesto, no es una solución mágica y depende mucho del perro".
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