Un corte accidental de un cable de fibra óptica en las afueras de Talarn (Lleida) ha dejado sin servicios de internet y telefonía a los municipios del Vall d’Aran, Alta Ribagorça y Pallars Sobirà. Una máquina agrícola que trabaja en una finca de la zona provocó el domingo por la tarde una avería. El incidente se saldó con miles de personas completamente incomunicadas en plena temporada turística. Como consecuencia, también se paralizaron las operaciones comerciales que dependen de pagos electrónicos, así como el uso de los cajeros automáticos.
La incidencia comenzó a primera hora de la tarde del domingo, cuando el accidente dañó el cable de fibra óptica, causando un fallo masivo en la red. Según han explicado fuentes de Movistar, empresa responsable de la infraestructura afectada, los técnicos comenzaron a trabajar en la reparación del cable poco después de conocerse el problema. No obstante, aunque los expertos se esforzaron por recuperar el sistema, la mayoría de municipios que conforman las respectivas comarcas no recuperaron los servicios de internet y telefonía hasta la mañana de este lunes. Han sido justamente las repercusiones de esta interrupción las que han puesto de manifiesto la vulnerabilidad tecnológica de las comarcas del Pirineo, que dependen de una única infraestructura para sus comunicaciones.
Turistas, comerciantes y vecinos afectados
La interrupción del servicio ha coincidido con uno de los momentos de mayor actividad en el Pirineo, debido a la temporada de esquí y a las fiestas navideñas. De hecho, las estaciones de la región, como Baqueira Beret, estaban en plena capacidad de ocupación cuando los visitantes se encontraron sin acceso a los servicios básicos de comunicación.
Asimismo, el alcance del problema no se limitó a las conexiones particulares de los individuos. La avería también impidió el uso de datáfonos, lo que ha afectado gravemente al comercio y la hostelería en un fin de semana de alta afluencia turística. En la misma línea, los cajeros automáticos quedaron inutilizables, lo que generó problemas para muchos visitantes y residentes que no contaban con efectivo, complicando las transacciones en los comercios.
Reclamaciones desde las administraciones locales
Por su parte, el alcalde de Vielha, Juan Antonio Serrano, ha anunciado que presentará una reclamación formal ante Movistar por la falta de comunicación. Del mismo modo, Serrano también ha animado a los alcaldes de los demás municipios afectados a presentar reclamaciones para evitar que se repita una situación similar y así poder garantizar un sistema de respaldo en caso de incidencias de este tipo.
Además, el regidor ha calificado la situación de “barbaridad”, alegando que no es aceptable que las comunicaciones de toda una comarca dependan de un solo cable, y ha hecho hincapié en la precariedad de las infraestructuras tecnológicas en las zonas rurales. A esta problemática se le suma la falta de un “plan B” que permita mantener los servicios mínimos en caso de incidentes tecnológicos. Según Serrano, la rapidez con la que se ha solucionado el problema en este caso, apenas 10 horas, ha sido gracias a la presión ejercida por parte de la Generalitat: “De no ser así, podríamos haber estado incomunicados durante cuatro o cinco días”.
El incidente no es un caso aislado, sino un ejemplo más de los problemas estructurales que afectan a las zonas rurales y montañosas en materia de telecomunicaciones. En estas áreas, la dependencia de infraestructuras únicas convierte cualquier avería en una emergencia que paraliza la vida cotidiana de los residentes y el funcionamiento económico de las regiones. De este modo, el apagón ha reavivado el debate sobre la necesidad de invertir en infraestructuras de telecomunicaciones más robustas y diversificadas en estas áreas.
La recuperación progresiva de las comunicación
Este lunes por la mañana Movistar ha informado de que el servicio ya se había restablecido en gran parte de las localidades afectadas y que los técnicos seguían trabajando para normalizar completamente la situación. Sin embargo, el incidente ha dejado un mal sabor de boca entre los habitantes y visitantes del Pirineo. Para muchos, ha sido un recordatorio de las carencias estructurales que enfrentan las zonas rurales en España, especialmente en un contexto donde la conectividad es esencial.
En este escenario, mientras los propietarios de negocios y establecimientos hoteleros se recuperan de un fin de semana marcado por contratiempos, los alcaldes de las localidades afectadas trabajan en la búsqueda de medidas que garanticen que un incidente similar no se repita.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}