Videos tutoriales con instrucciones precisas para fabricar explosivos a golpe de clic para cualquiera que tenga conexión a Internet y ganas de hacer daño o personas vinculadas “a organizaciones violentas, radicales o terroristas”. Parece ciencia ficción si no fuera cierto. De la pólvora al Napalm casero hasta llegar al lanzallamas, según ha denunciado la Guardia Civil. Detrás de los tutoriales está un joven de Castro Urdiales (Cantabria), Alberto R, que publica en redes como AlbertoHROM, con más de un millón de suscriptores (1.320.000) en su canal de Youtube donde mostraba cómo calcinar un coche con una lanzadera casera en la finca familiar.
También explicaba “paso a paso” cómo montar un artefacto explosivo desde “su taller clandestino” perfectamente aprovisionado de pólvora, cloratita o la llamada “termita”. Además de exhibir sus destrezas pirotécnicas, pedía a sus seguidores que le ayudasen a financiar sus aventuras por PayPal. Todo, a través de 60 vídeos tutoriales -del total de 207 de su canal- que acumularon “más 106 millones de visualizaciones”, precisó este viernes el instituto armado.
El youtuber se defiende en redes
El joven ha respondido este viernes por la tarde a través de su canal con otro vídeo en el que se define como “un buen chaval” que hace vídeos “educativos, divulgativos y de entretenimiento”.
“La semana pasada me hicieron una redada. Vinieron 18 guardias civiles de toda España y no encontraron nada”, declaró él mismo. “Estaba de super buen rollo con ellos y sabían que no era ningún terrorista”, justificó. Sus seguidores respondieron en cuestión de segundos. Lo aplauden, niegan la información, arremeten contra los medios y se ofrecen a reunir dinero para pagar su defensa.
“Jamás he enseñado a fabricar un explosivo y los que veis mis vídeos lo sabéis”, enfatizó el youtuber acusado, negándolo tres veces. No obstante, reconoció: "Está claro que no puedo hacer esos vídeos y los he quitado todos".
El alumno delató al maestroLa Guardia Civil tiene otra versión. Llamaron al despliegue Operación Sputnik y llegaron al youtuber explosivo a través de un operativo anterior (Operación Boxes) que se desarrolló en Sanxenxo (Pontevedra) en el 2022. Entonces, arrestaron a un hombre, ya condenado a un año y medio de prisión, por la fabricación ilegal de explosivos. Al analizar su ordenador, dieron con el canal del ahora detenido en Castro Urdiales. Había seguido sus instrucciones en vídeo para montar sus artefactos.
El alumno delató -involuntarimante- al maestro. Para este operativo, la Guardia Civil desplegó a los técnicos en desactivación de explosivos (Tedax). Registraron la vivienda y el taller clandestino y se incautaron de 20 kilos de sustancias explosivas. Lo acusan de fabricación ilegal de explosivos, riesgo de incendio forestal y le imputan otro delito por desobediencia a la autoridad.
Exponen que el joven se dedicaba a mezclar sustancias y “a fabricar artefactos explosivos e incendiarios a base de precursores y otros químicos”. Como si fuera una receta de cocina, explicaba “paso a paso el proceso de elaboración y sus efectos destructivos”. Más de un millón de personas seguían sus consejos y vídeos didácticos como suscriptores habituales de su canal, que inicialmente tuvo un carácter pedagógico.
Para la Guardia Civil, los 60 vídeos ligados a actividades explosivas ilegales contabilizados en sus redes implicaban un “grave riesgo para la seguridad ciudadana”. Entienden, además, que la afición del youtuber suponía un riesgo potencial para los familiares que vivían en la finca y sus vecinos en caso de explosión accidental o incendio durante la manipulación y la grabación de sus vídeos sobre cómo hacer una bomba en casa.
"Termita" y un lanzallamas caseroUna de sus últimas creaciones -señalan desde la Guardia Civil- fue un vídeo donde fabricaba "30 kilos" de una mezcla incendiaria llamada “Termita”.
Como buen youtuber, lo primero que hizo fue idear un gran despliegue audiovisual para probarla y prendió fuego a un coche en una parcela de su propiedad. Lo hizo con una mezcla explosiva que alcanza temperaturas por encima de los 2.500 grados, destruyendo por completo los materiales. Aclaran que esta mezcla tiene usos legales (raíles y soldadura) e ilegales (butrones y cajas fuertes).
El fuego llamó la atención en el entorno y acudieron los bomberos porque la finca está próxima a una zona de alto valor ambiental en Castro Urdiales. El acusado se negó a dejar pasar a los equipos de extinción y el Seprona llegó a abrir una investigación paralela.
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