Juan Carlos Martínez Torres es un vecino de Alfafar al que hace once años le diagnosticaron párkinson. A pesar de que su enfermedad degenerativa está avanzada, es conocido en Valencia por participar en carreras de larga distancia con un traje de Iron Man, el superhéroe de Marvel. Lo hace para mandar un mensaje de superación y demostrar que "si se quiere, se puede". Ahora, aplica esa máxima a las labores de limpieza de su pueblo y a la misión colectiva de devolverle el aspecto previo a la catástrofe ocasionada por la DANA.
Nueve años después de que le diagnosticaran el párkinson, Juan Carlos logró que le pusieran un neuroestimulador. Es un dispositivo al lado del corazón que tiene la necesidad de cargarlo todas las semanas por unos electrodos que se conectan con el cerebro. Pero con la DANA se fue la luz y este vecino de Alfafar afrontó una peligrosa cuenta atrás por su salud. De haber excedido el tiempo pautado, tendría que haber regresado al quirófano.
"Mis vecinos estaban más preocupados, yo sabía que me quedaban unos días todavía", comenta ahora fuera de peligro. Le tocaba la recarga entre el martes y el miércoles. "Justamente el martes recuperamos la luz y ya me pude cargar, tenía un 35% de batería. Aún mi cuerpo podría haber aguantado un par de días", explica. Antes de eso, el mismo día de la inundación, Juan Carlos colaboró con otro vecino en el rescate de un hombre que se había quedado atrapado en un garaje cuando quiso ir a retirar su coche.
Este vecino de Alfafar es una persona conocida en su comarca por su particular manera de participar en las carreras de atletismo de larga distancia. "Trato de demostrar a la gente que si yo puedo hacer una maratón con un traje de 7 kilos, una persona puede hacer dentro de sus posibilidades lo que quiera", declara en conversación telefónica con El Confidencial.
El párkinson que padece Juan Carlos es avanzado. Al hacer tanto deporte logra mitigar sus efectos, pero tiene agarrotada la parte izquierda de su cuerpo y sufre unos movimientos involuntarios debido a la medicación. Esta semana no ha parado en las labores de limpieza de su pueblo: "Estoy entre mi madre, que tiene 76 años, es mayor y vive en un bajo y ha perdido todo y acercarme a la plaza a hacer lo que puedo".
Juan Carlos celebra y agradece que "toda España se haya volcado en ayudar a los valencianos". "A los que más admiro es a los labradores, que desde el primer día sacaron los tractores y ahí están, personas que son mayores haciendo una labor tremenda", destaca.
En cuanto a las tareas de limpieza, afirma que en el pueblo nadie hace previsiones a largo plazo más de una semana después de la riada. "Aquí vamos poco a poco y sacando lo que podamos. Si se barre una calle, es una calle menos para el día siguiente. Hay carreteras que ya se ve el adoquín, ya no se ven los coches obstruyendo las vías. Los coches ya pueden pasar, también los camiones", dice Juan Carlos sobre la carretera principal que atraviesa el pueblo.
Corrió la maratón de Valencia, participa en carreras populares, nocturnas y trata de acudir a todas las competiciones que se convocan con un objetivo solidario. Volverá a ellas cuando toda esta tragedia haya quedado atrás: "El traje me lo he hice yo. Pesa siete kilos. Hay que aportar todo lo que se pueda, lo que pueda cada uno. ¿La enfermedad? Hay quien está mucho peor. Mientras el cuerpo pueda, hay que tirar 'palante'".
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