Son parecidos pero no iguales. Son distintos de tamaño, aspecto, tacto y textura. Y lo que es más importante, son diferentes en su sabor, más o menos dulce y sus calorías.
Hay que comer fruta, mucha más de la que (en general) consumimos. Nos ayuda a mantenernos hidratados, favorece la digestión y supone un gran aporte de vitaminas y nutrientes. Además, tenemos en España todo el año una espléndida oferta en nuestras fruterías.
Para octubre están saliendo de temporada fresa, higo, limón, melocotón, melón o sandía. Pero a cambio, llega la temporada de, entre otras, chirimoya, kiwi, mandarina, mango, membrillo, papaya, pera y uvas. Y con todas ellas, antes y ahora, el plátano o banana.
Pero, ¿el plátano o la banana? Son distintas. ¿Cuál es mejor? Estas son sus principales diferencias. Y por si acaso, lo aclaramos, cuando decimos plátano, nos referimos al plátano de Canarias.
El tamaño
En general, la banana es más grande, larga, gruesa y recta, mientras que el plátano es más pequeño, corto y curvo.
El aspecto
También son distintos de aspecto, tacto y textura. El plátano presenta unas características motitas negras en la piel, que aumentan a medida que avanza el proceso natural de maduración de la fruta, y conforme va madurando también se va volviendo de un color más oscuro.
Por dentro, al tener mayor índice de humedad, el plátano es más jugoso que la banana. En cambio, la banana es más blanquecina, lisa y no presenta manchas. En su interior, su textura es más tersa, áspera y seca.
El sabor
Es más dulce el plátano. Lo es porque lleva más azúcar que la banana. Y no es una apreciación subjetiva. Según un estudio de la Universidad de Navarra para Asociación de Organizadores de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), el plátano es mucho más dulce por su alto contenido en azúcares.
El plátano de Canarias tiene Indicación Geográfica Protegida (IGP), que garantiza su calidad, trazabilidad, seguridad alimentaria y origen. En 2013, la Comisión Europea reconoció como "únicas las características organolépticas del plátano de Canarias que hacen su sabor especial y su aroma, intenso".
Propiedades nutricionales
Son parecidos pero no iguales. El plátano es perfecto cuando necesitamos energía rápida y es ideal para un desayuno saludable y rápido. Contrariamente a lo que muchos piensan, el plátano no engorda. Son 94 Kcal (por 100 g) y su contenido en grasas y proteínas es muy bajo. El plátano es también muy rico en fibra (3,4 g/100 g) y está compuesto mayoritariamente de agua.
El plátano destaca por su riqueza en hidratos de carbono (20 g/100 g), según la Fundación Española de Nutrición. Mientras está inmaduro, el hidrato de carbono que predomina es el almidón y, a medida que va madurando, el almidón se convierte en azúcares (sacarosa, glucosa y fructosa). También es una gran fuente de potasio (350 mg/100 g) y vitaminas C y B6.
La banana contiene más hidratos de carbono que el su "primo" canario (26 g/100 g), pero éstos son mayoritariamente almidones, por lo que la banana tiene menos azúcar que el plátano y, como veíamos antes, es menos dulce. También es fuente de fibra (2,1 g/100 g) y vitaminas.
La banana tiene mayor aporte calórico. Su aporte de calorías es de unas 110 kcal/100 g, por las 90 kcal/100 del plátano. Este último tiene menos cantidad de hidratos de carbono y por eso contiene menos almidón pero más azúcar que la banana.
¿Se comen las hebras?
Aunque muchos las retiran, las hebras de plátanos y bananas son totalmente comestibles. Es más, aportan nutrientes muy valiosos como son la vitamina B6, calcio y antioxidantes. También aportan potasio y magnesio, que favorecen la función de los músculos y los nervios.
Estos hilos completan nutricionalmente el contenido de esta fruta. Estas tiras blancas no solo nos aportan nutrientes, también nos proporcionan una valiosa información sobre el estado de maduración de la fruta. Si las hebras se desprenden fácilmente, nuestro plátano ya estará maduro y perfecto para comerlo.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}