En abril de 2019, a las puertas de unas elecciones generales, el PP se quedó solo en el Congreso votando en contra de una de las leyes de mayor impacto social del Gobierno: la equiparación, de forma escalonada, de los permisos de paternidad iguales e intransferibles hasta las 16 semanas. El primer partido de la oposición, entonces bajo el mando de Pablo Casado, recurrió incluso la norma ante el Tribunal Constitucional, sin éxito. Las objeciones del PP venían más por una cuestión de forma que de fondo, al entender que el Ejecutivo de Sánchez había 'colado' la medida por el procedimiento de urgencia con una motivación puramente electoralista.
Fuera cual fuera el razonamiento, Feijóo está decidido a "enmendar" y "actualizar" parte del ADN social que en el pasado situó al PP enfrente de los avances en materia de igualdad, conciliación, vivienda o sanidad, banderas que históricamente ha capitalizado la izquierda. Tal y como explican en su entorno, el jefe de la oposición está dispuesto a abrir una "nueva etapa" en las relaciones del partido con los principales sindicatos, y prueba de ello es la ronda de contactos que abrirá Feijóo en los próximos dias para dotar de mayor consenso, profundidad y contenido a su agenda social, empezando por la prometida Ley de Conciliación.
En los últimos días, Feijóo ha engrasado su "alternativa" ideológica frente a la inestabilidad del Gobierno y su incapacidad para aprobar siquiera los Presupuestos Generales del Estado. Como pudo saber El Confidencial, Génova ha ido encargando encuestas para tantear a la sociedad y encontrar "nichos de oportunidad" en los que focalizar su hoja de ruta política. Y la conciliación es uno de esos grandes temas "transversales" en los que el PP cree que puede encontrar no sólo un amplio respaldo social, sino también parlamentario.
A la espera de la cita con CEOE, UGT, CCOO y Cepyme, el líder popular ha ido desgranando algunas medidas de su plan de conciliación con el que dan un "salto cualitativo" a la postura que el PP defendía en el pasado. La norma, que llegará al Congreso en las próximas semanas, propondrá ampliar los permisos de paternidad y maternidad a 20 semanas, así como eliminar la obligatoriedad de que padres y madres tengan que disfrutar de manera ininterrumpida las primeras seis semanas posteriores al parto. Hay que recordar que, en su día, la CEOE recelaba de los nuevos permisos para padres y madres al entender que podía redundar de forma negativa en los costes de las empresas.
La propuesta en la que trabaja Génova, a la espera del visto bueno de sindicatos y patronal, defiende dar libertad a los progenitores para utilizar la baja cuando lo consideren oportuno, "con el objetivo de que se favorezca que sean consecutivos". En cualquier caso, mantendrán el carácter intransferible de los permisos y, por tanto, el trasfondo igualitario de la ley que aprobó el Gobierno de Sánchez en 2019. Los populares proponen además cofinanciar con el Estado la educación gratuita de 0 a 3 años o promover incentivos a las empresas que contraten mujeres que se hayan reincorporado al mercado laboral tras una excedencia por cuidado de hijos o de familiares.
Feijóo es consciente de que cada paso que da para intentar capitalizar algunas de las banderas de la izquierda le aleja de la agenda de Vox, contrario al diálogo con los sindicatos tradicionales y a toda legislación que permita perpetuar la apodada como "ideología de género". El líder del PP está cómodo en ese equilibrio, a pesar de que los votos de los de Santiago Abascal son imprescindibles para que el PP pueda alumbrar cualquier trámite en el Congreso. Y la de conciliación no es la única propuesta de Feijóo que ha escamado al partido ultraconservador. También generó enorme malestar, por ejemplo, el paso adelante que dio Feijóo en 2023 al reconocer el aborto como un "derecho" de la mujer.
Este martes, el líder del PP sorprendió al asegurar en una entrevista en Telecinco que veía con buenos ojos la posibilidad de reducir la semana laboral de cinco a cuatro días, una iniciativa que ha planteado recientemente el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer y que Génova no había tocado hasta la fecha. Feijóo defendió, en directo, que los trabajadores deberían poder acordar con su empresa la posibilidad de comprimir la semana laboral siempre que no afecte a la "productividad" de la economía o a los "intereses sindicales o empresariales".
Desde la dirección nacional del PP no aclaran si la propuesta de Feijóo se incluirá en la propia Ley de Conciliación o se plantean registrarla por separado en las Cortes, pero será otro de los temas que tocará el líder del PP en su encuentro con sindicatos y patronal. El anuncio sirvió también para abrir otra fisura en la coalición de Gobierno. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, tendió la mano al PP para "dialogar" y avanzar en uno de los grandes compromisos electorales de Sumar. En el primer debate parlamentario de la reducción de jornada, el PP se abstuvo en la proposición no de ley impulsada por el partido de Díaz.
La evidente debilidad parlamentaria de Sánchez deja vía libre a Feijóo para intentar maximizar su aritmética parlamentaria. En lo que se refiere a la agenda social, hay que recordar que el Congreso tumbó, por ejemplo, la ley del PSOE contra el proxenetismo y, más recientemente, una moción de ERC que defendía precisamente la reducción de la jornada y la edad de jubilación, que contaba con el apoyo de los socialistas.
El Gobierno retira la senda de déficit para evitar otra derrota parlamentaria
Javier Jorrín
Fuentes de Génova aseguran haber recibido "buena predisposición" al diálogo tanto de la CEOE como de UGT y CCOO. Más allá de la conciliación, Feijóo tanteará a sindicatos y patronal para perfilar su propia Ley de Vivienda, y sigue trabajando en su propia Ley contra la Trata para aunar "el mayor consenso posible" ante el fiasco de la normativa impulsada por el Ejecutivo.
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