Las recientes declaraciones realizadas por Vinícius Jr. sobre el racismo en España han dado mucho de qué hablar. Algunos han opinado que un jugador de su talla, gran candidato al Balón de Oro, no debería sugerir que le quiten a España la sede del mundial "si esto no cambia". Sin embargo, desde el capitán de su equipo, Dani Carvajal, hasta el Gobierno español, han refutado o minimizado las palabras del brasileño. Palabras que han reflotado un viejo debate: ¿España es un país racista?
Al parecer, los millones de euros y el gran poder mediático que Vinícius Jr. obtiene gracias a su talento, no lo blindan ante el racismo. Su caso no es aislado, es imposible que lo sea. En este país viven más de 6,5 millones de extranjeros. ¿Cuánto racismo han experimentado esas personas? ¿De qué forma les ha afectado? Para responder a esas interrogantes, El Confidencial entrevistó a seis extranjeros con perfiles variados que llevan años entre nosotros.
Shi Weidong, entrenador de la Real Federación Española de Tenis de Mesa (RFETM), viene de un país más lejano que el de Vinícius Jr. Él considera que esa es la causa de la discriminación que ha sufrido: "Lo hacen porque no conocen cómo está China. A veces la historia se hace mal o se habla mal de China. No tienen educación. Desde que estoy en España sí he sufrido racismo, pero no tanto. Yo sé que vivo en otro país y que alguna mala persona piensa mal de mí por ser chino".
Khadija Jadiri Maghraoui, la marroquí que dirige una zapatería en el Paseo de las Delicias madrileño, llegó a España en 2008 con 19 años. Desde entonces no ha parado de trabajar y considera que se ha desarrollado sin grandes contratiempos: "En un sitio donde trabajaba tuve mis diferencias, pero he tenido suerte siendo extranjera. Sin embargo, —matiza la mujer mientras pasea a su bebé— tengo a mis hermanos que sí les cuesta más. Llegaron hace dos años, están en Lérida y no han podido instalarse del todo".
"Cuando Marruecos eliminó a España y avanzó a los cuartos de final, vi muchísimo racismo"
Para Jadiri el racismo en España trasciende su caso personal: "No he tenido experiencias racistas, pero me he traído a mi hermana y ella sí que ha vivido algo. Está estudiando y me dice que un profesor la mira un poco regular, igual que algunos compañeros. Creo que el racismo es un problema para los marroquíes que vienen. He tenido suerte en ese sentido, pero noté un poco el racismo en el mundial de fútbol, por ejemplo. Cuando Marruecos eliminó a España y avanzó a los cuartos de final, vi muchísimo racismo".
Ser extranjero, ¿una ventaja?
Jennifer Riveiro, una abogada nacida en Guinea Ecuatorial que lidera un bufete en Madrid, tuvo una experiencia similar a la hermana de Jadiri: "Yo vine a España muy pequeña y en el colegio algunos compañeros se metían conmigo por ser negra. Eso hoy lo entiendo. Los niños pueden burlar a uno por llevar gafas, a otro por tener más peso, a otro porque los padres se han divorciado, y a mí me tocó ser de una raza diferente. Pero creo que salvando el colegio y la relación con niños inconscientes, no he tenido verdaderos momentos que pueda tildar de sufrimiento por racismo".
Lejos de representar un problema, Riveiro asume su condición de extranjera como una ventaja: "Al final creo que también el racismo es una cuestión de sensaciones de una parte. No creo que España sea un país racista. Creo que muchas veces la gente se condiciona a sí misma. Vengo de un país diferente y lejano, y eso genera incluso cierta curiosidad sobre lo que sucede allí. Para mí ser de allí ha sido un factor diferenciador positivo en un mercado legal muy saturado de profesionales. Eso me ha permitido añadir una nueva perspectiva dentro de mi entorno. Además, puedo ayudar a otros profesionales o inversores de otros países para que lleguen y se integren más fácilmente".
"No creo que España sea un país racista. Creo que muchas veces la gente se condiciona a sí misma"
Si bien la percepción del racismo puede ser muy variable, después de las declaraciones de Vinícius Jr. la Fiscalía General del Estado ha materializado en cifras el fenómeno. Los 67 delitos de odio registrados en 2022 aumentaron un 207% para llegar a los 138 en 2023, siendo el racismo el principal motivo de discriminación. Además, un reciente informe del Grupo de Política Migratoria, una organización sin ánimo de lucro con sede en Bruselas, señala que en España hay "formas de racismo generalizadas, a menudo pasadas por alto".
"He sentido mucha discriminación"
Una parte de la discriminación ejercida queda fuera de las estadísticas porque no se denuncia. Tal es el caso de Danailis Menéndez Castanedo, una cubana de piel negra que lucha por ejercer su profesión en España. Como aún no ha podido homologar su título de médico, y mucho menos su especialidad en Ginecología y Obstetricia, trabaja como enfermera en residencias de ancianos de Madrid. Menéndez ha evitado realizar denuncias porque espera la resolución de su solicitud de asilo.
"Yo he sentido muchísimo racismo y discriminación desde que llegué a España", afirma la doctora. "Por ejemplo, hace poco conocí a un muchacho sevillano y me dijo que ningún español se iba a casar conmigo, porque ninguno iba a recoger a una que llegó el otro día para tener que sostenerla. No le contesté nada y me quedé callada, pero me quedé impresionada cuando me dijo eso".
"Hace poco conocí a un muchacho sevillano y me dijo que ningún español se iba a casar conmigo"
Trabajando en la residencia de ancianos Casablanca Vallecas, Menéndez tuvo un problema con una señora internada allí: "Me dijo que tenía que hacer lo que me dijera porque mi salario lo pagaba ella. Yo le dije que no, que ella recibía su pensión porque yo cotizaba. Me dijo que a saber por qué había tenido que salir de mi país. 'La migrante esta', me llamó. 'Si fueras tan buena enfermera estarías en otro lugar'. Yo le contesté, ella llamó al director y me botaron".
El último trabajo que tuvo Menéndez fue como sanitaria en la piscina de una urbanización en Mirasierra. Allí estuvo hasta el 12 de septiembre, decidió irse cuatro días antes de terminar su contrato. No aguantó más el acoso laboral que ejercía sobre ella un custodio de la instalación: "Ese hombre ha tenido problemas también con los socorristas, con un rumano que es gay. Decía: 'Cómo trabaja el pájaro este'. Él nunca quería que me sentara cerca de la piscina. Hace poco yo estaba tomando un café en el bar contiguo a la piscina y, como él no me veía, cogió la llave y abrió mi oficina para ver si yo estaba. Entonces él le dijo al administrador y al jefe de la comunidad que nadie sabía de mí cuando se había presentado una urgencia con un niño, cosa que era una total mentira. El presidente de la comunidad, que es otro blanco racista, no me dejó contarle mi versión y dijo que no tenía nada que hablar conmigo. Por eso renuncié", concluyó Menéndez entre lágrimas, quien pretende interponer una queja ante los directivos de la empresa que la contrató.
Lucy Mirella Herrera Cevallos, una ecuatoriana que acumula dos décadas de servicio en las Fuerzas Armadas de España, describe a El Confidencial algunas situaciones similares que ha vivido: "El año pasado sufrí acoso y aún estoy recuperándome. Es difícil hablar de esto, ya que soy militar y no denuncié por temor a represalias. Sí di parte verbal, pero todo ha sido un infierno en mi vida a raíz de eso. Otra cuestión es la económica, denunciar implica mucho dinero. Además, ir en contra del personal militar es ir en contra de uno mismo, y más siendo mujer. Claro que he escuchado frases racistas de personas españolas, pero es complicado en mi situación hablar de eso. Han sido dos individuos en concreto a los que escuché".
"Claro que he escuchado frases racistas de personas españolas, pero es complicado en mi situación hablar de eso"
A pesar de la experiencia vivida por Herrera, trata de no referirse al racismo como un fenómeno extendido en la sociedad española: "En general son buenas personas, pero siempre hay alguno por ahí suelto que es racista o machista. No puedo generalizar. Llevo 22 años aquí y he vivido todo tipo de situaciones, entre ellas algunas con gente racista, pero en general mi experiencia en España es muy buena y positiva. Trabajo prácticamente desde que llegué y me siento bien en este país".
"Hay gente de fuera que no respeta"
El doctor Vinod Kumar, un médico indio asentado en Barcelona, se refugia de este tipo de fenómenos en su profesión: "No he sufrido racismo aquí. Soy médico, vine a trabajar y la gente me respeta mucho. Aquí puedes ser discriminado por tu color de piel, pero no me afecta mucho ese tema porque mi trabajo es medicina india y normalmente la gente viene aquí con mucho respeto".
Kumar introdujo en España los tratamientos ayurvédicos típicos de la India. Por sus manos han pasado personalidades del deporte como Carles Puyol o Daisy Lang. "En realidad mi condición de extranjero no ha dificultado abrirme camino en España", enfatiza. "No creo que el racismo sea un problema para los extranjeros que vienen a quedarse en España".
Este galeno asocia la xenofobia y el racismo con el comportamiento que mantienen algunos migrantes: "Yo vine de fuera y respeto este país, pero hay gente que no respeta y por eso los de aquí se enojan. Ese es el problema, que venga un grupo de gente de fuera solo a robar aquí. Entonces muchos se enfadan con todos los extranjeros".
La percepción de Kumar concuerda con las cifras aportadas por los cuerpos de seguridad de Barcelona. El 78,8% de los detenidos en la ciudad condal entre enero de 2022 y diciembre de 2023 eran extranjeros. "Esas personas hacen que la gente tenga miedo e inseguridad", concluye el médico. "Aquí no hay ningún problema para que viva un extranjero. Muchos vienen de fuera con diferentes religiones y cosas y se adaptan sin problema, pueden vivir tranquilos".
Para Weindong, todo depende de las metas que cada cual se proponga: "El racismo está en todos los sitios, pero yo creo que en España no tanto como en otros países. A lo mejor si se le pregunta a otro deportista dice que sí, que hay mucho más. El racismo no me ha afectado aquí. Yo creo que si haces bien correcto todo, puedes sacar buenos resultados. Tú trabajas bien si quieres".
Riveiro, la abogada ecuatoguineana, recomienda a las personas racializadas que indaguen plenamente en la sociedad española: "Yo les aconsejo a los que vienen que no se crean todo lo que se dice por ahí. España es un país muy amable, que también gira en torno a un sentido del humor brutal. La gente es muy receptiva y curiosa. No se pueden tener prejuicios hacia el español. Hay que adentrarse sin pensar que nos van a rechazar, porque ese punto de partida ya es muy negativo. Al final, la persona que llega a España buscando oportunidades tiene que buscarlas. A nadie le regalan nada en ningún lugar y no se puede pensar que nos van a rechazar por nuestro origen o raza".
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