El estudio afirma que la falta de vivienda afecta de manera especial a las mujeres.
Una investigación universitaria ha revelado que el duelo que supone la pérdida de la vivienda a través de un desahucio es un proceso que supera el año, lo que supone una experiencia mantenida que agrava toda una serie de sentimientos y malestares, incluidos los problemas de salud.
Esa es una de las conclusiones del informe encargado por el Ministerio de Igualdad a un grupo investigador de la Universidad de Málaga (UMA) para analizar la situación de las mujeres ante los desahucios, el perfil sociodemográfico de las afectadas y determinar sus factores de riesgo. El estudio precisa que la falta de vivienda afecta de manera especial a las mujeres, quienes ante los procesos de desahucios no solo sufren la pérdida de su hogar, sino que además se ven expuestas de manera forzosa y silenciosa a múltiples situaciones de violencia, discriminación, estigma y exclusión.
El estudio confirma el trauma que puede suponer ser desahuciada, especialmente en los perfiles analizados, e indica que la perspectiva de género en esta problemática "es un enfoque olvidado en muchas ocasiones, que necesita y requiere de atención especial para hacerse oír". Además, añade que se precisan "cambios estructurales para afrontar las situaciones que, vividas en primera persona, han trasladado las mujeres", las que respondieron al cuestionario y las que han participado en los grupos focales.
290 entrevistadas
La investigación, titulada Mujeres ante los desahucios. Análisis de situación, factores de riesgo y consecuencias, se llevó a cabo entre abril y noviembre de 2023, y ahora ha visto la luz tras entrevistar a 290 mujeres desahuciadas o en proceso de ello, procedentes de distintas provincias españolas.
Se propusieron ocho grupos focales de mujeres de diferentes perfiles: 'monomarentales', migrantes (se llegó a 21 nacionalidades, incluida la española), personas que viven solas, así como de las entidades y colectivos sociales que atienden estas situaciones. El informe lo ha llevado a cabo un equipo formado por los profesores de Trabajo Social Rafael Arredondo Quijada, María de las Olas Palma García y Ana Cristina Ruiz Mosquera y las estudiantes de máster Ane Pérez Monesma y Ana Carbellido Fernández.
Entre los objetivos del estudio estaban analizar el perfil sociodemográfico del colectivo de mujeres más afectadas por los desahucios, determinar los factores de riesgo que sitúan a la mujer ante una mayor exclusión residencial y abordar el rol de cuidadora como causa de la exclusión residencial.
También especificar las consecuencias del proceso de un desahucio, considerando tanto aspectos sanitarios, haciendo especial hincapié en la salud mental, como a nivel familiar y social, además de valorar el grado de apoyo que ha supuesto, y supone, la existencia de redes solidarias de cara a la mujer ante un proceso de desahucio. La fundamentación de la investigación se basa en el convencimiento, reflejado en distintas publicaciones científicas, de que las situaciones de falta de vivienda, al igual que otros problemas de desigualdad, afectan con mayor incidencia entre los colectivos más vulnerables.
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