Asier se enteró por los carteles. Vecino de Sineu, trabaja como cocinero en uno de los restaurantes de este municipio mallorquín, con apenas 4.000 habitantes. Como se pasa el día entre los fogones de su mesón, el Can Fort –más aún en verano–, no le ha dado demasiado tiempo a oír "los rumores" de los que hablan los vecinos. Pero algo había escuchado y los rótulos que cuelgan por el pueblo terminaron de confirmárselo. "No macrogranjas a Sineu" o "Ni mosques ni olors" son algunos de los lemas que se hacen eco del creciente malestar. La razón es muy concreta: frenar el proyecto que abrirá una planta con hasta 750.000 gallinas junto a sus casas.
La empresa Avícola Son Perot S.A. tiene previsto abrir una macrogranja de aves que ocupará tres parcelas en el término municipal de Sineu, en una finca a las afueras. La planta está en fase de información pública hasta el próximo 30 de agosto. Esto quiere decir que cualquier persona puede presentar alegaciones a la Conselleria de Vivienda, Territorio y Movilidad de Baleares, que finalmente dará el veredicto. También las organizaciones. De hecho, la ONG Greenpeace acaba de añadir otra queja oficial al proceso, temiendo que el proyecto pueda convertirse en "la más contaminante del país" de aves de corral.
Los vecinos de Sineu se han puesto las pilas. Muchos difunden a bombo y platillo su rechazo a la macrogranja, llegando a mover formularios y recogidas de firmas o elaborando alegaciones a título personal contra la explotación. Todo para impedir que se instale. También el alcalde, Tomeu Mulet (PP), mostró su incomodidad con un proyecto que no querría "ni para Sineu ni para cualquier otro municipio", como reconoció a Europa Press. El terreno pertenece al Gobierno de las Islas Baleares.
Europa quiere endurecer las normas ecológicas para industrias, minas y macrogranjas
EFE
Luis Resines, que hace ocho años se mudó a este pueblo, se enteró nada más volver de vacaciones. Abrir una macrogranja de estas dimensiones en un núcleo tan pequeño le parece una locura. Primero, precisamente, por su extensión: de las tres parcelas que reclama la empresa para levantar la estructura, la más pequeña ocupará unos 30.000 metros cuadrados y la mayor supera holgadamente el millón. Además, asegura que la zona en la que quieren instalarla es una "joya natural" junto a la que pastorean ovejas en los campos.
En la solicitud que Avícola Son Perot S.A. presentó a finales de mayo para que el gallinero lograra una autorización ambiental, y a la que ha tenido acceso este periódico, la propia empresa reconoce algunos daños previsibles. "Durante las obras se generarán molestias a los vecinos más inmediatos en el momento de transportar materiales y residuos. También por los ruidos, que se verán minimizados por la distancia del emplazamiento a cualquier punto habitado", se expone literalmente en el documento. La finca elegida está a unos tres kilómetros del centro de Sineu.
El texto continúa. "Los movimientos de tierras afectarán al suelo, a nivel de cimentaciones, canalizaciones de instalaciones y formación de aljibes y fosas"; además, la maquinaria utilizada durante los trabajos –tanto en obra como en transporte de residuos–"producirá dióxido de carbono" y "levantará polvo". Pero una de las cuestiones que más preocupan a Luis, el vecino de la localidad, aparece a continuación: "Se consumirá agua durante las labores".
Temen al agua contaminada
De llegar a instalarse una gran explotación avícola, la futura calidad del agua también quedará en entredicho. "Ya hay granjas porcinas pegadas a los acuíferos de la zona que los llenan de nitratos y nitritos", asegura, temiendo que el nuevo proyecto sume más sustancias químicas perjudiciales al agua. A Jimena, otra vecina de Sineu, este conflicto le es cada vez más conocido. En la última semana, han pasado "varias veces" por la heladería en la que trabaja para pedirle que firme algún manifiesto contra la macrogranja. Lo ha hecho, y no únicamente por una cuestión de salubridad.
"Nos perjudica a nosotros, pero para los animales es un desastre", incide. Una postura de la que también se han hecho eco desde la asociación animalista Satya, muy crítica contra el proyecto. "Estamos hablando de 750.000 aves en condiciones de hacinamiento a la que se les atiborrará de antibióticos y que crecerán encerrados. Es una brutalidad", considera Gracia Osuna, una de las cofundadoras de la entidad, que en Mallorca conforman unas 80 personas.
"En la isla ya hay muchos problemas de nitratos y gente que solo puede usar agua para ducharse o regar, no para beber", expone Osuna. Mientras tanto, el plazo de alegaciones continúa y será la próxima semana cuando concluyan. Entonces comenzará la deliberación. El proyecto prevé generar 30.625 toneladas de residuos físicos al año provenientes de la defecación de las gallinas. Las naves en las que vivirán se limpiarán cada dos años, según el borrador redactado por la empresa. Tanto Avícola Son Perot S.A. como el Ayuntamiento de Sineu han sido contactados para participar en este artículo. A fecha de su publicación no ha habido respuesta.
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