¿Por qué no duermo por las noches? Causas y síntomas del insomnio


         ¿Por qué no duermo por las noches? Causas y síntomas del insomnio

Desde el estrés hasta los malos hábitos, diversos factores pueden provocar problemas para conciliar el sueño. Conocer los desencadenantes es clave para mejorar la calidad del descanso y evitar complicaciones de salud a largo plazo.

En España, un gran porcentaje de la población padece insomnio o problemas para conciliar el sueño durante la noche, lo que repercute significativamente en su calidad de vida. Según explican los expertos de Quirón Salud, "mientras dormimos se cumplen funciones de regulación y recuperación fundamentales. Gracias al sueño nos reponemos del desgaste físico y mental que conlleva nuestra actividad diaria". Por eso, mantener una buena higiene del sueño es crucial, ya que de lo contrario nuestro estado físico, cognitivo y anímico se verán afectados de forma negativa.

Entre los síntomas más comunes del insomnio se encuentran la dificultad para dormir, los despertares nocturnos, no sentirse descansado, incluso habiendo dormido, la somnolencia diurna, la irritabilidad, la ansiedad, la dificultad para concentrarse y la preocupación constante. Estos indicadores nos pueden alertar sobre la necesidad de tomar medidas para mejorar nuestros hábitos de sueño y evitar así posibles complicaciones de salud a futuro.

Pero, ¿cuáles son las causas detrás de esas noches en vela? Los expertos señalan que los estresores puntuales, como atravesar una época de exámenes, enfrentar la presentación de un proyecto laboral importante o vivir situaciones que nos provoquen ansiedad, como perder el empleo, pueden ser algunos de los desencadenantes de los problemas para dormir.

Problemas de salud y medicamentos

Además del estrés, ciertas enfermedades agudas o crónicas también pueden ser responsables de un peor descanso nocturno. "Los ejemplos de afecciones relacionadas con el insomnio incluyen el dolor crónico, el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas, el asma, la enfermedad del reflujo gastroesofágico, el hipertiroidismo, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer", detallan desde Mayo Clinic. Asimismo, algunos trastornos del sueño, como la apnea, caracterizada por pausas respiratorias periódicas durante la noche, o los trastornos de ansiedad, pueden alterar significativamente la calidad del descanso.

Por otro lado, la ingesta de determinados medicamentos, como antidepresivos o fármacos para tratar el asma o la presión arterial, también puede desencadenar dificultades para conciliar el sueño, advierten los especialistas.

El impacto de los malos hábitos

Nuestro estilo de vida juega un papel fundamental en la calidad del sueño. Los malos hábitos antes de acostarse, como mantener horarios irregulares, realizar actividades estimulantes, dormir en un entorno incómodo o utilizar dispositivos electrónicos como televisores, ordenadores o teléfonos móviles, pueden interferir seriamente con nuestra capacidad para conciliar el sueño.

Asimismo, es importante prestar atención a la alimentación, evitando las comidas copiosas antes de ir a dormir, ya que pueden ocasionar molestias físicas como la acidez estomacal. "Esta se produce cuando el ácido estomacal sube por el conducto que transporta los alimentos de la boca al estómago. Este conducto se llama esófago. La acidez estomacal puede mantenerte despierto", explican desde Mayo Clinic.

Además, el consumo de sustancias estimulantes como la cafeína, presente en el café o el té, la nicotina o el alcohol, puede dificultar el sueño nocturno. "El alcohol impide que se alcancen las fases más profundas del sueño y, a menudo, hace que te despiertes en medio de la noche", advierten los expertos.

Claves para mejorar la calidad del sueño

Para combatir el insomnio y mejorar la calidad del descanso, los especialistas recomiendan adoptar una serie de hábitos saludables. Establecer un horario regular para acostarse y levanta... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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