“Cualquier destino”, escribió Jorge Luis Borges, “por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento”. El destino del argentino Marcelo Gallardo, exfutbolista y hoy entrenador, quizá haya quedado cifrado para siempre en la noche de Madrid del 9 de diciembre de 2018, cuando el equipo que dirigía, River Plate, derrotó a su superclásico rival, Boca Juniors, en la final de la Copa Libertadores. “No hay nada más que esto, no hay nada más”, murmuraba Gallardo sobre el césped del estadio Santiago Bernabéu, cuando ya se había consumado el triunfo 3 a 1 y sus jugadores festejaban alocadamente. Pero hubo y habrá más que eso.
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