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También descansan, aunque cada vez pueden hacerlo menos. En un verano típico en Madrid, muchos bares y restaurantes cierran en agosto. La mayoría lo hace entre una y dos semanas, y muchas veces no tanto porque lo necesiten y tengan derecho a ello, que por supuesto también, sino porque, ante la falta de afluencia, sencillamente les sale más rentable apagar las luces y evitar el consumo que supone abrir todos los días un local que la mayor parte de las horas va a estar vacío.
"Madrid, con un 37% del total de sus restaurantes que lo hacen, es la tercera ciudad con una tasa más alta de cierres a nivel nacional, solo por detrás de Córdoba (41%) y Murcia (38%)", afirman desde TheFork, la plataforma líder de reservas online en restaurantes de Europa. "Es una ciudad que en el mes de agosto se vacía porque la mayoría de sus ciudadanos se va de vacaciones y es un periodo en el que muchos hosteleros aprovechan para tomarse su merecido descanso", aseguran desde TheFork.
En un paseo de veinte minutos por el madrileño distrito de Chamberí se puede contar más de una docena de letreros sobre las vitrinas de los locales cerrados. Todos tienen el mismo mensaje: "Cerrado por vacaciones". No obstante, como en tantas otras cosas, lo que sucede en la periferia dista mucho de lo que ocurre en el centro de la ciudad.
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"Queridos amigos, estamos cerrados por vacaciones del 5 al 19 de agosto. Nos vemos a la vuelta. Muchas gracias y feliz verano", reza la última publicación del café de pistacho más viral de la ciudad, Najis speciality coffee. Según datos de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa, el 65% de los locales opta por unas vacaciones cortas. "Apenas 15 días, sobre todo en las dos primeras semanas del mes. Entre el 10 y el 15% de estos pequeños comercios cierra tres semanas. El resto lo hace durante los 31 días de agosto", aseguran.
Pero si Madrid, como dice su presidenta, es España dentro de España, el centro de la ciudad es Madrid dentro de Madrid. La afluencia de turistas que van a conocer las zonas más conocidas de la ciudad no solo compensa los madrileños que se van (muchos de los cuales, por cierto, pisan cada vez menos lugares como la Gran Vía o la Puerta del Sol: 300.000 residentes abandonaron el centro de la capital entre 2020 y 2022, según la tecnológica Nommon), sino que los multiplican.
Como respuesta, los hosteleros, lejos de cerrar, redoblan esfuerzos. Valga recordar que en 2023 Madrid recibió 10,6 millones de visitantes, según International Monitor. En los meses de verano, la capital puede recibir entre medio millón y un millón de visitantes al mes. Con un gasto medio por visitante de unos 300 euros, en los meses más calurosos del año hay en juego, por tanto, un bote de entre 150 y 300 millones de euros. Demasiado trozo de tarta como para renunciar a él.
La transformación del ocio
"Hay que tener en cuenta también que apenas hace diez años, la mitad de los locales permanecía cerrado en esta época y que, en estos momentos, solo un 10% de ellos cierra en verano", aseguran desde Noche Madrid. No obstante, "el 53,7% del público de las salas y discotecas de Madrid en julio y agosto son turistas, el 34,1% son turistas de la UE, el 9,8% turistas extracomunitarios y otro 9,8% turistas nacionales de otras regiones de España", según los datos de la plataforma.
"La media del número de días que cierran los locales de Madrid en verano es de 11 días, coincidiendo con el puente de agosto. Todo ello como consecuencia del crecimiento turístico de Madrid", explica Vicente Pizcueta, portavoz de Noche Madrid. Según un estudio de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid y la Asociación de empresarios de ocio y espectáculos Noche Madrid, el 20% de los locales de ocio declara que el verano es temporada alta para ellos, especialmente en el centro de la capital.
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"Teniendo en cuenta la importancia creciente de la actividad turística para los locales de ocio, tres de cada cuatro potencian sus servicios para mejorar la atención al turista con el uso de idiomas por parte de su plantilla, creando específicamente departamentos de marketing turístico e incorporando señalética en inglés y francés principalmente", reza el texto.
Como punto de partida, la propia consejería y esta asociación firmaron un convenio cuya primera acción fue llevar a cabo un fam trip [viaje familiar] para dar a conocer la vida nocturna madrileña a los profesionales del turismo y recepcionistas de los hoteles para que ellos mismos puedan convertirse en embajadores de las noches madrileñas durante el verano.
Bajo el lema "Abierto por vacaciones", la acción sirvió para que los profesionales del turismo visitaran algunas de las salas más emblemáticas de la capital, esas en las que muchos turistas jóvenes andan deseosos de aterrizar, no bien han dejado las maletas en el hotel. "La vida nocturna madrileña es cada vez más un producto turístico ejemplar y singular. Incluso en agosto", asegura Pizcueta. No siempre fue así, pero la tendencia se impone. Madrid cierra en agosto, pero cada vez menos.
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