Nadie secunda formalmente la huelga indefinida de las basuras de A Coruña, pero tampoco hay servicios mínimos. Los residuos no se recogen o el porcentaje es ínfimo (5%). Toneladas de cartones, plásticos y bolsas siguen complicando la circulación por las calles y aceras de barrios como el de Os Mallos o Adormideras. Allí hay montículos de porquería apilados de mala manera en torno a contenedores a reventar con un hedor insoportable cuando el calor aprieta.
Eso, de día. De noche, directamente arden. El jueves de madrugada fueron dos: en la calle Petunia (1:22 horas), que afectó a la fachada de un piso próximo, y en Juan Sebastián Elcano (2:14 horas). En total, ya son 150 contendores calcinados desde que se reavivó el conflicto que enfrenta desde hace años al sindicato STL (Sindicato de Trabajadores de Limpieza) con la dirección de PreZero -la concesionaria- y el Ayuntamiento de A Coruña.
La pestilencia en la puerta de casas, bares y otros negocios locales tiene saturados a los vecinos, que han quemado todos sus cartuchos de paciencia con un choque laboral intermitente que se repite con demasiada frecuencia: más de 21 paros en 15 años desde que la empresa (antes Cespa) se adjudicó el servicio municipal. Así están en A Coruña desde el pasado 23 de junio, en medio de la guerra abierta que, lejos de solucionarse, se ha judicializado escalando hasta la Fiscalía provincial.
Hasta allí remitió el equipo de Gobierno local su denuncia por presuntos delitos de coacciones en el ámbito laboral y daños al patrimonio, entre otros, para que se investiguen los actos vandálicos paralelos a la huelga de basuras que se han venido sucediendo de madrugada durante todo el mes de julio y un gran ajetreo nocturno para los servicios de bomberos y policías.
"Una violencia extrema"
La denuncia ante el Ministerio Público es la réplica del Gobierno de Inés Rey a la kale borroka de la basura, -como la define el propio Ayuntamiento-, que puso cifras a los contenedores quemados y al coste acumulado por los destrozos: 400.000 euros que hasta la fecha afectaron a vehículos, portales y fachadas.
"Son actos de una violencia extrema. Queremos que los culpables paguen por estos hechos delictivos que son intolerables en cualquier circunstancia y en medio de un presunto conflicto laboral", manifestó Rey. "No vamos a ceder ni al chantaje ni a la extorsión", reiteró hoy la alcaldesa, que se refirió al conflicto como "una huelga de brazos caídos", e instó a la concesionaria a seguir adoptando "medidas contundentes".
La huelga en la recogida de basuras en A Coruña empezó siendo intermitente el 23 de junio y pasó a tener carácter indefinido el pasado 28 de julio sin que ninguna de las partes haya replegado posiciones.
"En cuatro días de huelga indefinida ninguno de los trabajadores la secundó", explican desde el Consistorio coruñés. "Pero tampoco hubo servicios mínimos y en las calles hay acumulaciones de basura sin recoger", añaden. La concesionaria PreZero también les comunicó que 67 personas de una plantilla de unos 200 empleados está de baja.
No obstante, hay zonas, como el entorno del estadio de Riazor y la zona centro, donde sí se ha procedido a recoger los residuos "al 100%". En la otra cara de la moneda están barrios concurridos como la Cidade Vella, donde el porcentaje de trabajo reportado fue del 45%. El impacto del conflicto se huele en otros barrios como Eirís, Matogrande, Mesoiro, Labañou o los Rosales.
El sindicato convocante de la huelga es el STL, liderado por su secretario general y presidente del Comité de Empresa, Miguel Ángel Sánchez Fuentes. Él y otros dirigentes están siendo investigados desde febrero del 2023 por presunta corrupción y posible cobro de comisiones a cambio de empleos. La organización se desvincula de los actos de sabotaje mientras el Gobierno local ironiza con la "casual" identificación de cuatro trabajadores del servicio cerca de los contenedores en llamas a mediados de julio.
Tres despidos y 55 expedientes
Para poner fin a la huelga, la central exige que se cumpla el convenio y que se retiren decenas de expedientes sancionadores abiertos a buena parte de la plantilla. La empresa, por su parte, ha comunicado tres despidos disciplinarios y ha abierto expedientes a decenas de trabajadores por incumplimientos graves (39) y leves (16). El Ayuntamiento de A Coruña reitera que no cederá a nuevos chantajes.
A Coruña, mientras, decretó el pasado lunes 22 la "emergencia sanitaria" para facilitar que una tercera empresa (Valoriza) se ocupase de la recogida, empezando por los puntos más sensibles como el entorno de centros sanitarios, pero con limitaciones para respetar el derecho a la huelga. En seis días, han retirado más de 396 toneladas de basura con mascarilla, guantes y trajes desechables para encarar una tarea ímproba tras muchos días donde solo ha acumulado porquería.
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